En las crónicas más antiguas de la humanidad se ha mencionado a misteriosos cuerpos celestes que eran observados por los sabios estudiosos del cosmos, que con primitivos conocimientos de astronomía, física y mucha observación, pero sobre todo mucha paciencia, lograron llegar a describir y ubicar su posición en el firmamento.
Dentro de esos misteriosos objetos astronómicos, se dice que hay uno que podría acarrear grandes tragedias a la Tierra cuando llegue el momento de su proximidad, es el planeta Herclobus. Se supone que es un planeta antiguo, conocido por los antiguos estudiosos, pero la realidad de este mitico planeta es muy distinta a lo que dicen esos “conocedores”.
A pesar de la gran documentación de planetas existentes en el cosmos, en toda la historia de la humanidad, en ningún registro existe la más mínima referencia al supuesto planeta Hercolobus, y de hecho es apenas en el año de 1956 cuando un brasileño de nombre Hercílio Maes, quien era practicante del espiritismo y la teosofía, lo inventó para “profetizar” grandes calamidades que ocurrirían en nuestro planeta en 1999, cosa que como todos sabemos no ocurrió.
El mito del planeta Hercolobus, o el Planeta Rojo, se lo fueron pasando copia tras copia los seguidores de la doctrina denominada “gnosticismo”, una ideología que deja mucho que desear sobre sus enseñanzas, que en lugar de promover el acercamiento al conocimiento, procuran alejar a las personas del mismo, sumergiéndolas en la mistificación del esoterismo.
Algunos quisieron mezclar el mito de Hercolobus con el de Nibiru, diciendo que se trataba del mismo planeta, pero igualmente no existe ninguno de los dos. Veamos las razones reales de que este misterioso planeta no existe. Para empezar se lo inventaron en los años 1950´s supuestamente por medio de “canalizaciones” de un “espíritu guía” o “maestro” llamado Ramatis, que solo ha sido una invención para publicar libros de doctrinas pseudo-místicas.
Se supone, según los datos dados por ese supuesto espíritu a sus “médiums”, Hercolobus tiene un tamaño 6 veces superior a Júpiter, por lo que su acercamiento a nuestro planeta causaría grandes catástrofes apocalípticas, y esto ocurriría para el año 1999. Y como todos sabemos a ciencia cierta, no pasó nada.
De hecho, si este planeta estuviera tan cerca como dicen sus promotores, a menos de 10 millones de kilómetros de la Tierra, ya debería ser visible a simple vista sin ninguna ayuda de telescopios o binoculares. Pero la realidad es que no hay tal planeta, ni siquiera la más mínima evidencia de su existencia en nuestra galaxia, mucho menos dentro de nuestro sistema solar. Un planeta gigante e invisible, simplemente no es factible, y mucho menos teniéndolo tan cerca.
Algunos tergiversaron más el mito de Hercolobus como “el planeta de los muertos” o el “planeta de la muerte”, unos porque supuestamente el alma de los muertos era migrada a ese sitio a la espera del Apocalipsis, y otros porque ese planeta traería una gran muerte a nuestro mundo, pero ambos cuentos resultaron ser falsos.
Han intentado relacionar a Hercolobus que están a millones de kilómetros fuera de nuestro sistema solar, pero no tienen nada que ver con ese mito, pues ni llegaron en su tiempo, ni se dirigen rumbo a nosotros, mucho menos a la velocidad que ese planeta supuestamente se desplazaba por el universo.
Los vendedores de miedos y mercaderes de la ignorancia siempre inventarán cosas nuevas para captar más víctimas, o se sacarán de la manga cuentos viejos y obsoletos con tal de atraer y mantener cautivos a sus seguidores, alejándolos del saber y atrapándolos con falsas creencias.
¿Qué parte de esta demostrado que no existe Hercolobus no quedó clara? No importa lo que creas, no importa lo que digas, no existe, ya dédalo en el pasado y en el olvido, que es donde merece estar.
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