04 enero 2021

Estamos solos en el universo



El pasado año 2020 nos trajo muchos problemas y dolores de cabeza a todas las familias del mundo, a muchos les llegó con enfermedad, a otros con pobreza, a otros con muerte, pero a todos de alguna u otra manera el año pasado les ha dejado una huella en su vida, que marcará un antes y un después de tan nefasto año. 

Pero este año nos vino a aclarar una gran incógnita que teníamos desde hace mucho tiempo, respondió la duda de “¿Estamos solos en el universo?”; y la respuesta, de momento, sigue siendo la misma, sí estamos solos en este universo multidimensional. 

Los charlatanes hablaron de que en este año entraríamos a la 5ª dimensión, pero esos ignorantes no saben que no se puede entrar en una dimensión o salir sólo porque si, se está o no está, así de simple. Pero ¿qué podemos esperar de gente que quiere confundir la mecánica cuántica con su pseudo “física cuántica” espiritual? Ni siquiera saben realmente que son los fractales o los “quantum”.

La realidad de esta condición de que vivimos todos es resultado de más de 40 años de búsqueda de vida extraterrestre, en donde, a pesar de algunas recientes señales que han llegado del espacio exterior, nada indica que sean algo más que señales emitidas por estrellas pulsares. 

Tenemos que descartar toda esa parafernalia y charlatanería ufólatra que venera en sobremanera al fenómeno ovni y al mito de los extraterrestres. Millones de fotografías y videos sólo ponen en evidencia que la gente sigue siendo muy ignorante y muy inculta, al querer confundir (a la fuerza) imágenes borrosas, o mal enfocadas, con naves extraterrestres. 

Se estudia al universo para poder comprender mejor como se formó la vida en nuestro planeta, y comprender mejor los mecanismos que hacen funcionar al cosmos. La única forma de salir de la ignorancia es buscar más allá de nuestras aparentes limitantes. 

Y sobre si en el plano espiritual estamos solos, pues la realidad es que sí, también estamos solos en el universo por ese lado. La religión, las creencias espirituales y la fe son solamente el resultado geográfico-social de nuestro lugar de nacimiento. No han nada divino o místico en ello. La evidencia señala que si un niño nace en un país mayormente cristiano, será inculcado con esas creencias, y si nace en un país mayoritariamente de otra religión, se le inculcará el dogma dominante en esa región o en su familia.

Pero la fe o la creencia en su ser divino no sirve o ayuda de mucho tampoco, pues como la pandemia nos ha enseñado, una creencia o dogma espiritual no te protege de nada que sí sea real, como un virus o una bacteria. Esta pandemia se ha llevado a miles de religiosos de todos los cultos, sin importar su fe o doctrina, ninguna versión de algún dios pudo con un simple y pequeño virus. 

Y ante esto, al evidenciar la ausencia de una presencia divina en el mundo, se constató la inexistencia de eso que creen divino. La verdad nos hará libres, y esta es la realidad que todos hemos constatado. 

Quienes temen a la soledad cósmica son quienes necesitan creer en ángeles, dioses y extraterrestres, para no sentirse solos en este mundo. Quienes no temen a esa condición, no necesitan creer en nada de eso, pues sólo una persona integra se basta a si misma para sentirse pleno en su existencia. Quien tiene vacíos existenciales siempre necesitará panaceas. 

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