07 mayo 2020

La ignorancia del no creer en lo real

Ahora resulta que mucha gente no cree en lo que es real, y se creen los muy cultos e ilustrados. Tremenda gracejada. Gente que no sabe como funciona el Wifi de sus casas, que no sabe como funciona el control remoto de su televisor, o que ni siquiera sabe como funciona su teléfono celular, se pone a opinar sobre el funcionamiento y supuestos riesgos de la telefonía 5G. Es como ver patos tirándole a las escopetas. 

Esas mismas gentes son las que ahora dicen que no creen en la existencia del coronavirus Covid-19, dicen que es un cuento inventado por los gobiernos opresores para mantener a la gente encerrada en las casas para que no ande protestando en las calles y de paso acabar con todo los pequeños negocios. Es gente verdaderamente inculta e irracional los que andan diciendo eso. 

En nuestro mundo hay una ley universal que dice algo así “Lo que es real no necesita que creas en él, pues es real por si mismo y se puede verificar, no necesita que creas en él para existir, solo lo que es falso necesita que alguien crea en eso para existir, pues carece de sustento”. La fe no sirve para nada en este campo, en el campo de lo real. Pues si a esas vamos, tu dios no tiene ninguna evidencia o prueba de su existencia, y necesita que tú creas en él para “existir”. 

El no creer en lo que es real, no se llama incredulidad, es ignorancia, es incultura. Es como los que “no creen” en la evolución biológica del ser humano, alegando que “sólo se trata de una teoría”. Lo que no saben, porque no estudiaron bien ciencias naturales en la escuela, es que se trata de una teoría científica, y eso se refiere a que se trata de la explicación un fenómeno real basado en evidencia corroborable y pruebas constatables, en otras palabras en un hecho real. 

Los que dicen no creer en el coronavirus caen en ese mismo costal de gente ignorante e inculta. No quieren creer en algo que está plenamente demostrado, y que para colmo de males ha causado la muerte de miles de personas en casi todo el mundo. Es absurdo que tengan esa postura tan estancada y pobre ante la cruda realidad que les rebasa y por mucho. 

Lo peor del caso, no quieren creer en el coronavirus, pero sí creen en falsedades de que rocían ciudades con químicos para matar a personas de la tercera edad y mujeres embarazadas o que en las clínicas del gobierno se estan robando el líquido de las rodillas de los muertos para venderlo en el mercado negro. Eso definitivamente es alguna forma de retraso mental. 

Lo peor del caso es que hay quienes están lucrando con la ignorancia de estas personas. En los estados de Tamaulipas y Zacatecas ya se han detectado a supuestos “médicos homeópatas” que están vendiendo productos que aseguran protegen e incluso alivian a pacientes del coronavirus Covid-19, lo que en toda medida representa un vil fraude que merece ser castigado por las autoridades federales. En México no existe ningún medicamento o tratamiento que alivie la enfermedad del SARS CoV-2, ni en toda América; la recuperación del paciente se da por si mismo dependiendo de su estado de salud general y a las atenciones que reciba, la recuperación se da por si misma en 14 días. La venta y promoción de falsos productos milagro es algo que está penado en México. Así que sin dudarlo denúncienlos a las autoridades de su localidad.

Los falsos testimonios de gente recuperada dados por supuestas enfermeras o familiares de pacientes no son reales, como ya dijimos, después de los 14 días la infección es superada por el propio organismo del paciente, únicamente con tratamientos y cuidados básicos hospitalarios. El que hayan tomado algún suplemento de cualquier tipo no hace ninguna diferencia en ello. Las evidencias no mienten, esos que lucran con el dolor ajeno sí lo hacen. 

Por otro lado, toda esa gente inculta que por sus creencias ha atacado a personal médico o instalaciones hospitalarias, debe de ser tratados como criminales de guerra, no merecen otro calificativo. Estamos en una pandemia mundial y todo el personal médico me parece que debería de solicitar el cumplimiento de los Convenios de Ginebra en todo lo referente a protección del personal e instalaciones médicas. 

No podemos dejar que las calles y las redes sociales caigan bajo el dominio de las personas ignorantes, es nuestro deber exigir que se haga algo y se ponga un alto en seco a tanta parsimonia por parte de las autoridades ante este tipo de acciones. El pensar “no pasa nada” ante los actos de los charlatanes y veneradores de la ignorancia ya han causado estragos en el pasado. ¿Por qué esperar a que ocurran de nuevo?   
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