20 abril 2020

Pandemia y otras pestes

Debemos recordar algo muy sencillo en estos momentos tan críticos para la humanidad: Libertad de expresión no es para mentir, engañar o promover ideas de odio, es para servir e informar. Así de simple. Unos se rasgarán las vestiduras, los más obtusos de mente como siempre, y saldrán con su típica pregunta de “¿Y quién será quien determine cuál es la verdad?”. Pero eso es muy sencillo.

Como ya hemos explicado antes, uno puede tener “su verdad”sobre una cosa y otro puede tener su “otra verdad” sobre ese mismo asunto, ambas “verdades” son parciales, particulares y personales, son medias verdades. Pero si se contrastan y se validan con los datos duros, los hechos reales y la evidencia constatable, esas “verdades” se quiebran, porque no son la realidad. La realidad sí es constatable y corroborable de forma libre y abierta, por eso en ella se basa la ciencia y el conocimiento.

Uno podrá decir que un murciélago es un animal feo, otros dirán que es un animal maligno, la realidad es que los murciélagos son animales muy buenos para la naturaleza y para los ecosistemas en dónde habitan por todas las funciones que cumplen dentro del ciclo de la vida. Como diría el gran Carl Sagan “En la ciencia la única verdad sagrada es que no hjay verdades sagradas”.

El problema es cuando surgen personajes que se creen dueños de la verdad absoluta. Desde políticos, líderes religiosos, artistas que ahora se hacen pasar por merolicos pseudo-espirituales y hasta pseudo-periodistas hay en esa gran gama de personajes impresentables que se creen grandes potentados de la verdad con absoluta autoridad sobre la materia que se les antoje opinar, aunque en realidad no tengan ni la más remota idea del tema.

Es bueno ver como en varias redes sociales ya se está eliminando y silenciando perfiles y cuentas dedicadas a la promoción de bulos y demás desinformación maliciosa sobre el coronavirus Covid-19 causante de la enfermedad ahora conocida como SARS Cov2. Existen peligrosas cuentas que están invitando a la gente a salir a la calle y grabar videos en los hospitales para ver si pueden encontrar enfermos contagiados del nuevo coronavirus, que invitan a dañar antenas de telefonía celular 5G o a realizar saqueos en centros comerciales. Esos individuos deben de ser clasificados como ciberterroristas, tienen que ser perseguidos y encarcelados por las autoridades de todos los países.

Y aquí tenemos que hacer de nuevo el recordatorio sobre la bella y noble profesión del periodismo. El periodista es aquel que sí encara, cuestiona y pone en duda lo que digan los funcionarios políticos, no quienes los veneran, defienden e idolatran, esos son los “chayoteros”. Los “perdiodistas” como les llaman también porque perdieron su honor y dignidad. Por eso el periodismo siempre debe de ir de la mano de la ciencia, para dar a conocer lo que todos deben de saber, no lo que unos cuantos creen cierto.

En México tenemos el problema que el actual régimen que tanto presumió ser revolucionario y transformador, pero resultó ser conservador, y hasta neo-porfirista y/o neo-fascista también. Por ello hay tanta desorganización durante esta pandemia y la consecuente cuarentena. Un gobierno de ideología “socialista”, donde no se respetan los derechos humanos, ni de los trabajadores, no funciona cuando la mayoría del pueblo es “neo-liberal”. Y México es un ejemplo de eso.

No han faltado las amenazas, ataques y “criticas” a quienes hemos hecho público todo este tipo de desmanes que han ocurrido en los medios de comunicación y en las redes sociales. Pero como sabemos, si nos ladran los perros, es que vamos por el buen camino.

Tenemos que dejar a un lado políticas e ideologías caducas y obsoletas, ya no podemos regir nuestra vida con pensamientos que tienen más de 100 años de antigüedad, el mundo está dando un salto evolutivo. pero los “grupos de poder” religioso y político no dejan que la sociedad lo de también, pues sería permitir que se rompan sus cadenas de poder y opresión.

Debemos de entender que si queremos salir victoriosos de este momento gris de la historia humana, tenemos que hacerlo juntos, todos unidos con inteligencia, no divididos en facciones o bandos. Pero tanto religiones como partidos políticos se han dedicado por mucho tiempo a dividir a las personas, ese es su negocio a final de cuentas.

La humanidad solo está cosechando lo que permitió que muchos otros sembraran, por eso hoy tenemos el mundo que tenemos. Y solo la humanidad unida podrá salir de este profundo bache.
Ahí se los dejo de tarea.
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