15 junio 2024

¿Por qué la gente cree en ángeles y fantasmas?



A pesar de que no existe ninguna evidencia de la existencia de ángeles, fantasmas, duendes y hadas, mucha gente sigue creyendo en ellos como si se tratara de seres reales de nuestro mundo.

Hay varias razones por las cuales las personas continúan creyendo en ese tipo de seres mitológicos. Algunos lo hacen por herencia cultural y tradición, muchas de estas creencias se transmiten a través de generaciones como parte de la cultura, la religión y la tradición de una sociedad en particular. La influencia cultural puede ser muy poderosa y persistente en algunos casos.

En muchas ocasiones, las creencias en seres mitológicos surgen como explicaciones para fenómenos desconocidos o inexplicables. La necesidad de explicación es lo que ha impulsado a algunos a crear estos mitos. Por ejemplo, la creencia en fantasmas puede surgir como una forma de entender las apariciones inexplicables o los sonidos extraños.

No hay que confundirlo con la falsa “necesidad de creer en algo”. El ser humano no necesita creer en nada, por su propia naturaleza inquisitiva el ser humano lo que busca es explicaciones a todo, pero algunas veces por ignorancia y por temor, nuestra mente inventa explicaciones “fuera de nuestro alcance”, porque así nos pareció adecuado en ese momento.  

Por otro lado, para algunas personas, la creencia en dios, ángeles u otros seres sobrenaturales puede brindar consuelo o esperanza en momentos de dificultad o pérdida. La idea de que existe un poder superior o seres benevolentes que cuidan de ellos les puede ser muy reconfortante en momentos difíciles.

Para algunas personas, las experiencias personales, como presuntos avistamientos de ángeles, demonios o supuestos encuentros con duendes o fantasmas, pueden reforzar su creencia en estos seres. Estas experiencias son muy subjetivas y difíciles de explicar de manera objetiva, pues siempre se cae en el terreno de la superstición y la mitología.  

Muchos de esos casos, de aparentes encuentros, se dan en circunstancias muy “especiales”, como crisis emocionales, pero debemos ser muy realistas en esto, muy frecuentemente los sentidos son fácilmente engañados por nuestras emociones y por nuestra imaginación, de ahí surge la famosa frase de “sólo se ve lo que se quiere ver”, ya sea para bien o para mal.

Como ya explicamos, las creencias en los seres mitológicos pueden surgir de la necesidad humana de encontrar sentido a la vida y el deseo de trascendencia. La idea de que existen seres sobrenaturales, como un dios y sus ángeles, que trascienden la realidad terrenal, puede proporcionar un sentido de conexión con algo más grande que uno mismo.

Las creencias en seres preternaturales o sobrenaturales persisten por una variedad de razones, que van desde la influencia cultural hasta la necesidad de encontrar consuelo y sentido en la vida, aunque en muchos casos también es por tratar de rellenar vacíos existenciales en las vidas de esas personas.

Aunque estas creencias no estén respaldadas por evidencia científica, siguen siendo significativas para muchas personas en todo el mundo. Transmitir esas creencias forma parte del folklor de muchas regiones del mundo, pero nunca se debe de intentar de imponer a la fuerza a otros, pues recordemos que sólo son creencias, no son realidades.

Y la creencia vive hasta que choca con la realidad.

Que tengan una desmitificante noche.

14 junio 2024

Nunca existió la Nada



En el vasto y misterioso universo, la idea de la "Nada" ha fascinado a filósofos, científicos y pensadores durante siglos. Pero, ¿qué significa realmente la "Nada"? Y más intrigante aún, ¿ha existido alguna vez? Basándonos en la Ley de Conservación de la Materia, vamos a hacer un pequeño análisis de esto para explorar esta profunda duda.

Recordemos que una teoría científica es la explicación de un fenómeno natural ya demostrado, como la teoría de la evolución, y la ley científica es la descripción de un fenómeno natural constatable, como la ley de la gravedad. 

Para entender cómo esto se relaciona con la idea de la "Nada", es crucial considerar la Ley de Conservación de la Materia. Esta ley fundamental en la física establece que la materia no puede ser creada ni destruida, solo transformada, y eso fue demostrado por el científico francés Antoine Lavoisier en 1785. 

Esta ley señala que en cualquier sistema aislado, la cantidad total de materia y energía permanece constante a lo largo del tiempo, incluso durante eventos cósmicos monumentales como un Big Bang o un Big Crunch.

Esta ley nos dice que, si seguimos la evolución de todo lo que constituye nuestro universo, desde la energía oscura hasta las galaxias, estrellas y planetas, siempre encontraremos que la cantidad total de materia y energía se conserva.

La evolución natural del universo entero quedó demostrada con la Ley de Información Funcional Creciente, que señala que donde si una configuración novedosa, en cualquier sistema o plano de la naturaleza, va bien y mejora su función, entonces evoluciona.

