07 agosto 2010

Negando la realidad



Hay gente que su principal afán es creer en extraterrestres y que los ovnis son naves extraterrestres, creer en fantasmas brujas, chupacabras y poderes mentales. Ellos desean creer porque satisface sus antojos y deseos, no porque sean de mente abierta, porque les permite soportar su imaginaria realidad que ellos viven, pero que no existe más que en sus mentes.
Con esta entrada ya más de uno se rasgó las ropas tachándome de negacionista o algo peor. Pero la verdad es que sí existen fenómenos sin una explicación aparente, que de momento se escapan a la lógica y al raciocinio, pero no por ello debemos dejarnos arrastrar por simples teorías facilonas, sacadas de la manga, con las que se trata de evitar el arduo trabajo de investigar que es lo que realmente está pasando con esos fenómenos.
Con todo respeto, el proponer o seguir esas teorías fuera de lugar, no es más que una prueba de carencia de valor para afrontar el reto de resolver esos misterios. Cualquiera puede creer todo eso y más, para creer no hay limites más allá del antojo y deseo personal de cada uno, aunque lo que se crea sea tan solo un engaño. Lo que realmente valdría la pena y el esfuerzo, es indagar a profundidad que sucede con esos fenómenos y sucesos que tanto llaman la atención a las personas. El saber y conocer bien las cosas, sus porque y sus como, nos ha hecho libres para vivir y sobrevivir en el mundo tal como es; el creer solo nos satisface internamente, aunque nos limita pues muchas creencias topan con el muro de la realidad.
El problema es cuando se comienza a negar la realidad y se empieza a reinventar una falsa realidad que solo existe en la mente de sus participes. Si un millón de personas dice creer que la Luna es rosa, no por eso es rosa, y no por eso dejará tener ese color pálido que tiene. Así de simple, por más que griten, publiquen y promocionen sus “verdades”, la realidad no cambiará a sus antojos. Pues nosotros vivimos dentro del universo, o dentro de la realidad, no el universo o la realidad dentro de sus mentes.
No porque mil personas griten que los extraterrestres van a llegar al mundo en el 2012, eso va a pasar, o porque otras mil griten que en ese año la humanidad evolucionará espiritualmente, eso ocurrirá. No porque mil personas griten que los círculos de las cosechas son hechos por extraterrestres, esto es verdad.
Y digo gritan, porque esa gente siempre grita su ideas, y gritan más si alguien les cuestiona o le exige rendir cuentas o poner a prueba sus dichos. Pero no les interesa que a muchos no les interesa escucharles, y menos a la fuerza, como ellos pretenden. Eso solo demuestra que ellos mismos saben que lo que tanto gritan carece de razón y de verdad. Recuerden, solo grita aquel que sabe que no tiene la razón; y ellos todo lo gritan.
Creen tener toda la razón, aunque si ponemos bajo análisis sus argumentos, la realidad evidente e innegable, es que no la tienen, pues todo lo que argumentan carece de pruebas y de sentido. Es como aquellos pseudo-investigadores que dice investigar mucho, pero solo se la pasa copiando textos de otros y pegándolos agregando su nombre, diciendo que son sus investigaciones. Solo lo hacen por sentirse parte del mundo, que ellos mismos ya le dieron la espalda cuando acudieron a la negación y la cerrazón mental.
Algunos lo podrían estar sufriendo algún tipo de manías, por ejemplo ufomanía o mitomanía por mencionar algunas. Pero en muchos casos, solo tratan de olvidar de momento la insondable realidad que les rodea, por eso se ocultan en “investigaciones ufológicas” o “paranormales”, pero por más que lo hagan, su realidad siempre los alcanzará, sin lugar a dudas.
Los que vale la pena rescatar de todo esta parafernalia mitificofílica (que desea de todo hacer un mito), es aquellas personas que sanamente se dedican a indagar y buscar respuestas a estos misterios que tanto llaman la atención de las personas, y que no lo hacen por simple ocio o entretenimiento, como lo realizan algunos “investigadores”, sino que buscan respuestas a sus interrogantes. Los que no se quedan con el “creer”, pues ellos lo que desean es saber.
Y sí, eso es lo importante, saber, pues el que sabe la realidad de las cosas, no las niega, solo las niega aquel que no quiere llegar a conocerlas, o que las conozcan los demás.

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