12 febrero 2020

El aborto no es un asesinato, prohibirlo es atentar contra la mujer


Mucho se ha expuesto sobre la doble moral que ha sido más que evidenciada en muchos “pro-vida” o “anti-aborto”, que le desean, y hasta festejan, la muerte de quienes no les simpatizan solo por no tener sus mismas creencias o ideologías. Pero el intento de diálogo no ha parado, pero estos grupos, que claramente se comportan como grupos de odio, son un impedimento para el avance de la sociedad.

Por un lado, como ha ocurrido hace unos días, varios han festejado que un médico dio muerte a dos delincuentes en las calles de Colombia, pero esos mismos condenan a quienes apoyan la libertad de abortar de toda mujer. Los atacan e insultan, pero no dan ni un solo argumento real o lógico para estar impidiendo que las mujeres que así lo requieran o soliciten puedan tener acceso libre a un aborto.
El típico argumento de muchas de esas mujeres que dicen estar “a favor de la vida” es eso de “esas que quieren el aborto que cierren las piernas y que se cosan las vaginas…” (sic). Pero ellas tienen tanto derecho de exigir eso, como nosotros de exigir que se cierren y derrumben sus templos e iglesias.

La agrupación PROFAMILIA, en Colombia sabe muy bien de esta terrible problemática, al respecto recientemente publicó que “Ninguna mujer que ejerza sus derechos sexuales y reproductivos, debe enfrentar barreras ni ser víctima de persecución y discriminación. La vivencia de la sexualidad y reproducción es íntima e individual”.

Muchos argumentan que un feto de 7 meses es un niño, un ser humano, pero eso es falso en toda medida. Hay que poner las cosas claras sobre la mesa. Un feto de 7 meses es sólo eso, un feto de un ser humano, pero no es un ser humano, no es una persona, mucho menos un individuo. Y eso precisamente es lo que les hace enervar y ebullir (bullir), pues no lo pueden refutar ni contradecir. Un motor de carro o una carrocería solo son eso, pero no son un carro por si mismos. Así de simple.

El ser humano, el individuo o la persona, surgen después del alumbramiento, después de nacer, no es antes, solo después de ese proceso es cuando surge el individuo. El renombrado biólogo chileno Humberto Maturana mencionó sobre esos falsos defensores de la vida que “Si uno quiere defender la vida ni siquiera debería tomar antibióticos, porque las bacterias son seres vivos. Hablar de la defensa de la vida, en general, es una mentira, porque los seres vivos vivimos de comernos a otros seres vivos. ¡Todos! Yo creo que lo que uno debe defender, si se quiere defender algo, es al ser humano en su vida íntegra. Y un embrión no es un ser humano. El ser humano surge en el momento en que se establece la relación amorosa entre la madre y ese ser que está creciendo en ella. Si esa relación no se establece, no hay ser humano”. 

En su momento la misma ONU Derechos Humanos le ha recordado a distintas autoridades su obligación de garantizar el acceso a la interrupción legal del embarazo en las mujeres y niñas,  pues todo gobierno tiene la obligación de garantizar el derecho a la salud de las mujeres y niñas, incluida la salud sexual y reproductiva, a la luz de las normas internacionales de derechos humanos.

La Representante de la Oficina para América del Sur del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Birgit Gerstenberg, en su momento dijo que “La no prestación de determinados servicios de salud a mujeres y niñas en condiciones legales resulta discriminatoria, y las restricciones o prohibiciones absolutas en el acceso a la interrupción legal del embarazo pueden constituir tortura y malos tratos”, y esto debe de terminar.

En la naturaleza, en la vida silvestre donde la sabiduría de la naturaleza dicta el orden de la conducta de los animales, nos ha enseñado que las hembras de muchas especies cuando no pueden con sus crías, las abandonan para que mueran de sed y hambre, y en algunos casos las devoran ellas mismas. La mujer no tiene porque esperar al parto cuando se sabe a ciencia cierta que el producto no es deseado o que no es viable llevarlo a termino por alguna razón.

La mujer no es una bestia de parir hijos, no es una máquina de hacer bebes, como algunas cristianas y católicas así lo prodigan. La mujer tiene derecho sobre su cuerpo, y el embrión o el feto forman parte de su cuerpo, están ligados a ella, por lo tanto tiene todo el derecho a decidir sobre ellos. Les guste o no, esa es la realidad, no un cuento plagado de sofismas que quieren vender en las redes sociales y en estaciones de radio.

No es correcto humanizar a un feto, como tampoco es correcto cosificar a las mujeres que buscar que el aborto sea libre y abierto a todas. El aborto no es ningún asesinato, y el prohibirlo es atentar contra las mujeres. Eso son los datos duros, la evidencia es lo que señala de forma contundente y constatable. Si tú estas contra el aborto, adopta niños huérfanos, y deja a las demás hacer su vida. Pues tú no tienes ningún derecho a impedirlo.

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