La idea de la eutanasia, o muerte digna, implica el derecho que tenemos todas las personas a tener un final de vida que refleje nuestros valores y preferencias, especialmente en los casos cuando uno se enfrenta a enfermedades terminales en condiciones de salud dolorosas e incurables.
Muchos defensores de los derechos de los pacientes argumentan, y con toda razón, que las personas deben tener total autonomía y todo el derecho de tomar decisiones sobre el final de sus vidas, siempre y cuando se tomen medidas adecuadas para garantizar que estas decisiones sean debidamente informadas y al mismo tiempo respetuosas.
Para esto debemos de tomar muy en cuenta la autonomía y libertad personal, pues las personas tienen el derecho de tomar decisiones fundamentales sobre sus propias vidas, incluyendo cómo y cuándo quieren poner fin a su sufrimiento en casos de dolorosas enfermedades terminales.
El alivio del sufrimiento es parte fundamental de la muerte digna, ya que se considera como una opción que puede aliviar el sufrimiento físico y emocional extremo asociado con dolorosas enfermedades incurables. Pues en algunos casos, los tratamientos paliativos pueden no ser suficientes para proporcionar el alivio deseado.
También debemos de considerar el respeto a los valores individuales. La diversidad de valores y creencias personales significa que diferentes individuos pueden tener opiniones distintas sobre lo que constituye la muerte digna. Y el respetar y permitir que las personas tomen decisiones que reflejen sus propios valores se considera importante en una sociedad plural.
Algunos argumentan que permitir la muerte digna es una expresión de compasión hacia aquellos que sufren, algunos le llaman ética de la compasión, permitiéndoles evitar un prolongado sufrimiento innecesario. Pues si a las mascotas se les aplica la eutanasia por piedad, y por cariño, para que ya no sufran, ¿por qué no hacerlo con nuestros demás seres queridos?
Es importante destacar que esta es una cuestión ética y social compleja, profesionales de la salud y distintos pensadores a menudo debaten sobre la mejor manera de abordar estos temas. Además, las leyes y regulaciones varían en diferentes países y regiones en relación con la muerte digna y la eutanasia.
La conversación sobre este tema implica sopesar los derechos individuales, la ética médica, los valores culturales y sociales. La cuestión de la eutanasia es un tema ético y moral complejo que suscita opiniones diversas en la sociedad. La perspectiva sobre la eutanasia en humanos puede depender de una variedad de factores, incluyendo valores culturales, éticos y filosóficos, así como experiencias personales.
Quienes se oponen a la muerte digna normalmente alegan que lo hacen por “consideraciones éticas”, pero en realidad sólo lo hacen por cuestiones religiosas. Muchas personas basan sus creencias éticas y morales en sus “valores religiosos”. Algunas religiones tienen enseñanzas específicas que prohíben la toma de vidas humanas, incluso en casos de sufrimiento extremo.
Algunas personas sostienen que la vida humana es intrínsecamente más valiosa que todo, y que la toma de decisiones para poner fin a esa vida, incluso en situaciones de gran sufrimiento, plantea cuestiones “espirituales” fundamentales sobre el valor de la vida y el papel de la sociedad en preservarla.
Hay ciertas inquietudes muy legítimas acerca de la posibilidad de abusos en situaciones de eutanasia, como la presión indebida de familiares o el sistema de salud, la falta de consentimiento informado real y la posibilidad de que las personas tomen decisiones apresuradas o influenciadas por factores políticos, económicos o sociales.
Pero seamos realistas, hoy en día hay muchas personas que están a favor de la eutanasia en casos de enfermedades terminales dolorosas, argumentando que permite a las personas tener control sobre su propia muerte y evitar un sufrimiento innecesario.
Lo más importante de todo, es que todos tenemos derecho a tener un final en paz y lejos del dolor, pues alargar el sufrimiento ajeno por simples creencias religiosas, puede ser lo más cruel e inhumano que muchos han llegado a vivir, y eso no se debe de volver a repetir.
Ahí se las dejo de tarea.
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