Todos buscamos a nuestra pareja ideal, pero ¿cómo es la pareja ideal de los demás?
En la X Feria Internacional del Libro, celebrada en el año 2000 en la ciudad de Monterrey, en un pasillo había un cartel que causó que muchos se pusieran a pensar, especialmente los que todavía no tienen pareja.
Este cartel mostraba el resultado de un sondeo realizado por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM que mostraba las preferencias de las personas respecto a cómo les gustaría que fuese su pareja.
Según este sondeo, las mujeres se inclinan porque los hombres sean, principalmente, trabajadores, responsables, fieles, comprensivos, buenos e inteligentes. Mientras que los hombres buscan mujeres que sean, en primer lugar, trabajadoras, fieles, comprensivas, hogareñas, responsables e inteligentes.
Según lo que arrojan los datos, se busca lo que está más escaso: una pareja que sea trabajadora, responsable y fiel, porque son las que menos hay. Pero en realidad es así: hay pocas personas que sean muy trabajadoras. Queremos que los demás hagan los que nosotros tenemos que hacer, no somos comprensivos porque queremos que todo sea como a nosotros nos guste, y si no es así cerramos nuestras mentes y no hacemos caso a nada. No somos fieles porque tememos que nos quiten nuestra libertad y alegamos el no querer estar atados a algo cuando lo que sucede es que somos unos irresponsables.
El buscar a una pareja que sea inteligente eso sí es algo controversial, porque a pesar de que vivimos en pleno siglo XXI, todavía muchos arrastran traumas, complejos y supersticiones que no los dejan desarrollarse y crecer como personas. Además, la falta de bondad en las personas es un problema más grave de lo que parece: ya nadie quiere ser bueno, muchos jóvenes quieren ser rudos y mal encarados, con apariencia de mafioso de película estadunidense o japonesa. Deberían de saber que los buenos, a la larga, siempre ganan en la vida real; se gasta la misma energía siendo bueno que malo, es tu decisión lo que serás.
Lo que más preocupa es el hecho de no ser hogareños. En la actualidad, muchos jóvenes quieren forjar un futuro lleno de éxitos y triunfos, y entre esos proyectos está el de conseguir una casa, pero no el de construir un hogar. Para muchos jóvenes, la casa es sólo para dormir y comer, no tienen conciencia de que el hogar es una casa enriquecida de cariño, comprensión, apoyo, y amor.
Es en el hogar en donde se puede encontrar todas esas cualidades que buscamos, es el refugio de los que buscan comprensión y fidelidad, pero también requiere trabajo mantenerlo y para eso se necesita ser muy responsable.
No busquemos una pareja ideal, busquemos ser la pareja ideal de alguien.
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