Hoy que veo tu fotografía en el porta retratos me acuerdo de cómo siempre me inculcaste ser una buena persona, el ayudar en la casa y fuera de ella. Siempre tenías la respuesta pata toda duda que tenía mi mente, fuiste mi maestro y mi ejemplo de vida.
Cuanta envidia sentirían los otros que me veían junto a ti, que siempre me hablaste con cariño, es más teníamos nuestras propias palabras para hablarnos y expresarnos con cariño. Hoy veo a muchos otros que tuvieron malos padres y me compadezco de ellos, pues no tuvieron esa bendición que yo sí. Me diste el ejemplo con la palabra y los hechos de ser un buen hombre.
Fuiste la representación más viva del termino "calidad humana" pues todo lo que dabas era bueno, nunca nada nos faltó. Además de ser todo un profesional fuiste un gran deportista, no se me olvida que cuando cumpliste los 70 años casi nadie de los vecinos y amigos te lo creía, pues por tu fortaleza, tu vitalidad, tu buena condición física y musculatura te daban la apariencia de alguien no mayor de 50; sólo tus canas y pequeñas arrugas del rostro delataban algo de tu edad.
Hubo alegrías y enojos, lo sé, siempre fui muy travieso, pero al caer la noche nunca faltaba tu bendición y tu "Hasta mañana, buenas noches..." que tanto me tranquilizaba.
Eras un gran cocinero, lo recuerdo bien, me encantaban tus tortillas de harina integral; los pasteles y platillos que preparabas no tenían igual. Además fuiste un gran conocedor de la jardinería, todavía están creciendo los nogales, el encino y no se diga los aguacates y las papayas, siguen dando frutos muy ricos.
Ya son cinco años sin tu compañía, pero todos los días puedo sentir tu presencia junto a mí, alentándome a seguir adelante, a seguir creciendo, a seguir siendo bueno, como tú que siempre fuiste bueno.
Hoy pienso en ti como mi más grande héroe, y un sabio que me enseño a pensar bien las cosas, a dar cariño sincero y a ayudar siempre que pudiera.
Hay tantas cosas que quisiera decirte, pero no acabaría jamás. Sólo espero soñar hoy en la noche con que te doy un abrazo con mucho cariño diciéndote "¡Feliz día Chopi, te quiero mucho!"; como siempre lo hacía en ese día especial.
Hoy solo te digo...
¡Muchas gracias papá! Por todo lo que me diste, por todo lo que me enseñaste, por todo lo que compartiste conmigo... ¡Muchas gracias por todo!
Feliz día del padre a ti que estas en el Cielo, pues se que ahí estas por lo bueno y amosoro que siempre fuiste, y que eres todavía.
¡Feliz día papá y gracias por todo!
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