El tema de si los padres tienen derecho a coartar o censurar la educación de sus hijos suele estar sujeto a interpretaciones legales e ideológicas en diferentes contextos y culturas.
En muchos países, se reconoce el derecho de los padres a ser parte activa en la educación de sus hijos y a tomar decisiones en su crianza, incluida su educación. Esto se basa en el principio de que los padres conocen mejor las necesidades y valores de sus hijos y desean asegurarse de que se respeten en el entorno educativo.
Sin embargo, este derecho no es absoluto y tiene sus límites, pues los hijos no son propiedad de los padres, son su responsabilidad, y no es lo mismo. La sociedad también tiene un interés en garantizar que los niños reciban una educación completa y equilibrada que les prepare para la vida en una sociedad diversa y cambiante.
En ese sentido, existen debates sobre cuándo el derecho de los padres a tomar decisiones educativas puede chocar con la obligación de la sociedad de proporcionar una educación completa, integral y objetiva, no basada en creencias.
Increíblemente en pleno siglo XXI todavía hay controversias en torno a temas como la inclusión de ciertos contenidos en los planes de estudio, como educación sexual integral, la diversidad de género, la teoría de la evolución, o historia controvertida como la Guerra Cristera, entre otros temas.
Algunos padres pueden sentir que estos temas entran en conflicto con sus creencias personales y por lo mismo desean censurarlos, mientras que los expertos argumentan que es importante que los niños tengan acceso a una educación completa y objetiva.
Las leyes y normativas varían según el país y la cultura, y las decisiones suelen involucrar consideraciones legales, éticas y pedagógicas. Pero de ninguna manera, los padres y madres de familia, no tienen ningún derecho a coartar y censurar la educación académica de sus hijos. Y eso es todavía más específico en el tema de la educación sexual integral.
Entre más información sexual académica tengan los niños, menos errores cometerán y evitaran ser víctimas de abusos, pues así no podrán ser engañados con juegos o trampas sexuales planeados por depredadores infantiles, como el caso del sacerdote católico Cesáreo Gabaráin que cometió varios abusos infantiles.
En el pasado (1935) los terroristas cristeros mataban maestros por enseñar la teoría de la evolución biológica del hombre, hoy los “neo-cristeros” quieren quemar libros que tratan de educación sexual y perspectiva de genero. Pero es bien sabido que quienes comienzan quemando libros terminan quemando gente.
La educación sexual debe estar en la educación pública de todos los niños, es información académica y científica, no debe ser manipulada por una falsa moral, mocha y oscurantista.
Los que tanto presumen de su fe o religión, normalmente carecen de valores y virtudes humanas, por eso tienen que presumir de algo distinto, porque carecen de lo otro, y por eso buscan censurar todo lo que ponga luz a esa oscuridad que tanto adoran.
Es tu responsabilidad que nunca se vuelva a prender una hoguera para quemar el conocimiento, porque terminarán quemando a inocentes.
Ahí te la dejo de tarea.
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