Nuestro bello país México está pasando una vergüenza a nivel mundial por seguir cometiendo los mismo errores del pasado: No saber elegir bien a sus gobernantes. La ignorancia o incultura del que esté sentado en la silla puede ser “pasable” si tiene buenos asesores en todos los demás temas que él ignora, pero cuando todos son ignorantes e incultos… La cosa se pone peor.
La descabellada ocurrencia de pedir que España o el Vaticano se disculpen por algo que pasó hace más de 300 años es algo totalmente carente de inteligencia. El querer llamar la atención en cosas irrelevantes y sin importancia real como esa, para distraer a la población de problemas reales y mucho más importantes, eso ya es otra cosa.
El querer explicar con insultos el por qué insulta a quienes no están de acuerdo o cuestionan sus acciones y dichos, es más nefasto y retrogrado. La involución política que está viviendo nuestro país en pleno siglo XXI es asombrosa y lamentable al mismo tiempo.
Apenas teníamos 18 años de conocer realmente lo que es la libertad de expresión y la libertad de prensa, y de nuevo se quiere volver a imponer la ley mordaza por parte de simples y vulgares servidores públicos y sus achichincles (siervos) que intentan impedir que sean expuestos sus errores y faltas garrafales a la lógica humana.
No por nada ya tenemos 8 periodistas asesinados en lo poco que lleva este “nuevo” régimen político, en donde si increpas o corriges al mandatario para que se apegue a responder a lo que le se cuestionó, te vetan y censuran por todos los medios posibles,
Es atroz el pseudo-periodismo que está surgiendo ahora, antes los “chayoteros”, “payoleros” o “paleros” recibían dinero o algunos favores de los políticos o funciones en turno, pero ahora ni eso, son simples “chayoteros de a gratis” (aparentemente) los que defienden lo que ellos mismos deberían de cuestionar y denunciar.
El tener años o décadas en los medios de comunicación no hacen al periodista, eso ya ha quedado demostrado. El periodista se hace cuestionando, señalando, analizando y puntualizando lo que esta mal o lo que está bien, sin importar quien o que caiga. Somos la voz y oídos de un pueblo que sabe que muy apenas el 30% de la población está de acuerdo con ese régimen que desea regresar a las prácticas del pasado que sumieron a México en crisis y mediocridad.
Estamos en un despertar mexicano, pero algunos quieren que el pueblo de México se vuelva a dormir en la miseria y la incertidumbre. Aumentó la gasolina, aumentó la inseguridad, se redujeron empleos, apoyos a la ciencia y tecnología… ¿Estamos en los 1970´s o 1980´s?
El ganar los hizo perder, por eso ya muchos se han arrepentido de votar por quien votaron, por eso muchos se quieren ir del país; y los mediocres que les dijeron “váyanse de México” son los que van a pedir que regresen o que les manden ayuda para no tener que comer de la basura. Sembraron odio y discordia, por eso nadie les tiene respeto, pues lo perdieron.
Todos tienen derecho a opinar, pero no todas las opiniones valen los mismo, la de los necios, incultos, ignorantes, o la de los fanáticos, nunca deben ser escuchadas. El valor de la opinión depende del conocimiento y experiencia real, no sólo por permanecer mucho tiempo en un mismo sitio. Eso es solo ser una maceta de pasillo más en el corredor de la vida.
El respeto se gana, se necesita tener dignidad para reconocer el error, que se está enviando al país a un oscuro y profundo camino del que no será sencillo salir. Los que atacan a la libertad y a los derechos con tal de defender al régimen son los traidores a la patria y al pueblo que deberían de pedir disculpas, por no escuchar cuando se les dijo que estaban en el error.
Estamos a tiempo de corregir el camino, no debemos de esperar dos o tres años para corregirlo, es ahora, poniendo en claro que son los ciudadanos honestos y trabajadores, la clase media, quienes mantienen a este país en pie, no son las cúpulas, ni los de abajo. Son todos esos que sí se levantan temprano para ir a trabajar o a la escuela, ellos son el verdadero tesoro de nuestro país, y es a quien se debe de proteger y defender de toda tiranía y villanía. Merecemos vivir en paz y armonía, no hay porqué tener que aguantar a resentidos sociales.
Tu opinión basada en tus viseras no importa, cállate y ponte a trabajar por tu país, pide disculpas y retírate sin hacer ruido. Deja pasar a los que sí quieren progresar y avanzar por el bien de toda la humanidad.
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