24 noviembre 2023

Eutanasia: El derecho a una muerte digna



 

La idea de la eutanasia, o muerte digna, implica el derecho que tenemos todas las personas a tener un final de vida que refleje nuestros valores y preferencias, especialmente en los casos cuando uno se enfrenta a enfermedades terminales en condiciones de salud dolorosas e incurables.

 

Muchos defensores de los derechos de los pacientes argumentan, y con toda razón, que las personas deben tener total autonomía y todo el derecho de tomar decisiones sobre el final de sus vidas, siempre y cuando se tomen medidas adecuadas para garantizar que estas decisiones sean debidamente informadas y al mismo tiempo respetuosas.

 

Para esto debemos de tomar muy en cuenta la autonomía y libertad personal, pues las personas tienen el derecho de tomar decisiones fundamentales sobre sus propias vidas, incluyendo cómo y cuándo quieren poner fin a su sufrimiento en casos de dolorosas enfermedades terminales.

 

El alivio del sufrimiento es parte fundamental de la muerte digna, ya que se considera como una opción que puede aliviar el sufrimiento físico y emocional extremo asociado con dolorosas enfermedades incurables. Pues en algunos casos, los tratamientos paliativos pueden no ser suficientes para proporcionar el alivio deseado.

 

También debemos de considerar el respeto a los valores individuales. La diversidad de valores y creencias personales significa que diferentes individuos pueden tener opiniones distintas sobre lo que constituye la muerte digna. Y el respetar y permitir que las personas tomen decisiones que reflejen sus propios valores se considera importante en una sociedad plural.

 

Algunos argumentan que permitir la muerte digna es una expresión de compasión hacia aquellos que sufren, algunos le llaman ética de la compasión, permitiéndoles evitar un prolongado sufrimiento innecesario. Pues si a las mascotas se les aplica la eutanasia por piedad, y por cariño, para que ya no sufran, ¿por qué no hacerlo con nuestros demás seres queridos? 

 

Es importante destacar que esta es una cuestión ética y social compleja, profesionales de la salud y distintos pensadores a menudo debaten sobre la mejor manera de abordar estos temas. Además, las leyes y regulaciones varían en diferentes países y regiones en relación con la muerte digna y la eutanasia.

 

La conversación sobre este tema implica sopesar los derechos individuales, la ética médica, los valores culturales y sociales. La cuestión de la eutanasia es un tema ético y moral complejo que suscita opiniones diversas en la sociedad. La perspectiva sobre la eutanasia en humanos puede depender de una variedad de factores, incluyendo valores culturales, éticos y filosóficos, así como experiencias personales.

 

Quienes se oponen a la muerte digna normalmente alegan que lo hacen por “consideraciones éticas”, pero en realidad sólo lo hacen por cuestiones religiosas.  Muchas personas basan sus creencias éticas y morales en sus “valores religiosos”. Algunas religiones tienen enseñanzas específicas que prohíben la toma de vidas humanas, incluso en casos de sufrimiento extremo.

 

Algunas personas sostienen que la vida humana es intrínsecamente más valiosa que todo, y que la toma de decisiones para poner fin a esa vida, incluso en situaciones de gran sufrimiento, plantea cuestiones “espirituales” fundamentales sobre el valor de la vida y el papel de la sociedad en preservarla.

 

Hay ciertas inquietudes muy legítimas acerca de la posibilidad de abusos en situaciones de eutanasia, como la presión indebida de familiares o el sistema de salud, la falta de consentimiento informado real y la posibilidad de que las personas tomen decisiones apresuradas o influenciadas por factores políticos, económicos o sociales.

 

Pero seamos realistas, hoy en día hay muchas personas que están a favor de la eutanasia en casos de enfermedades terminales dolorosas, argumentando que permite a las personas tener control sobre su propia muerte y evitar un sufrimiento innecesario.

 

Lo más importante de todo, es que todos tenemos derecho a tener un final en paz y lejos del dolor, pues alargar el sufrimiento ajeno por simples creencias religiosas, puede ser lo más cruel e inhumano que muchos han llegado a vivir, y eso no se debe de volver a repetir.

 

Ahí se las dejo de tarea. 


