25 enero 2012

Di sí a la desmitificación




Es impactante ver como ya muchos aparatos electrónicos tienen múltiples aplicaciones inteligentes de computación. Desde los teléfonos, relojes, escritorios y hasta pizarrones tienen varias funciones de búsqueda, generación y edición de distintos tipos de archivos que pueden guardar varios tipos de información.
La base para la generación de la correcta información es la recolección de datos certeros y oportunos, para así poder brindarla abiertamente a todo público. Pero si esa recolección de datos se ve alterada y corrompida por distintas intenciones, entonces esa información resultará manipulada, y más si los datos originales son falsos, como en varios casos ya se ha dado.
Algunos pseudo-comunicadores, pseudo-periodistas, pseudo-investigadores e incluso pseudo-científicos han tomado la bandera del neo-oscurantismo debido a la moda que ha generado a nivel internacional, en donde se han lanzado a promover cuestiones que no tienen lógica y ni razón; mucho menos evidencia que sustente sus afirmaciones. Y todavía tienen el descaro de reclamar cuando alguien les llama charlatanes o timadores, pues siendo objetivos, eso no sería insultarlos, solo sería calificar o describir su cualidad informativa.
A los charlatanes, aunque digan que no, pareciera que les encanta que les digan sus verdades, pues así tienen motivos para ponerse la máscara de mártires o víctimas de los “refutadores escépticos”, pero lo que realmente temen, y odian, es que los pongan en evidencia, demostrando abiertamente sus fraudes. Eso realmente les incomoda, pues arruina sus planes de mistificación y desinformación.
Por ejemplo, me parece ilógico que exista gente que diga tener más de 20 años de experiencia en fotografía o video, y siga defendiendo a capa y espada el mito de las orbes, diciendo que son algo “invisible al ojo humano”, cuando está plenamente demostrado, y corroborado de manera sustentable, que solo son un efecto óptico que se logra con cámaras digitales dependiendo de las condiciones del medio ambiente; o también el caso de los chemtrails o rastros químicos que dicen que son armas biológicas, pero en realidad solo son el rastro de las turbinas de aviones volando a grandes alturas.
Se dicen investigadores o periodistas, pero siguen promoviendo ideas que ya son obsoletas y que no se apegan a los más recientes descubrimientos en el campo de la ciencia enfocado a los temas de misterio, pues deberían de recordar que si existe un “misterio” es para resolverlo, no para admirarlo, como lo hacen ellos. Desmitificar un misterio significa despojarlo del carácter mítico e idealizado, es aterrizar las cosas y mostrarlas tal como son, es el resultado de una auténtica investigación.
Es muy fácil hablar por hablar y nunca responder a cuestionamientos, pero es un vil acto de cobardía y soberbia utilizado por algunos falsos comunicadores, investigadores o como quieran llamarse. Si van a estar diciendo cosas que son falsas, por favor, por calidad humana, aclárenlo al público; digan que su programa, revista, show o página web es de entretenimiento, que su obra no es un autentico trabajo periodístico e informativo, y que queda bajo la responsabilidad de cada uno el creer o no en sus dichos o publicaciones. Eso lo deberían de hacer por ética.
Según ellos, no somos “jueces” para juzgarlos, pero basándonos en la decencia y honestidad, sí podemos calificarlos y ponerlos en el lugar que se merecen, y darles su merecido. ¿Qué calidad humana puede tener alguien que defiende fraudes desenmascarados y mitos resueltos? Siendo honestos, ninguna. La calidad humana se tiene o no se tiene, no hay puntos medios en eso.
La desmitificación y el pensamiento inquisitivo, es lo que ha permitido el avance de la sociedad, es lo que sacó al hombre de las cavernas, es lo que permitió que al Sol se le dejara de adorar y se le comenzara a estudiar, es lo que ayudó a dejarle de temer a la oscuridad de la noche para comenzar a generar luz que rompa las penumbras, para seguir avanzando más allá de los límites preestablecidos por creencias antiguas.

Fuente: http://info7.mx:9000/editorial.php?id=2000

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