¿De qué sirve estar en el siglo XXI?

La humanidad ha seguido avanzado a lo largo de su historia a grandes pasos, aunque a veces de forma muy lenta, y en algunos momentos se ha quedado estancada por ideas que encadenaron a la sociedad e impidieron su desarrollo normal. Pero hoy ya estamos en pleno siglo XXI, pero ¿ha cambiado algo?

Estamos en un momento de la historia humana que, muchos lo recordamos, solo era narrado en películas y series de televisión de ciencia ficción en donde salían carros voladores o patinetas que flotaban en el aire, aunque no dudamos que para fines de siglo se desarrolle esto en su totalidad, todavía vemos algunos aspectos de nuestra sociedad estancados de alguna u otra forma, limitados no por cadenas de acero, sino por ideas erróneas.

¿De qué ha servido el haber descubierto los beneficios de las vacunas si todavía hay personas que se creen falsas notas sobre la vacunación de que causa autismo u otros males? ¿De qué sirve haber llegado a la Luna si hoy en día hay individuos que viven engañados diciendo que eso nunca sucedió, aunque hay cientos de evidencias reales y corroborables que así lo señalan? ¿De qué sirve la medicina si hay tipos que siguen estafando a las personas con falsas terapias alternativas y remedios mágicos? ¿De qué sirve tener internet de acceso libre si lo único que leen esas autonombradas “mentes libres y despiertas” es pura mistificación y falsedades?

Aunque algunos han querido minimizar el problema, el neo-oscurantismo sigue ganando mucho terreno no solo en las redes sociales y el internet, sino también en los demás medios masivos de comunicación, como la radio y la televisión. Existen segmentos pagados que son usados por timadores para engañar incautos para luego estafarlos en “consultorios”, “templos” o “centros de oración” en donde les prometen arreglarle todos sus problemas si depositan toda su fe, esperanza, y por supuesto su dinero en sus manos. Obviamente ponen de intermediario alguna supuesta entidad divina o fuerza mágica como maquinadora de la solución, la cual si no se da es por culpa de los afectados porque no tuvieron suficiente fe en ella.

Como dijo un conocido personaje de los medios de comunicación “De algo hay que vivir”, sí pero por honor y dignidad,  que no sea engañando a las personas, aunque pareciera que eso no les importa mucho a ellos. Pero seamos objetivos, los medios de comunicación y los gobiernos de los países son reflejo del obrar de sus sociedades. Si hay telebasura en los medios, es porque gente basura la quiere ahí, si hay políticos corruptos en un gobierno, es porque otros ciudadanos corruptos así lo facilitaron.
Estamos repitiendo los mismos errores que se cometieron en décadas pasadas, y seguimos sin aprender que no se debe de vanagloriar y exaltar lo miserable o lo bajo, no se debe enaltecer la ignorancia y la incultura, todo lo contrario, hay que combatirla y acabar con ella, promoviendo el arte, la cultura y las virtudes humanas. No pareciera que estamos en el siglo XXI, parece una mala copia de los años 1980´s. 

Pero esto es culpa no solo de los que promueven toda esa desinformación y entretenimiento de mala calidad, sino también es culpa de lo que no hacen nada por corregirlo, así es, son cómplices por omisión de la decadencia intelectual de la humanidad. Al paso que vamos el populismo político nos arrastrará a la idiocracia consumada, y si eso pasara la solución podría ser mucho más drástica y costosa de lo que algunos creen, y estamos más cerca de ella de lo que piensan. 

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