12 septiembre 2020

De lo distópico a la opacidad


En México pareciera que vivimos en un mundo de ciencia ficción, en donde la incompetencia de los actuales funcionarios de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, y de la Secretaría de Salud federal, hace que los exsecretarios de salud federal tengan que salir “al quite” para intentar arreglar lo que los actuales “servidores públicos” no han arreglado. 

No lo podemos negar, la pandemia del Covid-19 está casi desbordada en nuestro país, y para colmo la reactivación económica impulsada por la presión y acoso de varios empresarios, solo está empeorando las cosas en toda la nación. Los contagios detectados “han bajado” porque la gente ya no está acudiendo a hacerse tantas pruebas como antes, pero la alta incidencia de fallecimientos por SARS-Cov-2 no ha bajado en el territorio mexicano. 

La irresponsabilidad e ignorancia de muchas personas es la principal causa de esto, pues si el pueblo no ve a los “funcionarios públicos”, ni a los empresarios, ni a los conductores de televisión ponerse correctamente el cubrebocas, la gran masa de la gente, la borregada, tampoco lo hace, pues “piensan” que si ellos no se lo ponen, ellos tampoco tienen porque ponérselo. 

El la cultura del “no pasa nada” es lo que terminará por acabar con este país, pues todos esos que piensan que “no pasa nada” con los causantes de que todo lo malo ocurra. Tenemos que “presidente” que lloriquea si los periodistas lo ponen en su lugar, y que sus pseudo-periodistas tienen que defenderlo de los realistas señalamientos que los demás hacen a su régimen. 

Los mexicanos quieren ser y vivir como los ciudadanos de los países escandinavos, pero no se puede ser como ellos, ni vivir como ellos, si no se adopta sus costumbres culturales, y una de las principales es que allá los ciudadanos sí se unen y protestan por todo lo que no les gusta de sus gobernantes. En aquellas tierras nórdicas, los pueblos por todo protestan y se manifiestan cuando están en desacuerdo con el gobierno. Y los funcionarios de gobierno no se ponen a lloriquear por eso, se ponen a desquitar su salario, o el mismo pueblo los quita. 

Pero estamos en México, un país con un pueblo conformista y perezoso, que no le gusta leer ni trabajar. En donde los padres les enseñan a los hijos a “hacer tranzas para avanzar en la vida”, en lugar de enseñarles a trabajar de forma honesta y decente. Vivimos en el país de las limosnas, en el de las sobras, el que padece la cultura de la miseria. Y el gobierno es el más vivo reflejo de eso. 

Lo que nuestro país realmente necesita es ciudadanos con una actitud proactiva y propositiva, que se dejen de esas falsas e hipócritas “buenas voluntades”, necesita gente que sí pasa a las acciones, a los hechos. La mediocridad y la miseria la hay en todos los niveles de la sociedad, solo en la “clase pobre”. Hay muchos empresarios e industriales que en realidad son mediocres y miserables en sus mentes, a pesar de la aparente riqueza económica que tienen. 

Quien no vive para servir a los otros, no sirve para vivir. Eso es algo que a muchos no les ha entrado en sus mentes pequeñas y obtusas. Hoy podemos ver a muchos hijos de empresarios que gastan y desperdician los recursos que sus padres ganaron con su trabajo, y no es porque no lo valoren, es porque sus padres nunca les inculcaron los valores ni las virtudes de la vida con honor y dignidad. 

Por eso hoy tenemos políticos corruptos y llorones, conductores de radio y televisión mediocres e incultos. Y también por eso tenemos “influencers” ignorantes que opinan de todo pero que no saben de nada. Nos hace falta más periodistas críticos e inquisitivos si queremos que este país progrese.

1 comentario:

Alexander Strauffon dijo...

Oscuros tiempos sin duda, Belduque. Hace desear que aún fueran aquellos de los 90, los tiempos de Tengo Miedo en la radio, y de un mundo donde había aún privacidad, criterio, pero sobre todo: esperanza o fe en el futuro.