El Speculum Alchemiae, también conocido como el Museo de la Alquimia de Praga, es un lugar sorprendente e igualmente enigmático, situado en el corazón de la llamada por muchos como la ciudad más bella del mundo.
El local donde se encuentra situado este insólito museo se remonta al siglo IX de nuestra era, que en sus inicios funcionó como una apoteca o farmacia. Pero en su interior, más específicamente, en su sótano secreto, guardaba muchos secretos.
En el siglo XVI, durante el reinado de Rodolfo II de Habsburgo, Archiduque de Bohemia, fue cuando vivió su mayor gloria por el gran interés que el aristócrata tenía por la alquimia, la ciencia y las artes.
Pero la iglesia católica condenaba todo lo relacionado con las “ciencias ocultas”, y por eso los alquimistas tenían que ocultarse en el barrio judío de Praga, pues los judíos eran mucho más tolerantes a estos conocimientos.
Durante el siglo XIX muchas casas y edificios antiguos fueron demolidos durante un “saneamiento de la ciudad judía”, pero por razones desconocidas, este lugar se mantuvo intacto. Según algunos, se piensa que el lugar fue conservado debido a que algunos sabían de los secretos que se ocultaban en sus túneles subterráneos.
Sus secretos se mantuvieron ocultos hasta que en el año del 2002 llegó una gran inundación que derrumbó un muro, dejando a la vista uno de sus túneles secretos. Durante los 10 años en que se llevó a cabo la reconstrucción del lugar se encontraron los túneles subterráneos que guardaban insólitos tesoros alquímicos.
Hoy en día al entrar al lugar, parecería una tienda de antigüedades y artilugios esotéricos, entre los que se puede encontrar desde pociones para distintas cosas, hasta figuras del famoso Golem de Praga, creado por el rabbi Judah Löw, que según cuenta la leyenda, fue creado para defender a la comunidad judía de los ataques de los fanáticos cristianos.
Pero después de ser recibido por las amables encargadas del museo, ellas abrirán una primera puesta para llevar a los visitantes a un cuarto oculto donde inicia el recorrido.
En ese primer cuarto, que funcionó como despacho de alquimistas, destacan antiguas pinturas con simbología alquímica en las paredes, un gran librero lleno de antigüedades, pero en la parte alta se encuentra un candelabro con rostros de Moisés con cuernos. Las encargadas explican que, por ser un mediador entre el cielo y la tierra, tiene cuernos como una representación muy antigua de poder, de una época anterior al cristianismo.
Pero ahí es donde el misterio se hace más vívido, pues frente a todos, una de las encargadas abre una puerta secreta que lleva a todos los visitantes a los pasajes subterráneos del museo, donde podrá ver como eran los auténticos laboratorios y talleres de los alquimistas en la antigüedad.
Hay una leyenda que cuenta que, hace mucho tiempo, fueron vistas una yunta de “cabras de fuego” que una vez salieron corriendo de esta casa rumbo a la Plaza de la Ciudad Vieja, y quien se opusiera a la yunta de cabras, desfallecía o moría. Hoy en día explican que, posiblemente había fuertes explosiones en el taller subterráneo, y el fugo salía exhalado por un túnel que lleva de la casa a esa plaza, pero era tan poderoso que la gente podría ver las llamaradas desde la calle.
Praga, la ciudad más bella del mundo, es un lugar donde las leyendas antiguas no sólo se escuchan y se ven, se viven, y el Speculum Alchemiae es el lugar preciso para hacerlo.
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