La relación entre la religión y aspectos fundamentales de la vida humana, como el orden, la moral, la paz y la felicidad, ha sido un tema de debate a lo largo de la historia de la humanidad. Algunos argumentan que la religión es esencial para mantener estos aspectos en nuestras vidas, mientras que muchos otros sostienen que no es necesario depender de la religión para alcanzarlos.
Pero tenemos que tener clara la idea de que ni el orden, ni la moral, ni la paz, ni la felicidad están directamente ligados a una religión, una errónea noción muy promovida por ciertos líderes político-religiosos con intereses electorales, especialmente entre los llamados de “derecha conservadora”.
El orden en la sociedad es esencial para su funcionamiento armonioso, se argumenta que la religión proporciona un conjunto de valores y normas que fomentan el orden social. Sin embargo, a lo largo de la historia, hemos visto sociedades secularizadas que han logrado mantener un alto nivel de orden sin depender de la religión como su principal guía moral.
Países como Suecia, Dinamarca, Alemania y Japón son ejemplos de naciones con altos niveles de orden social, pero con una presencia religiosa relativamente muy baja. Esto sugiere que el orden no está intrínsecamente ligado a la religión, sino que puede ser alcanzado a través de diferentes sistemas de valores y ética.
La moral es otro aspecto fundamental de la vida humana, en el que algunos argumentan que la religión proporciona una base sólida para la moral y la ética. Sin embargo, la moral también puede existir de manera independiente de la religión. Filósofos como Immanuel Kant y John Stuart Mill desarrollaron teorías éticas secularizadas que no dependen de ninguna religión para establecer principios morales. Además, hay comunidades seculares (ateas) que abrazan la ética humanista, promoviendo valores como la compasión, la empatía y la justicia sin la necesidad de creencias religiosas.
La relación entre la religión y la paz es un tema muy complejo, pues a lo largo de la historia humana, hemos visto tanto conflictos religiosos como esfuerzos por la paz impulsados por líderes religiosos. Evidentemente la paz no está necesariamente ligada a la religión, pero es importante reconocer que la religión puede ser una fuerza tanto para la paz, así como para la violencia, dependiendo de cómo se interpreten y se apliquen sus enseñanzas.
Por último, la búsqueda de la felicidad es un objetivo humano universal. Algunas personas encuentran felicidad a través de la religión y la espiritualidad, mientras que muchas otras encuentran ese significado y alegría en otras fuentes, como el arte, la ciencia, la familia y las relaciones interpersonales. La felicidad es un concepto subjetivo y multifacético que no puede ser reducido a una sola fuente, como la religión.
A lo largo de la historia, y en la actualidad, encontramos ejemplos de distintas sociedades y personas que han alcanzado estos aspectos fundamentales de la vida humana sin depender exclusivamente de la religión. La relación entre la religión y estos aspectos es compleja y variada, y no se puede reducir a una afirmación simplista.
Es importante reconocer la diversidad de caminos que las personas pueden seguir para encontrar el orden, la moral, la paz y la felicidad en sus vidas, y respetar la libertad de elección en asuntos de creencias y valores. Aunque si algo nos ha enseñado la vida a muchos, es que la felicidad y la paz no son la meta, son el camino.
Ahí se las dejo de tarea. Que todos tengan una desmitificante noche.