13 noviembre 2023

Los valores no son de ninguna religión

 


Debemos tener claro que los valores morales no dependen necesariamente de la religión, y no todas las personas obtienen sus valores morales de sus creencias religiosas. Y para colmo, ciertas personas religiosas no son muy inmorales en su forma de actuar. 

 

Los valores morales son principios que guían el comportamiento y la toma de decisiones de una persona, y pueden ser influenciados por una variedad de factores, incluyendo la cultura, la educación, la filosofía, la ética secular y, en algunos casos, la religión.

 

Es cierto que para muchas personas, la religión desempeña un papel importante en la formación de sus valores morales. Las enseñanzas religiosas a menudo incluyen normas éticas y morales que los creyentes siguen como parte de su fe. Pero no todas las personas son religiosas, y aquellos que no practican una religión también tienen sistemas de valores morales que pueden basarse en la ética secular, la filosofía, el humanismo u otras fuentes.

 

Algunos fanáticos cristianos creen que los “valores morales de occidente se los debemos al cristianismo”, pero eso es completamente falso. Lo que llamamos “cultura europea occidental” es una mezcla de varias ideologías que no son precisamente de origen cristiano, de las cuales podemos mencionar desde la Filosofía griega, La Ilustración y hasta la corriente de la Filosofía Alemana de Nietzsche.

 

Es importante reconocer que los mismos valores morales pueden ser compartidos por personas de muy diferentes creencias religiosas o incluso por aquellos que no tienen creencias religiosas. Por ejemplo, la mayoría de las sociedades valoran la honestidad, la compasión, la justicia y la empatía, independientemente de la religión o la falta de ella.

 

Los valores morales pueden surgir de diversas fuentes filosóficas, incluyendo la religión, pero no dependen exclusivamente de ella. La moralidad es un campo complejo y multidimensional que se ve influenciado por una variedad de factores, y las personas pueden desarrollar sus sistemas de valores morales de manera individual y diversa.

 

Y a final de cuentas, recordemos que una buena persona no es la que hace mucha oración, es la que ayuda y hace el bien a los demás.

 

Ahí se las dejo de tarea. 

09 noviembre 2023

La libertad está por encima de la fe



La libertad de expresión y de pensamiento están muy por encima de toda religión y todo dios. Es un tema fundamental en la sociedad contemporánea, la tensión entre la libertad de expresión y la religión. ¿Los derechos humanos deben de prevalecer sobre la fe o la religión?

La libertad de expresión y de pensamiento son un principio fundamental en las democracias liberales modernas. Estos derechos, a menudo consagrados en las constituciones de los países, protegen la capacidad de las personas para expresar sus opiniones, creencias y pensamientos sin temor a represalias. La libertad de expresión es considerada un pilar de la democracia, ya que permite un debate abierto y la libre circulación de ideas, lo que a su vez fomenta la innovación, el progreso social y la rendición de cuentas de los gobiernos y demás instituciones.

Por su lado, la religión ha desempeñado un papel determinante en la vida de las personas a lo largo de la historia. Para muchas personas, la religión proporciona orientación moral, sentido de comunidad y propósito en la vida. La libertad religiosa también es un derecho fundamental, que garantiza a las personas la capacidad de seguir sus creencias religiosas y practicar su fe sin interferencias, mientras no dañen a nadie.

En este caso, el problema viene de los fanáticos religiosos, pues en muchos cultos la libertad de pensamiento y de expresión no es bien vista por ellos, pues es contraria a sus dogmas de obediencia y sumisión total.

Cuando uno se plantea si la libertad de expresión y de pensamiento está muy por encima de toda religión o todo “dios”, se genera una tensión entre estos dos derechos fundamentales. La pregunta que surge es si la libertad de expresión debería tener prioridad sobre las creencias religiosas y, en caso afirmativo, en qué circunstancias.

En sociedades pluralistas, existe una amplia diversidad de creencias religiosas y no religiosas. La libertad de expresión permite a las personas expresar opiniones diversas, incluyendo críticas a la religión. Sin embargo, estas críticas pueden “herir los sentimientos” de quienes siguen una fe religiosa en particular. La mayoría de las democracias establecen ciertos límites a la libertad de expresión, como la incitación a la violencia, la promoción de estafas o los discursos de odio. 

