Cuando uno escucha el termino de “lavado de cerebro” uno piensa en engaños, seducción y estrategias para hacer que alguien termine creyendo alguna idea en especial, ya sea para bien o para mal. Pero el lavado de cerebros, o más bien mentes, debería de referirse a la depuración de la mente de ideas o pensamientos dañinos, tóxicos e inservibles.
Lo que comúnmente se conoce como el lavado de cerebro es en realidad todo lo contrario, es ensuciarlo y llenarlo de basura ideológica y creencias falsas. Existen muchos ejemplos de ello como el adoctrinamiento en los “secretos de las leyes de la atracción”, filosofías light hechas al vapor que mezclan cristianismo mocho con budismo a medias, con mitos de ovnis y extraterrestres; o los que se pintan de revolucionarios lanzando postulados populistas o comunistas; o también los que se creen iluminados por algún dios que se lanzan de apóstoles y profetas religiosos con palabras estériles y muertas sin profundidad.
Son individuos carentes de congruencia que enarbolan argumentos sin sustento, carentes de veracidad. Pero así es el pensamiento posmoderno de hoy, igual que su “arte posmoderno”, que es insulsa y carente de sentido. Buscamos inteligencia en otros planetas, pero pareciera que se esta perdiendo la que tenemos en el nuestro.
Por eso de esta dando más la censura y la represión a la prensa libre en el internet y las redes sociales por parte de los fanáticos a alguna ideología y sus líderes populistas, pero es lo que se puede esperar de las mentes cerradas y obtusas, de esas que comprenden las cosas con gran lentitud y dificultad, o que de plano no quieren entenderlas.
Hoy muchos periodistas están siendo víctimas de fanáticos de distintas corrientes políticas e ideológicas que buscan imponer sus creencias en todas las redes, por todos los medios, y por encima de todos, no permiten que sus ideas sean cuestionadas o puestas en duda por algún comunicador.
Debemos de saber que el buen periodista, el real, no está encaminado a la farándula, está destinado al mundo intelectual, académico e incluso al filosófico, pues su función es ser un analista crítico de la sociedad. Para tener una buena sociedad, es necesario tener buenos periodistas críticos e inquisitivos. Y para ser mejores personas, y poder crear una mejor humanidad, necesitamos tener en nuestras mentes más de Umberto Eco, más de Ryszard Kapuscinski y más de Tom Wolfe; y menos creencias de esas que no son reales, que solo se escuchan bonito.
Es una situación muy estúpida la actual, lo correcto sería que los ricos buscaran que todos fuéramos ricos, pero hay pobres que quieren que todos sean pobres, creyendo que eso es lo justo, y hay ricos que les apoyan en eso, y hay más pobres que les defienden para que así sea. Y luego se preguntan el porque estamos en riesgo de una nueva extinción masiva que ya pronostican los científicos.
Pero vendrá una crisis que hará una limpia, como la historia así lo ha enseñado, pero hoy a nadie le interesa la historia, solo les interesa creer que su pensamiento es el correcto y superior a todo, cuando es el que esta enviando al mundo al carajo. Hace falta un auténtico lavado de mentes, y desechar ideas basura, y echarlas a la basura, con todo y sus promotores.
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