Es algo patético ver como ciertos
autonombrados “ufólogos” y sus promotores se han puesto a la
defensiva ante las claras evidencias de su carencia de objetividad y
seriedad en sus supuestas investigaciones que no resultan en nada, ni
resuelven nada. Son amantes de la especulación, la suposición y la
incertidumbre forzada, pues hasta ellos saben que lo que deberían de
investigar, ya está más que resuelto.
Podrán surgir más casos, pero si nos
basamos en los descubrimientos y verdaderos análisis que se han
hecho con anterioridad, nos podremos dar cuenta de que esos aparentes
casos nuevos de ovnis, ya están resueltos y explicados desde el
momento en que se comparan con los casos anteriores, pues siempre repiten los mismos parámetros que los demás. En otras
palabras, no guardan ningún misterio por si mismos.
Los actuales casos de presuntos ovnis
ya no son sorpresa para nadie que tenga años investigando y
resolviendo casos, no como esos pseudo-“investigacores” que dicen
investigar pero solo se la pasan acumulando y coleccionando casos.
¿No les da vergüenza decir que son investigadores, pero que nunca
resuelven ningún caso? Recordemos que según las más recientes
investigaciones, serias y formales, el 99% de los casos de ovnis
tienen una explicación sencilla y lógica, y ese 1% restante queda
dentro de lo dudoso, pues no está bien definido de que se trataba,
pero que para nada tiene indicios de ser de origen extraterrestre,
como algunos ufólogos lo jurarían.
Desde mi personal punto de vista, los
casos de presuntos ovnis fortuitos son los más sencillos de
resolver, pues las evidencias bajo prueba siempre señalan que solo
se trata de errores del camarógrafo o fotógrafo que captó la
imagen, y que el objeto volador no identificado que siempre está mal
enfocado solo se trata de una cosa común y corriente y de origen
terrestre, como un ave, un insecto, un avión, etcétera.
Los videos de supuestos ovnis luminosos
tomados por las noches, después de analizarlos de manera profunda y
a consciencia, han resultado ser desde aviones con sus luces
encendidas, helicópteros militares, globos con velas o focos de
leds, estrellas y hasta el planeta Venus sigue siendo uno de los
“ovnis” nocturnos más recurrentes en los reportes de los
aficionados a la pseudo-ciencia en que se ha convertido la ufología.
Los casos de videos o fotografías con
luz de día de aparentes ovnis son los fraudes más característicos
entre los que destacan un innumerables timos fabricados por bromistas
y hasta por ufologos, cuando se les acaban los casos y quieren seguir
vigentes en los medios de comunicación, inventan algo muy visual
pero con pésima historia para tratar de seguir teniendo apariciones
en las portadas de revistas o programas de radio o televisión.
Es triste ver que en lugar de mostrar
evidencias para ponerlas a prueba y ganar credivilidad y así mostrar
su honestidad, los ufólogos se pongan a reclamar el ser criticados y
expuestos como falsos investigadores. Y ellos dirán “no tenemos
que demostrar nada a nadie”, pero eso es falso; si ellos se dicen
investigadores ante el publico, entonces todos los demás podemos
reclamarles resultados verificables y exigirles que sean formales.
Pero ellos alegan “el que que tenga
ojos que vea” pero los ojos pueden ser engañados muy fácilmente,
y por ellos hay que someter a múltiples exámenes sus supuestas
evidencias, y así llegar a conclusiones concretas. Y aunque ellos
digan, “el que quiera creer que crea, y que no quiera que no crea”,
ese argumento no viene al caso aquí, pues si se tratara de un
fenómeno real y dimensionable, entonces no importa el creer o no
creer, pues las pruebas sustentables y corroborables de ello estarían
muy por encima de una simple creencia. Ejemplo: El Sol brilla lo
crean o no, la evidencia verificable así lo muestra.
Señores ufólogos y ufólogas, en
lugar de llorar y hacer corajes por ser expuestos y criticados,
ponganse a trabajar y a dar buenos resultados, pues han perdido la
credivilidad de las personas. Tienen que hacer una exhaustiva limpia
de sus filas y expulsar a tantos charlatanes que han destruido su
reputación, pues la buena reputación se tiene que mantener con
resultados, no con falsedades.