Pero seamos realistas, la coexistencia pacífica en una sociedad que se pueda considerar avanzada y diversa se basa en el respeto y la tolerancia mutuos. Si bien la libertad de expresión es fundamental, también es importante fomentar un ambiente en el que las personas puedan expresar sus ideas sin temor a la hostilidad o la discriminación.

La educación integral desempeña un papel muy importante en la promoción del respeto y la comprensión mutuos. Puede ayudar a superar malentendidos y prejuicios formados por la religión y acercarla más a la libertad de expresión.

En una sociedad democrática y pluralista, es esencial encontrar un equilibrio entre la libertad de expresión y el respeto por las creencias religiosas. El diálogo constructivo, la educación integral y la promoción de los valores democráticos pueden ayudar a encontrar un terreno común donde se puedan respetar tanto la libertad de expresión como las creencias religiosas.

08 noviembre 2023

Fanáticos religiosos VS Derechos Humanos


 

No lo podemos negar, muchos fanáticos religiosos están en contra de los derechos humanos. Aunque las opiniones y creencias religiosas varían ampliamente, muchas personas religiosas sí apoyan plenamente los derechos humanos.

 

Los fanáticos religiosos sólo representan una minoría de personas dentro de cualquier tradición religiosa. En algunos casos, los fanáticos religiosos pueden estar en contra de ciertos derechos humanos debido a interpretaciones extremas o fundamentalistas de su fe. Esto puede llevar a conflictos con principios de igualdad, libertad de expresión, diversidad y otros valores que son fundamentales para los derechos humanos.

 

Es importante destacar que las creencias religiosas y los derechos humanos no son necesariamente incompatibles. Muchos grupos religiosos y líderes religiosos han abogado a lo largo de la historia por la justicia social, la igualdad y los derechos humanos. Además, muchas constituciones y declaraciones de derechos en todo el mundo garantizan la libertad de religión y la igualdad de derechos para todos los ciudadanos.

 

Sin embargo, es bastante evidente el odio y el desprecio de muchos fanáticos religiosos en contra de ciertas libertades y derechos humanos. Por ejemplo, es muy evidente el desprecio que tienen contra la comunidad LGBT, el derecho al aborto libre y legal, el matrimonio igualitario, la eutanasia o el derecho de adopción de niños por parejas del mismo sexo. Por si fuese poco, la libertad de expresión y la libertad de pensamiento son “pecado” según algunas creencias religiosas.

 

Pero el progreso de la sociedad y el mundo no se pueden detener por creencias mitológicas que siguen sobreviviendo porque tienen feligreses que todavía las siguen. La religión y su fe la deben de guardar para ellos mismos y para su hogar, no intentar que el mundo se doblegue a sus creencias.

 

La clave de mantener la paz y la armonía en la sociedad está en promover el diálogo y el entendimiento entre las diferentes perspectivas, de manera que se pueda encontrar un equilibrio entre las creencias religiosas y los derechos humanos, respetando la diversidad de opiniones y protegiendo los derechos fundamentales de todas las personas.

 

Hay que entender que ninguna creencia religiosa es una verdad absoluta, eso eran creencias del pasado oscurantista, que nunca deben de volver a nuestro mundo. Las cosas las tenemos que ver bajo la luz del conocimiento actual y moderno, no bajo una perspectiva de creencias de más de un milenio.  

 

Pues por más fe que se tenga en una creencia, nunca pueden estar por encima de las libertades y derechos de las personas, pues las creencias no tienen honor ni dignidad, mucho menos derechos; pero las personas sí tienen honor, dignidad y derechos. Las creencias por sí mismas no son nada, mientras que las personas lo son todo, pues las creencias no pueden vivir sin personas, pero una persona sí puede vivir sin creencias. 

 

Ahí se las dejo de tarea.



30 octubre 2023

La fiesta de Halloween en México



El Halloween, tal como se celebra en la actualidad en México y en muchos otros lugares del mundo, tiene sus raíces en tradiciones cristianas, y en cierta forma también en tradiciones celtas, así como en influencias culturales europeas y estadounidenses.

Sin embargo, es importante destacar que ni el Día de Muertos, ni el Halloween, son festividades surgidas en el continente americano, sino que han sido adoptadas de otras culturas y se ha mezclado con las festividades locales.

