Una cosa es ser el jefe, pero otra cosa es ser el líder.
El término líder proviene de la palabra inglesa "leader", que quiere decir conductor. De allí que la cualidad que les otorga la capacidad de conducir las voluntades de los demás es el liderazgo.
Al liderazgo se le considera, hablando austeramente, la actividad directiva de un líder; y a los líderes se les considera, expresándonos en términos simplistas, como una persona que tiene autoridad sobre un grupo.
Pero cabe aclarar que líder no siempre es lo mismo que jefe. Se puede decir que el jefe sólo tiene la autoridad formal o legal sobre los miembros de un equipo, pero el líder es quien tiene la autoridad moral y el poder para controlar por su propia voluntad a los integrantes de un grupo.
Hablando en términos de desarrollo organizacional, el liderazgo representa muchos aspectos de gran relevancia dentro de las organizaciones, ya que los líderes realizan y promueven actividades
dentro de las mismas organizaciones, y por lo mismo se les puede considerar puntos claves, pues ellos pueden ser los impulsores del cambio y del crecimiento de las organizaciones.
De hecho son, en muchos casos, los generadores del cambio, o más bien los que marcan el camino a seguir dentro de las funciones que se deben de realizar en una organización. Ellos dirigen y, en
muchos casos, modifican las voluntades y las expectativas de las demás personas que laboran dentro de las empresas.
Son los auténticos "jefes" dentro de las empresas, ya que su autoridad impulsa a sus compañeros a hacer lo que ellos les indiquen. Son los que tienen el manejo adecuado de información para así lograr de una manera segura el cumplimiento de los planes y proyectos que estén siguiendo y desarrollando. Son los que guían
los esfuerzos de los demás para alcanzar las metas que se hayan planteado a futuro y obtener, mediante una adecuada administración de fuerzas, el éxito en las aspiraciones de la organización.
El líder debe de ser audaz para saber controlar su miedo; para estar dispuesto a correr riesgos; para que su vida sea una aventura emocionante; para ser capaz de afrontar las situaciones y lograr ser diferente.
Un líder debe ser tenaz para levantarse una y mil veces; para lograr sus fines; para tener una firme convicción; para ser infatigable y para hacer su segundo, tercero o cuarto esfuerzo y así alcanzar sus metas.
El líder debe ser apasionado para no desanimarse nunca; para ver siempre el lado bueno de las cosas; para aprender de las derrotas; para hacer de los problemas focos de oportunidad; para estar lleno
de energía y saber pensar en grande.
Y tú, ¿qué prefieres ser, jefe o líder?
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