18 marzo 2015

Si amas a tus hijos, vacunalos


En las redes sociales ha surgido un muy peligroso movimiento denominado antivacunas, el cual está abocando por dejar la practica médica de la vacunación preventiva, sobre todo en los menores de edad, algo que representa un claro peligro y un atentado directo en cotra de los derechos de los niños y niñas.

Esos individuos que se han lanzado a las plataformas mediáticas para publicar toneladas de falsedades y desinformación netamente dañina, han puesto en serio peligro a los hijos de padres mal informados o ingenuos que no tienen conocimientos básicos en cuestiones médicas o científicas, pues con un par de imágenes tendenciosas quieren imponer sus ideas por encima de la realidad constatable de los grandes logros que ha logrado la vacunación a lo largo de la historia.

Una de las más recientes tragedias ocacionadas por la desinformación contra las vacunas fue la ocurrida en Anaheim, California (E.U.A.), en donde padres irresponsables no vacunaron a sus hijos, lo que ocacionó una epidemia en esa región que alcanzó a más de 100 personas contagiadas con esa enfermedad. Otra epidemia muy sonada ha sido la del ébola, surgida en Guinea (Africa) posteriormente extendido a Liberia, Sierra Leona y otros países, en donde grupos antivacunas, abusando de información falsa, causaron la proliferación a nivel exponencial de esa y otras enfermedades similares en esa zona. Incluso muchos de los mismos promotores de la no vacunación murieron por sus mismos actos.

Esto me recuerda a antiguos grupos que han surgido en el pasado, son los grupos que promovían la extinción de la raza humana, sí, así es, han existido varios grupos que apelan a la extinción de la humanidad por muy distintas e irracionales razones, todos plagados de fanatismo ilógico, y en algunos casos muy vdeshumanizante al mismo tiempo, hay varios grupos que explicitamente buscan la extinción humana, pero no son los que rocian a las ciudades con “chemtrairls” o con radiaciones de HAARP, pues ya está más que demostrado que eso es un vil fraude, sino personas que con falsas “medicinas alternativas” han querido desvirtuar el trabajo real de laboratorio para atacar la salud de las personas. 

Algunos han argumentado que se busca erradicar a los “pobres”, pero es curioso ver como en los países más desarrollados los índices de nacimienrtos han disminuido y el de los “países pobres” se han incrementado de forma imperante, entonces ¿quien se está extinguiendo? Hay que dejar de creer en mitos y falsedades mistificantes. La vacunas están salvando vidas, y lo han hecho por muchos años, y su carencia ha afectado a esas personas que se creían “cultos e informados” pues se han percatado que muchas de esas patrañas que leen en internet son peligrosas mentiras que ponen en riesgo la salud.

Algunos incluso han argumentado la salvajada de que es voluntad de los padres el decidir si se vacuna o no a los hijos. La realidad es que los padres no tienen derecho a poner en riesgo la salud de sus hijos, la Declaración de los Derechos del Niño es muy clara al respecto, que tiene como uno de sus fundamentos “El derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo: todos los niños y niñas tienen derecho a vivir y a tener un desarrollo adecuado”; y esto queda ratificado en su Artículo 4o que estipula: "El derecho a una alimentación, vivienda y atención médica adecuada". ¿Y quién determina qué es la atención médica adecuada? Los médicos y los científicos que están capacitados para determinar los tratamientos a seguir para mantener la salud de los niños.

Los antivacunas han desinformado mucho sobre la utilización del compuesto denominado timerosal o thiomersal en su fabricación, al cual han acusado de provocar autismo en los infantes, pero después de unas 4,900 de demandas y estudios científicos en varios laboratorios, se ha descartado sustentablemente la posibilidad de que esa substancia cause autismo en los niños. Así es, eso es falso. De hecho, el único caso que ganó una demanda por ese caso fue el de una niña que sufría de trastorno mitocondrial preexistente, el cual despues de las vacunas “presentó un deficit en el metabolismo celular energético” que degeneró en autismo. Ese trastorno se calcula que es padecido, aproximadamente, por un 0.0002% de la población. En otras palabras, la vacuna no era la mala precisamente, la pequeña ya sufría un trastorno que, combinado con la vacuna, le causó el autismo.

Hace falta más estudios al respecto de mutaciones y trastornos a nivel genético que puedan ser contraindicados con la vacunación, pero de momento, la manera más funcional y realista de mantener sanos a los niños, es la vacunación, muy por encima de las creencias de los padres, es su derecho.     

https://twitter.com/belduque
https://www.facebook.com/BelduqueOriginal

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mhhhh, estuve leyendo y dejé de leer hasta la parte del ébola... no hay vacuna disponible... enlazar antivacunas con el brote de ébola... mmmhhhhh