18 enero 2020

El deber ser es como tiene que ser


Vivimos en la cultura del conformismo y la mediocridad, de la conmiseración y la autocompasión, en donde muchos quieren tener la atención y la aprobación de los demás para poder sentirse felices y satisfechos, pero ellos son los que no brindan ninguna cualidad para que los demás los puedan aceptar y que estén felices con ellos. 

No se es un buen cristiano por ir todas las semanas al templo a hacer oración una hora, pero el resto de la semana se la pasan juzgando, maldiciendo y condenando a todos con odio y rencor solo porque no cumplen con sus caprichos o creencias mochas que solo le convienen a ellos pero no a los demás.  
De nada sirve que trabajes tanto si la mitad de tu quincena te la tomas y te la fumas en un fin de semana de “reventón” y borracheras, incluso si tienes un nivel socio-económico “prominente”, sigues siendo un jodido vicioso pero con dinero que trata de escapar de su pobre realidad por medio de sus vicios.

Hay que poner un alto también a esos padres y madres que dicen eso de "son mis hijos y los educo como yo quiera". No señora, no señor; porque con su mala educación estas formando a un delincuente, porque su pésima crianza promueve el bullying que daña a otros niños, con su mala educación crean pésimos ciudadanos, y por su culpa, por su mala educación, todos lo tenemos que pagar y hasta tenemos que aguantarlos. Si tú los pariste, edúcalos como tiene que ser, no como se te ocurra.

Hay mujeres muy insoportables, pero también hay unos tipos muy “valemadristas”, y hay que tener muy en claro que padre y madre son los que sí los cuidan y los educan, no quienes los engendran. La educación se da en la casa, no en la escuela, en la escuela solo se da instrucción académica, no caigamos en los típicos errores de antaño de confundir conceptos. 

Si no sabes ser padre o madre, no los tengas, el aborto ya es legal en muchas partes, o dalos a un tutor que sí los eduque bien como personas productivas para la sociedad. La sociedad no tiene porque tolerar escorias y lacras sociales, y solo la escoria defiende a la misma escoria. Ya basta de enaltecer o romantizar a las lacras sociales que solo encaminan a la sociedad a la podredumbre. 

El temer muchas cosas no te hace superior, solo significa que las conseguiste, ¿de qué manera? Eso ya depende de su honor y dignidad, pero si careces de ellas, tu palabra no tiene valor, y si tu palabra no tiene valor, no vales la pena como ser humano. Y si no vales la pena como humano, la sociedad no tiene porque aguantarte ni tolerarte. 

Los agentes del odio que promueven las ideologías del odio (anti-Lgbt, anti-aborto, anti-matrimonio igualitario, anti-derechos de las mujeres, anti-libertad de pensamiento, etc.) son un cáncer para la sociedad, pero son el resultado de malos padres y malas madres que no los supieron educar con valores y virtudes, por eso odian a todo lo que so vaya con sus ideas.  

El ser humano tiene que tener una base sólida de valores y virtudes, que como bien se sabe, una sola religión o filosofía no puede acaparar, el ser humano tiene derecho a estudiar y conocer las distintas formas de pensamiento para formar una estructura fuerte de sus ideas, para que no se derrumbe fácilmente ante los embates de los que todo lo juzgan y atacan por no ser como ellos quieren. 

La llamada “generación débil” que es la que actualmente está en las escuelas no sabe de respeto a la autoridad y a los mayores, pero es porque no comprende lo que no conoce, así de simple, y es porque en sus casas nunca vieron ejemplos factuales y prácticos de castigos correctivos reales, no esas nimiedades de las “psicologías light” que ahora tanto están de moda por temor a que se traumen o se acomplejen. 

Únicamente los padres y las madres con valores y virtudes pueden criar seres humanos con valores y virtudes, si los padres y las madres carecen de esto, no merecen ser llamados así, son simple máquinas de parir. Aunque también hay casos que a buenos padres y buenas madres les surgen pésimos hijos, o casos en donde buenos hijos han surgido de pésimos padres y madres. La luz se nota más donde más oscuridad hay, dicen. 

Si no sabes educar a tus hijos, hay instituciones con profesionales y buenos libros que te pueden ayudar, pero no te quedes a “lo que quiera dios”. Seamos serios, tú los tuviste, y son tu responsabilidad.  Las justificaciones déjalas para los mediocres.  

Hay un deber ser, y es porque así tiene que ser.

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