Recapitulemos, primero que nada hay que definir los conceptos de familia y matrimonio, que tanto han confundido a unos y querido manipular otros. La familia es un conjunto de personas relacionadas entre sí por filiaciones, parentesco legal o consanguíneo. Eso es una familia, un grupo de personas que se quieren y desean estar unidas.
Mientras que por otro lado el matrimonio es la unión de dos personas por medio de un contrato que formaliza la institución social más básica en la mayoría de las culturas del mundo, se instituye mediante la unión conyugal formalizada por distintos rituales, protocolos o trámites legales, que es reconocida por las asociaciones y organizaciones oficiales bajo las cuales se efectuó la unión.
Para los creyentes del cristianismo, el matrimonio religioso es un sacramento divino que une indisolublemente a un hombre con una mujer, y por el que se comprometen a vivir en amor y paz según los mandamientos de sus creencias, dogmas y fe. Aquí cabría también mencionar que el casamiento, o la boda, es solo la ceremonia mediante la cual se reconoce y se festeja el inicio del matrimonio.
Ahora veamos que es eso del "diseño original de la familia por naturaleza". En realidad es una falacia, que solo se basa en creencias sacadas de un libro religioso, lamentablemente el más manipulado y corrompido de la historia humana, la Biblia. Muchas personas creyentes de la fe cristiana sostienen que la “familia natural” o el “matrimonio tradicional” son los únicos que deben de existir. Y están completamente en el error.
Para empezar, como ya hemos explicado con anterioridad, la familia natural no esta conformada de hombre y mujer, eso solo conforma a una pareja, no a la familia ni al matrimonio en si. Según se ha constatado por distintos estudios en ciencias naturales, el origen de la familia es la manada, pues originalmente el ser humano se agrupaba en manadas, al igual que los animales lo hacen, pues es más fácil sobrevivir en grupos que separados. Esa es la base de la familia, la manada, que con el tiempo evolucionó a clanes, tribus y otras formaciones sociales, hasta lo que es hoy las distintos tipos de familias que existen en la sociedad. Esa es la realidad por encima de toda creencia.
El matrimonio no existe en la naturaleza, eso es completamente falso, eso es una mentira que algunos han arrastrado hasta distintos medios de comunicación y redes sociales, demostrando que sencillo es corromper las creencias religiosas con tal de satisfacer ideales particulares de algunos grupos. De ahí sacan sus ideas los distintos grupos religiosos de odio para atacar a todo aquel que no siga sus ideas y pensamientos. Y esa es la realidad, aunque no lo quieran creer.
El matrimonio es un contrato social instituido por intereses particulares, de hecho el único que tiene valor real es el matrimonio civil, el religioso no tiene ningún valor oficial o formal. Antiguamente el matrimonio era dictado como la unión entre un hombre y una mujer, pero esto se hizo pues las leyes antiguas estaban basados en dogmas religiosos, no en valores y derechos humanos.
En la vida silvestre no existe el matrimonio, eso es otra mentira muy difundida por varias personas que deberían de recordar y practicar más ese mandamiento de “no mentirás” o “no levantarás falso testimonio”. Pero como dicen por ahí, “la verdad los hará libres”, y esta sí es la verdad constatada con los hechos reales y la evidencia constatable.
Hoy en día el humanismo ha llevado los valores, virtudes y derechos humanos a la mayoría de las instituciones y legislaciones del mundo, y cada día se van reformando, y actualizando las legislaciones para ser más empáticas y equitativas para todos los seres humano como género, y no dividido en razas o clases.
De hecho, es lo que proclama la cultura de género, erróneamente llamada ideología de género por quienes intentar ser sus detractores. Es una defensa a la dignidad, derechos y libertades humanas, dejando de lado creencias, cultos o dogmas que solo limitaban y dividían a la sociedad basándose en creencias, mitos, supersticiones y posverdad, lo que degeneró en ideas de odio contra quienes no seguían la línea de pensamiento de grupos religiosos con poder político, generando corrupción que va contra todo valor y derecho humano.
Hay gente de buena voluntad que todavía cree esos mitos de la “familia natural” o el “matrimonio natural”, es tan cierto como creer en Santa Claus. Pero ante la luz de la realidad, se dan cuenta que es un error y cambian su postura sobre este tema, y eso es lo que temen los grupos de odio, que usan como estandarte esos falsos mitos para atacar a la comunidad LGBT.
El matrimonio igualitario es un derecho y una libertad que se asume por voluntad propia, a nadie se le obliga a casarse con una persona de su mismo sexo, como algunos grupos de odio proclaman que se quiere imponer. No se le impone a nadie, es un derecho. Así como también es un derecho, de que si un matrimonio igualitario desea adoptar a un niño, lo puedan hacer si cumplen con los requisitos socioeconómicos para hacerlo, al igual que cualquier otra persona debe de cumplirlo.
Solo para la procreación se necesita de un hombre y una mujer, no para formar una familia feliz, eso es una realidad que nadie puede negar, y que esta plenamente constatado. Así que si no te quieres casar con un gay o una lesbiana, no tienes porque casar con uno de ellos, pero no tienes ningún derecho a atacar en los medios, por las redes, ni en vía pública a quienes sí desean hacerlo. Y si tú no vas a adoptar a esos niños huérfanos o abandonados, deja que los que sí pueden y quieren hacerlo, lo hagan, están en su derecho.
Atacar a quienes no tienen tus mismas creencias religiosas no es tu derecho, eso es ser un tirano. Tus creencias no están por encima de los derechos y libertades humanas de todos los demás, si quieres que respeten tus ideas y pensamientos, es tu obligación comenzar por respetar las ideas y pensamientos de los demás. No los obligues a que tengan que defenderse de ti y tus ideas.
Las leyes ya no deben de estar basadas en creencias religiosas, deben de estar basadas en los valores y derechos humanos, si queremos que la humanidad se desarrolle y avance, por el bien de todos, así tiene que ser.