Ahí es donde la Teoría del Big Bounce (Gran Rebote) nos viene a la mente. Una fascinante propuesta en cosmología que sugiere que nuestro universo actual es el resultado de un ciclo eterno de expansión y contracción. En otras palabras, el universo se recicla. 

En esta visión, después de que el universo se expanda hasta cierto punto, comienza a contraerse bajo la influencia de la gravedad. Esta contracción eventualmente culmina en un "Big Crunch", una densidad infinita donde toda la materia y la energía del universo se colapsan en un punto singular.

Sin embargo, en lugar de ser el final definitivo, este punto marca un nuevo comienzo. En lugar de un Big Bang singular, se postula que este punto de densidad infinita da lugar a un "Big Bounce", una nueva expansión que inicia otro ciclo cósmico. Este proceso continúa indefinidamente, creando una serie de universos en ciclos sucesivos de expansión y contracción.

Entonces, ¿cómo se relaciona esto con la idea de la "Nada"? Desde la perspectiva de la Teoría del Big Bounce y la Ley de Conservación de la Materia, parece que la Nada pura, en el sentido de una ausencia total de todo, no puede haber existido. Incluso en el punto de máxima contracción durante un Big Crunch, donde toda la materia y la energía están comprimidas en un espacio infinitesimal, la cantidad total de estas entidades sigue existiendo.

En el contexto de los ciclos del Big Bounce, la Nada pura sería una ruptura de la Ley de Conservación de la Materia, lo cual es incompatible con nuestra comprensión actual del universo. Cada fase de expansión y contracción está marcada por la transformación de la materia y la energía, pero nunca por una creación a partir de la Nada absoluta.

Por momentos esto recuerda al mito de la creación y destrucción repetitiva del mundo que narran algunas civilizaciones antiguas, como el mito del “Quinto Sol”. 

Así hemos llegado a una conclusión intrigante, basándonos en la Teoría del Big Bounce y la Ley de Conservación de la Materia, parece que la Nada, en el sentido de una ausencia total de todo, es un concepto que nunca pudo existir en nuestro universo.

Nuestro cosmos parece estar atrapado en un ciclo eterno de transformación, donde la materia y la energía continúan cambiando de forma, pero nunca se crean de la Nada absoluta. Esta idea desafía las creencias e ideologías sobre lo que significa el "no existir", planteando cuestiones aún más profundas sobre la naturaleza de la realidad y los aparentes límites de nuestro entendimiento.

En el tejido cósmico, entre los ciclos de expansión y contracción, parece que la Nada nunca ha sido y quizás nunca será más que un concepto abstracto en las mentes de aquellos que buscan entender el universo y nuestro lugar en él.

Entonces si nunca existió la Nada, por lo tanto, nunca existió un dios creador del todo. 

Ahí se las dejo de tarea. 

http://twitter.com/belduque


05 junio 2024

Lo divino no es lo desconocido



Como dijo el gran físico estadounidense Lawrence M. Krauss, "La falta de entendimiento de algo no es evidencia de dios, sino evidencia de una falta de entendimiento”. Y así es.

Esta idea nos debería de invitar a reflexionar sobre la relación entre el desconocimiento que se tiene sobre el mundo y la atribución gratuita a lo “divino”. La frase en si misma encapsula la esencia del pensamiento crítico contemporáneo y la necesidad de abordar la ignorancia con auténtica humildad y curiosidad científica. 

Krauss, conocido por su trabajo en cosmología y física teórica, abordó con contundencia la tendencia humana de llenar los vacíos de conocimiento con explicaciones divinas. De ahí surge el llamado “dios de los huecos” tan recurrido por algunos creyentes que ponen a su dios donde ellos no conocen las respuestas. 

Al señalar que la falta de comprensión de algo no constituye evidencia de la existencia de un “ser supremo”, se destaca la importancia de la educación académica integral y el método científico para explorar y comprender el mundo que nos rodea. 

Tenemos que reconocer y aceptar la responsabilidad de todos aquellos que buscan, o que buscamos, comprender la realidad. En lugar de recurrir a explicaciones sobrenaturales para llenar los vacíos en nuestro conocimiento, nuestro pundonor nos debería de desafía a profundizar en la investigación y a emplear la razón y la evidencia empírica. 

Este enfoque, según la mayoría de los investigadores científicos, no solo amplía nuestro entendimiento, sino que también desmantela las nociones simplistas que buscan atribuir lo desconocido a lo divino. 

En última instancia, debemos dejar de lado a la pereza mental y recordar de que la exploración intelectual y científica del mundo que nos rodea es un camino valioso para superar la ignorancia y expandir nuestro conocimiento. 

En lugar de contentarnos con respuestas fáciles y cómodas, debemos abrazar la incertidumbre como un catalizador para la búsqueda incesante del conocimiento de la realidad, reconociendo que la falta de entendimiento no es un llamado a la fe ciega, sino una oportunidad para aprender y avanzar en nuestro entendimiento del universo. 

Ahí se las dejo de tarea.