11 noviembre 2024

En pleno siglo XXI: ¿Existen los fantasmas?



La presunta existencia de fantasmas es un tema todavía muy debatido en algunos círculos dedicados a los temas de misterio y leyendas, a pesar de que no hay evidencia empírica concluyente que confirme su existencia.

En el ámbito científico, los llamados fenómenos paranormales atribuidos a fantasmas suelen ser explicados de varias formas, como ilusiones ópticas, condiciones psicológicas, interferencias electromagnéticas, o incluso efectos del poder de la sugestión. Estos factores pueden hacer que las personas experimenten o interpreten ciertos eventos como paranormales.

Muchas culturas, y religiones tienen creencias sobre los fantasmas, que para ellos son espíritus de muertos. Estas creencias están profundamente arraigadas en la historia humana y en la manera en que entendemos la vida y la muerte. Desde un punto de vista psicológico, el fenómeno de los fantasmas podría estar relacionado con el deseo de encontrar significado o la necesidad de mantener una conexión emocional con quienes ya murieron.

Aunque algunos investigadores de fenómenos paranormales han tratado de documentar evidencia de supuestos fantasmas mediante grabaciones de audio, video o instrumentos para medir cambios ambientales, no se ha obtenido nada que sea reconocido como prueba contundente en la comunidad científica. Mientras no haya pruebas verificables, la existencia de los fantasmas sigue siendo un tema abierto a interpretación.

La creencia en fantasmas se puede explicar desde varios puntos de vista psicológicos, culturales y sociales. Todavía para muchos la muerte es uno de los grandes “misterios” de la vida y eso despierta en ellos curiosidad y temor.

Creer en fantasmas o en una "vida después de la muerte" puede proporcionar consuelo al pensar que algo de nosotros, o de nuestros seres queridos, continúa existiendo. Esta idea también da una narrativa de continuidad, lo que a algunos ayuda a reducir el miedo a la muerte.

En algunas situaciones difíciles, como la muerte repentina de alguien en un evento traumático, la creencia en fantasmas puede brindar cierto sentido de control o de comprensión ante lo desconocido. Pensar que los fallecidos podrían seguir en contacto ofrece una idea aceptable frente a un suceso que de otra forma sería muy doloroso y difícil de soportar.

En algunos casos, las personas a menudo interpretan estímulos ambiguos, como ruidos extraños, movimientos de objetos, o sombras, como patrones paranormales. Mucha gente a menudo reporta experiencias inusuales como luces que parpadean, sonidos extraños, o el “sentir presencias” en una habitación, que pueden parecer inexplicables. Este tipo de situaciones puede interpretarse como “evidencia” de lo paranormal o sobrenatural, especialmente si la persona ya está predispuesta a creer en fantasmas. El sesgo de confirmación lleva a que busquemos información que respalde nuestras creencias y a ignorar aquello que las contradice.

La repetición constante de estas ideas en la cultura popular crea una familiaridad y hasta una "normalización" del fenómeno, haciendo que muchas personas lo consideren posible o probable.

Hay que recordar que la pareidolia es la tendencia a ver figuras o rostros de personas donde no las hay, algo muy recurrente, especialmente en los creyentes religiosos; mientras que el fenómeno de la apofenia nos lleva a encontrar aparentes significados o patrones donde no existen. Ambas tendencias psicológicas pueden hacer que las personas perciban “presencias” en situaciones que en realidad son completamente normales y naturales.

Como vemos, la creencia en fantasmas está fuertemente impulsada por el deseo humano de entender la vida y la muerte, encontrar consuelo, y dar un sentido a experiencias aparentemente inexplicables. Aunque no hay evidencia científica, estas creencias cumplen funciones importantes para muchas personas, tanto a nivel individual como social.

Ahí se las dejo de tarea.


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