Tradicionalmente se relaciona al Halloween con las tradiciones europeas de los celtas, en particular la festividad conocida como Samhain, que marcaba el final de la temporada de cosecha y el comienzo del invierno.

Ellos creían que en la víspera de Samhain, el 31 de octubre, la línea entre el mundo de los vivos y el de los muertos se hacía más tenue, permitiendo que los espíritus de los difuntos regresaran al mundo, y para ahuyentar a los “espíritus malignos”, la gente se disfrazaba y encendía grandes fogatas.

La celebración de Halloween en América del Norte, con sus disfraces, calabazas talladas y dulces, se basa en gran medida en las influencias de los inmigrantes irlandeses y escoceses que llevaron sus tradiciones a Estados Unidos y Canadá a finales  del siglo XIX.

La tradición de tallar calabazas, los disfraces de espantos, la creación de decoraciones de Halloween y dar dulces, se popularizó en toda Norteamérica a principios del siglo XX, incluyendo toda la zona norte de México, especialmente en la ciudad de Monterrey, en donde a mediados del siglo pasado ya hasta en los Jardines de Niños (instituciones pre-escolares o kindergarten) les hacían fiestas a los niños ese día.

Obviamente en México, también existe la festividad tradicional del "Día de los Muertos", que guarda muchas similitudes con el Halloween, que se celebra el día 2 de noviembre. Pero vale la pena conocer sus orígenes reales para no confundirnos.

El Halloween fue inventado en el siglo VII por los mismos cristianos católicos, el nombre del “Halloween” proviene de la festividad cristiana de la "Víspera del día de todos los santos", que en inglés antiguo era “All Hallows Eve”, la cual se realizaba el 31 de octubre, un día antes del "Día de Todos los Santos" que es el 1 de noviembre, que también es muy popular en Irlanda y Escocia.

El Papa Bonifacio IV en el año 609 oficializó la festividad para honrar a la Virgen María y a todos los mártires de la iglesia católica. Pero con el paso del tiempo se extendió a todos los santos, y por eso surgió su nombre actual de “Día de Todos los Santos”. Esta fiesta religiosa se hacía los días 13 de mayo, pero el Papa Gregorio III, en el siglo VIII, la cambió y la pasó al 1 de noviembre.

Tiempo después también se instituyó el día 2 de noviembre como “Día de los Fieles Difuntos”, hoy conocido como el “Día de Muertos” en honor a todos los fieles que, según la creencia, sus almas estaban “en el Purgatorio esperando su entrada al Cielo”.

Hoy en día en México, como descendientes de los aztecas, tlaxcaltecas y mayas, durante el Día de los Muertos, se honra a los seres queridos fallecidos, tradicionalmente creyendo que las almas de los difuntos regresan a visitar a sus familias. Por ello se les construyen altares con ofrendas, que se decoran con comida y con las típicas calaveras de dulce, y en algunas regiones rurales se organizan procesiones para rogar por su descanso eterno, y para pedir y repartir golosinas entre los niños.

En las últimas décadas, gracias a la globalización y a los medios de comunicación, Halloween se ha vuelto mucho más popular en México, especialmente entre los jóvenes de las zonas urbanas. Pero es importante destacar que Halloween no es una que le reste algo a la celebración del Día de los Muertos, todo lo contrario, le aporta de su característico folklor.  

Estas festividades surgieron del característico sincretismo de los romanos que fue heredado por todas las culturas por donde tuvieron su dominio, y transmitido de generación en generación a todos sus descendientes.

No hay nada de maligno en el Halloween, una bella tradición adoptada voluntariamente por el pueblo mexicano, así como la bella tradición del Día de Muertos, que con su espiritualidad nos hace recordar el final del camino que todos tendremos.

Que todos tengan una muy bella y desmitificante noche.

26 octubre 2023

¿Libros oscuros o malos?


 

Mucho se ha hablado sobre algunos “libros malditos” en la historia humana, algunos por los pensamientos reveladores o contrarios a las creencias dominantes de la época, o por ser inspirados en ideas demasiado radicales o incluso ilógicas a la luz del conocimiento contemporáneo.

 

Podríamos hablar de la Torá, la Biblia o el Corán, que como libros religiosos son de los más conocidos, y aunque tengan mensajes de amor y paz, han traído tanto desorden y muerte al mundo gracias a sus malinterpretaciones y manipulaciones, que muchos ya los consideran los libros más malditos de la historia humana.

