No creas en lo que ven tus ojos, pues ellos pueden ser engañados,
incluso no creas en lo que te dice tu corazón, pues también se le puede engañar, mejor cree en lo que pueden tocar tus manos, a ellas es muy difícil engañarlas.
Pero hasta a ellas se les puede engañar con las artimañas correctas, mejor verifícalo todo, todo constátalo, pon a prueba todo, nada lo dejes a la desidia, pues esa negligencia te puede hacer caer muy profundo, en un abismo existencial que nada llenará y que no te dejará.
Más vale ser muy precavido, que lamentar una omisión por pequeña que sea. Te podría salir muy caro el haber confiado tu fe a una falacia.
Incluso, no creas lo que yo te digo, mejor constátalo por ti mismo, y descubre lo que es, ciertamente, la realidad, esa que no se puede negar ni esconder, pues como reza el dicho, “la verdad os hará libres”, solo verificándola lo serás.
Deja de creer en mitos, y acércate a la luz de la realidad y vive en ella, lejos las penumbras de la mentira, pues solo ahí podrás ser libre.
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