27 noviembre 2017

Mala ciencia y mala fe



Hoy en día mucho piensan que porque hablan frente a una cámara tienen algún tipo de autoridad sobre algún tema, y mucha de la gente que los ve así lo cree, pero la realidad es muy distinta. Muchos de esos personajes son simples oportunistas sacados de la manga o rescatados de un callejón oscuro del cual jamás debieron haber salido, pero que algún ocurrente les dio cuadro y ya se autonombran autoridad en tal o cual tema. 

En los medios electrónicos y en los impresos tenemos muchos “médicos” y “doctores” promoviendo terapias alternativas de muy dudosa y cuestionable efectividad, poniendo en riesgo la salud de las personas que inocentemente se ponen en sus manos con la esperanza de encontrar la cura para sus malestares ya que por falta de recursos no han podido encontrarlos en la medicina tradicional, la cual no es mala y sí es muy eficaz, pero no todos los médicos tienen el conocimiento y preparación para dar con el tratamiento adecuado para los malestares de forma rápida y acertada.

Pero estos “médicos” de televisión que recomiendan falsas terapias contra el cáncer y otros padecimientos delicados que merecen la opinión de auténticos profesionales, no de personajes salidos de una cloaca, son los que promueven lo que ya es conocido como la mala ciencia, pues ni es ciencia realmente. Como las terapias de células madre, las terapias de ozono, y otras tantas, que no tienen ninguna veracidad constatable, pero que dejan muchas ganancias a sus promotores. Ellos venden esperanza a base de una mentira que puede poner en riesgo la salud de las personas. La ciencia no es mala, a menos que sea falsa.   

Aquí vienen también los falsos guías espirituales, motivadores místicos y demás individuos que con algo de conocimiento de psicología mezclado con esoterismo endulzado se ponen a dar “consejos” para sanar los problemas de la gente en espacios pagados de tele y radio. Se pintan de “maestros”, “pastores” y otros títulos sacados de cuentos de hadas, pero son simples farsantes surgidos de la nada, como mucha labia como principal cualidad, pero tienen una gran debilidad, no pueden entrar en debate con quien les cuestione, pues carecen de argumentos para sus postulados.

Son los soldados de la mala fe, esa que venera la mentira y exalta la falsedad, que vende falsas panaceas con tan de encadenar sus espíritus a ideas falsas que les den una falsa tranquilidad pero que oculta una perversa realidad tras ella. Así como se dice que la verdad los hará libres, así también deben saber que la mentira los hará sus esclavos, y entre más defiendan esa mentira, más fuerte serán esas cadenas que los esclavizan. 

Estos individuos nunca tendrán el valor ni la dignidad de enfrentar un debate para poner a verificar la certeza de sus dichos, porque carecen de pruebas que señalen que lo que ellos tanto dicen es cierto. Necesitan que la gente les crea para ser alguien, pues para promover y sustentar sus falacias pseudo-científicas o pseudo-místicas necesitan de sofismas. Mentiras que sostienen más mentiras, que si se ponen a la luz, se deshacen.

No todo lo que sale en la televisión, el internet o en el periódico es real, mucho de ello es pagado, es publicado para engañar y desinformar y hacer que la opinión del público adopte cierta tendencia favorable para el que pague más o el que venda más. Hay que ser más escépticos y tener un pensamiento crítico para analizar las cosas que nos presentan, no caer a la primera en esos engaños dulces y rosas que nos presentan. La "fe" se debe de ganar con evidencia y pruebas, no darla de a gratis.     

Ténle más cariño a tu integridad física y mental.

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