 

Sin embargo existen otros libros que por su contenido son considerados por algunos como libros oscuros, uno de ellos es la famosa “Biblia Satánica".  

 

La Biblia Satánica es un libro escrito por el estadounidense, de origen ruso, Anton LaVey, fundador de la Iglesia de Satanás, y publicado en 1969. Aunque el término "Satanismo" a menudo se asocia con la adoración del diablo, este libro presenta una filosofía diferente que busca desafiar las normas religiosas y sociales convencionales, pues el texto se basa principalmente en las corrientes filosóficas del materialismo y el individualismo.

 

El Satanismo de LaVey no se centra en la creencia en un ser “sobrenatural” llamado Satanás, sino en la promoción del egoísmo, la individualidad y la autodeterminación. Se podría decir que era un “ateo anarquista”, pues estaba en contra de los dogmas conservadores que reinaban en su época, aunque también era creyente del “ocultismo espiritual” tan de moda a finales del siglo XIX.

 

LaVey argumentaba que su “Satanismo” es una filosofía que celebra la indulgencia personal y la búsqueda del placer individual. Rechaza la idea de la sumisión y la autonegación, promoviendo en su lugar la autorrealización y el empoderamiento personal. En pocas palabras, no hay nada netamente maligno en ella. Era un movimiento hippie ocultista como tantos otros que surgieron en esa época.

 

Pero hablamos de libros realmente malignos, en el primer lugar tendríamos que poner a “Mi Lucha” de Adolf Hittler, el cual es un libro propagandístico lleno de ideología nacionalista, antisemita y expansionista, que sentó las bases para la ideología nazi y los crímenes atroces perpetrados por el régimen de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial.

 

Es un libro que muestra lo peor de la ideología política de ultraderecha, pues no era “socialista” como algunos desinformados creen a pesar del nombre de su partido político, pues sus ideas son anti-comunistas, racistas y netamente fascistas. Un libro inspirado en el odio, resentimiento y desprecio de un individuo que envidiaba el éxito de una comunidad que prosperó mucho en Alemania, y a los que denominó enemigos.  

De ess libros “malditos” que valdría la pena leer esta el "De Admirandis Naturae Reginae Deaeque Mortalium Arcanis", (Sobre los Maravillosos Secretos de la Naturaleza Reina y Diosa de los Mortales), del gran Giulio Cesare Vanini, quien fue quemado en la hoguera por los inquisidores oscurantistas.

 

Seamos realistas y honestos, no es malo leer estos libros, lo malo es querer imponérselos a los demás a la fuerza, eso sí es totalmente maligno. 

24 octubre 2023

Libros de paz y de guerra

 


El muy lamentable ver como el mundo se divide y desmorona por diversas ideologías religiosas, que aparentemente, en lugar de traernos paz y amor, nos han traído conflicto, guerra y muerte.

 

Es importante recordar que la interpretación y el impacto de los textos religiosos, como el Corán y la Biblia, varían ámpliamente según el contexto histórico, cultural y las creencias individuales. Estos textos sagrados son complejos y abarcan una amplia gama de temas, incluyendo la moral, la ética, la espiritualidad y la guía para la vida cotidiana.

 

Pero el hecho de que puedan ser interpretados de diferentes maneras ha llevado a una diversidad de opiniones y acciones a lo largo de la historia humana. Hay algunas razones por las que estos textos religiosos han sido malinterpretados o utilizados para justificar actos malignos.

 

Una de esas razones, por no decir que la más común, es la interpretación subjetiva. Los textos religiosos a menudo contienen pasajes que son poéticos, simbólicos o metafóricos, lo que permite una amplia gama de interpretaciones. Estas personas pueden seleccionar y enfocarse en ciertos versículos para respaldar sus puntos de vista personales, o sus agendas políticas, y más si las personas padecen de sesgos cognitivos.

 

Otro caso muy frecuente es el mal uso político de estos textos, pues a lo largo de la historia, los líderes políticos, generalmente de derecha conservadora, han utilizado la religión como una herramienta para consolidar el poder o justificar sus acciones.

