Nos prometieron que México cambiaría, y nos han fallado, dijeron que ya no habría corrupción y nos han mentido. Dijeron que se acabaría la violencia y la inseguridad, pero muy lamentablemente, como todos lo podemos ver ha sido un fracaso esto. Por eso el carisma del presidenta ha decaído tanto, y sigue cayendo en una franca picada cada día más.
Sí han hecho un par de buenas cosas buenas, no lo podemos negar ni nos interesa hacerlo, como algunos lo afirman, sino todo lo contrario, deberían de hacer más.Pero no es ni la mitad de lo que prometieron él y todo su gabinete. El manipular leyes para hacer acomodos a su antojo, como la Ley Taibo ha sido una de las vergüenzas que arrastrará la historia mexicana de ahora en adelante este gobierno.
Seguimos siendo el segundo país más peligroso del mundo, después de Siria, para el periodismo y la libre expresión, en lo que va el actual mandato ya van 5 periodistas asesinados, y el intento de linchamiento de los que expresas opiniones o críticas contrarias al actual gobierno son asolados por hordas de cuentas muppet en las redes sociales, al igual que en el sexenio pasado.
Al día de hoy se habla de más de 5,000 muertes violentas en todo el país desde que entró el actual mandatario, se calcula que tuvimos un repunte a los casos de asesinatos de todo el país a comparación de administraciones pasadas. Y algunos se han preguntado ¿esta perdiendo la guerra contra el crimen organizado o ya se rindió? Se están repitiendo errores del pasado, se lo han dicho, pero al parecer no quiere escuchar al pueblo bueno y sabio que, supuestamente, votó por él.
Que manden publicar encuestas pintadas a modo en la que según ellas el carisma y popularidad del presidente ha aumentado, es una cosa, pero gracias a las “benditas redes sociales” y a varias encuestas libres y auténticas que varios líderes de opinión han lanzado, se ha constatado que su popularidad y aprobación por parte de la población a bajado a un 30% aproximadamente, y sigue bajando lamentablemente.
No pueden tapar la luz con un dedo, mucho menos con cuentas falsas en las redes sociales, o con apoyo de asesores de soporte extranjeros, así no son las cosas. El pueblo paga impuestos para que se le cumpla las promesas, no para que se le den largos discursos carentes de contenido o profundidad matutinos todos los días.
Si ya se le demostró que está imitando las malas conductas de dictadores y tiranos de otros países, e incluso del pasado, ¿por qué lo sigue haciendo? ¿Sí sabe que su voz no es absoluta ni la única en un país libre, soberano y democrático? ¿Cuándo perdió lo “pueblo” su mandato? ¿Por qué si sembró tanto odio y discordia ahora solo quiere cosechar rosas rojas y algodón blanco? ¿Se le olvida que también tienen espinas?
Anda muy mal, y debería de aprender a escuchar, aunque algunos digan que “perro viejo ya no aprende maroma nueva”, debemos de aplicar la de “perro viejo debe de aprender maroma nueva si quiere seguir comiendo”, y requerimos que lo haga. El pueblo de México está para cumplirsele todas las promesas por las que votaron, incluso para los que no votaron por él, también se las debe de cumplir.
Algunos pseudo-periodistas prepararon el camino para imponer una ley mordaza disimulada, como los que defendían que los funcionarios pueden bloquear a los ciudadanos en sus cuentas oficiales en las redes sociales, pero les demostramos que están en el error, y corroboramos que no lo deben de hacer, pues su función es atender y servir a todos los ciudadanos, les guste o no les guste lo que digan de ellos.
Hoy nuestro país necesita periodistas muy críticos e inquisitivos que califiquen a los políticos y funcionarios por lo que son, por sus acciones, y esos gobernantes deben de escucharlos, pues los periodistas son la voz del pueblo que exige que se le cumpla justamente lo prometido. Y necesitamos a funcionarios y políticos que se pongan a trabajar, pero de verdad.
Debemos de recordarles algo, lo mismo que siempre les recordamos a todos los presidentes y gobernantes cuando entran en funciones: No son los dueños del país, son simples funcionarios públicos, están para servir y atender a los ciudadanos, si no quieren servir, quítense de ahí, y dejen el lugar a los que sí quieren servir al país.
Ahí se los dejamos de tarea a los llamados “chairos” para que se pongan a trabajar, en lugar de perder el tiempo atacando a quienes no veneran a su ídolo, pues han de saber que a los “peñabots” no les funcionó tampoco esa estrategia. La transformación les falló, siguen siendo parte del mismo problema.
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