Hoy en día uan importante parte de la juventud busca internarse en deportes no tan tradicionales como lo son los deportes de pelotas, y aunque algunos gustan de los deportes de contacto, tienen miras en tradiciones más antiguas como lo es el manejo de la espada. De nuevo están resurgiendo academias y grupos que se dedican a practicar el arte del combate con la espada.
Aunque para algunos pareciera algo obsoleto, el manejo de la espada ha sido una disciplina que se ha mantenido de forma algo discreta en la sociedad, pues aunque a nivel internacional se han realizado distintos torneos de esgrima, kendo, softcombat o modern sword fighting, todavía hace falta una mayor difusión en los medios de comunicación de estas disciplinas.
Estos deportes que nos brindan los característicos beneficios de cualquier actividad física deportiva, como lo es mejorar nuestra condición física, mejorar nuestra fuerza y resistencia, tienen un plus por decirlo de alguna manera. La considerable cantidad de los que se dedican a enseñar estas formas de combate a los demás, buscan promover virtudes como el honor, el respeto y otros valores que todo caballero o dama debe de tener.
Quienes hemos practicado por algunos años el combate con espadas hemos descubierto que no existe un contrincante demasiado pequeño o grande en un combate, el principal reto es vencer nuestras limitantes pues la espada nos hace iguales a todos, hombre y mujeres pueden desarrollar la destreza en el arte de la espada y enfrentar por igual a cualquier tipo de adversario. Y solo me estoy refiriendo netamente al ámbito deportivo.
Pero si nos vamos al campo personal de la vida diaria, podemos ver los beneficios de estas prácticas, pues nos ayudan a tener más valor para afrontar los retos que la vida nos presenta día a día, uno aprende a tomar decisiones de manera rápida y efectiva, pues sabemos que una decisión rápida pero sin pensarla puede llevar a un fracaso. Sí, uno aprende a razonar más rápido ante la presión de buscar una solución al reto que se nos presente.
Uno se puede enfrentar a 10 o más retadores con espadas, pero si ni uno de ellos no sabe usarla, es igual a que no portaran nada. A veces así es la vida también, obedece a los más diestros en el manejo de las decisiones, en otras palabras, a los estrategas, pues hasta en estos deportes se aplica la estrategia, esa fina arte de pensar para adelantarse a los movimientos del oponente.
Pero a diferencia de las guerras, en los combates deportivos aprendemos de nuestros errores, pulimos nuestros defectos y fortalecemos nuestras facultades para ser mejores en todos los sentidos. Desde dejar vicios o conductas tóxicas, hasta fortalecer valores humanos, o simplemente el tener una mejor condición física es lo que nos ayuda este tipo de actividades.
No estamos hablando de ser samurais, guerreros, mucho menos templarios o paladines; simplemente ser practicantes del camino moderno de la espada, de la destreza del arma, caballeros o damas del arma blanca, hay muchas formas de llamarles, pero todas son formas de recordar antiguos valores que la sociedad moderna ha ido olvidando por la turbulencia cotidiana y el tratar de sobrevivir al estrés urbano.
Podría hablar de los beneficios de estas disciplinas en el campo de la defensa personal, los cuales son muchos, pero eso ya amerita mucho más espacio. Hoy te invito a enfrentar tus miedos con valor, pues los valientes no son los que no tiene miedo, sino los que tienen las agallas para enfrentarlos a pesar de tener temor en su interior.
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