 

Esto puede llevar a la instrumentalización de textos religiosos para fines políticos y a la propagación de conflictos, sobre todo a exagerar ideas tan vacuas como el nacionalismo o la raza, impulsando a la xenofobia en comunidades.  

 

Esto nos los ha llevado al peor de los casos que es el extremismo y fundamentalismo. En algunos casos, grupos extremistas, de ultraderecha o fundamentalistas han utilizado interpretaciones extremas e ilógicas de los textos religiosos para justificar actos violentos e intolerantes.

 

Esto no refleja la totalidad de las creencias de una religión, sino una interpretación radicalizada. Ejemplos muy lamentables de ellos son los guerrilleros yihadistas islamistas o los cristeros católicos, que son capaces de matar inocentes por “defender su fe”.

 

Los líderes religiosos deben de tomar más en cuenta los cambios culturales y sociales, pues a lo largo de la historia, las sociedades han evolucionado y cambiado; por lo que las interpretaciones de los textos religiosos también tienen que ir evolucionado en respuesta a estos cambios. A veces, las enseñanzas religiosas se han adaptado o reinterpretado para ajustarse a las necesidades políticas o sociales del momento. Nunca debemos de seguir dogmas arcaicos y caducos que vayan en contra de los derechos y libertades humanas.  

 

Es muy importante destacar que muchas personas encuentran en el Corán y en la Biblia, y otros textos religiosos, cierta orientación espiritual o moral, pues ven en ellos inspiración para actos de amor, compasión y servicio a los demás. La mayoría de las religiones también enfatizan la importancia de la paz, la bondad y la justicia.

 

Los textos religiosos como el Corán y la Biblia tienen el potencial de influir tanto en acciones positivas como negativas debido a su interpretación subjetiva y su adaptación a lo largo del tiempo. El papel que desempeñan los líderes político-religiosos al usarlos en la sociedad, depende en gran medida de cómo los interpretan según sus verdaderas intenciones, y así los aplican en un contexto dado según les convenga.

 

Pero si hay algo bien sabido, es que si una religión te enseña a odiar y despreciar a otros, por no seguir sus creencias, entonces lo correcto es dejar esa religión y alejarte de ella lo más pronto posible.


02 octubre 2023

Quieren que olvides el 2 de octubre

 


Hay que decirlo con todas sus letras, los grupos de poder político-religioso, de ultra-derecha conservadora, quieren que se olvide la terrible masacre ocurrida en México el día 2 de octubre de 1968, incluso algunos, enfermamente, la vanaglorian como un hecho heroico cometido por la dictadura que se padecía en ese momento.

 

La Masacre de Tlatelolco de 1968, también conocida como la Matanza de Tlatelolco, fue un evento trágico en la historia de México que ocurrió antes de la Matanza del Jueves de Corpus de 1971. Esta masacre tuvo lugar el 2 de octubre de 1968, en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, Ciudad de México.

 

La historia de la masacre se enmarca en el contexto de las protestas estudiantiles que tuvieron lugar en México en 1968, dirigidas por el Consejo Nacional de Huelga, que era una agrupación conformada por universitarios de distintas instituciones académicas. 


Los estudiantes se manifestaban contra el gobierno autoritario, la evidente falta de democracia y la terrible corrupción del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz (de derecha conservadora), así como en apoyo a la democracia y los derechos civiles. Las protestas habían estado creciendo en intensidad durante varios meses.

 

El 2 de octubre de 1968, miles de estudiantes se congregaron en la Plaza de las Tres Culturas para realizar una manifestación pacífica. Sin embargo, las fuerzas de seguridad del gobierno, incluyendo al ejército y la policía, rodearon a los manifestantes y abrieron fuego contra la multitud. 


Se desconoce el número exacto de víctimas, pero se estima que murieron asesinadas unas 500 personas, hubo más de mil heridos y otros tantos fueron arrestados y desaparecidos.

 

La Masacre de Tlatelolco fue un evento devastador que conmocionó a México y al mundo. Pero fue duramente censurado por el gobierno federal en los medios de comunicación para que no se mencionara nada de ello. Pero gracias a la gran labor de buenos periodistas investigadores, posteriormente se dio a conocer la magnitud de la masacre.

 

Tuvo un profundo impacto en la historia política de México y en la percepción de los derechos humanos y la lucha por la democracia en el país. Marcó un período de represión política en México que persistió durante varios años más. Pues durante el mandato de Luis Echeverría Álvarez (también de derecha conservadora) continuó la tiranía sobre el país.

 

Lamentablemente, fue hasta el año 2002 cuando Echeverría y Díaz Ordaz fueron acusados por la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado de fraguar la matanza del 2 de octubre de 1968, y de implementar durante su gobierno una estrategia de terrorismo de estado, la denominada “Guerra sucia”, con el fin de aniquilar a personas y movimientos disidentes a su gobierno.

 

Estos eventos trágicos, tanto la Masacre de Tlatelolco de 1968 como la Matanza del Jueves de Corpus de 1971 (obra también de Luis Echeverría Álvarez), son recordados en la historia de México como ejemplos de represión gubernamental contra manifestantes y luchadores por los derechos civiles.

 

Ahí se las dejo de tarea.

 

20 septiembre 2023

La paz y la felicidad no dependen de la religión

 


La relación entre la religión y aspectos fundamentales de la vida humana, como el orden, la moral, la paz y la felicidad, ha sido un tema de debate a lo largo de la historia de la humanidad. Algunos argumentan que la religión es esencial para mantener estos aspectos en nuestras vidas, mientras que muchos otros sostienen que no es necesario depender de la religión para alcanzarlos.

 

Pero tenemos que tener clara la idea de que ni el orden, ni la moral, ni la paz, ni la felicidad están directamente ligados a una religión, una errónea noción muy promovida por ciertos líderes político-religiosos con intereses electorales, especialmente entre los llamados de “derecha conservadora”.

 

El orden en la sociedad es esencial para su funcionamiento armonioso, se argumenta que la religión proporciona un conjunto de valores y normas que fomentan el orden social. Sin embargo, a lo largo de la historia, hemos visto sociedades secularizadas que han logrado mantener un alto nivel de orden sin depender de la religión como su principal guía moral.

 

Países como Suecia, Dinamarca, Alemania y Japón son ejemplos de naciones con altos niveles de orden social, pero con una presencia religiosa relativamente muy baja. Esto sugiere que el orden no está intrínsecamente ligado a la religión, sino que puede ser alcanzado a través de diferentes sistemas de valores y ética.

 

La moral es otro aspecto fundamental de la vida humana, en el que algunos argumentan que la religión proporciona una base sólida para la moral y la ética. Sin embargo, la moral también puede existir de manera independiente de la religión. Filósofos como Immanuel Kant y John Stuart Mill desarrollaron teorías éticas secularizadas que no dependen de ninguna religión para establecer principios morales. Además, hay comunidades seculares (ateas) que abrazan la ética humanista, promoviendo valores como la compasión, la empatía y la justicia sin la necesidad de creencias religiosas.

 

La relación entre la religión y la paz es un tema muy complejo, pues a lo largo de la historia humana, hemos visto tanto conflictos religiosos como esfuerzos por la paz impulsados por líderes religiosos. Evidentemente la paz no está necesariamente ligada a la religión, pero es importante reconocer que la religión puede ser una fuerza tanto para la paz, así como para la violencia, dependiendo de cómo se interpreten y se apliquen sus enseñanzas.

 

Por último, la búsqueda de la felicidad es un objetivo humano universal. Algunas personas encuentran felicidad a través de la religión y la espiritualidad, mientras que muchas otras encuentran ese significado y alegría en otras fuentes, como el arte, la ciencia, la familia y las relaciones interpersonales. La felicidad es un concepto subjetivo y multifacético que no puede ser reducido a una sola fuente, como la religión.

 

A lo largo de la historia, y en la actualidad, encontramos ejemplos de distintas sociedades y personas que han alcanzado estos aspectos fundamentales de la vida humana sin depender exclusivamente de la religión. La relación entre la religión y estos aspectos es compleja y variada, y no se puede reducir a una afirmación simplista.

 

Es importante reconocer la diversidad de caminos que las personas pueden seguir para encontrar el orden, la moral, la paz y la felicidad en sus vidas, y respetar la libertad de elección en asuntos de creencias y valores. Aunque si algo nos ha enseñado la vida a muchos, es que la felicidad y la paz no son la meta, son el camino.

 

Ahí se las dejo de tarea. Que todos tengan una desmitificante noche.