20 agosto 2021

Tus creencias déjalas afuera de la academia



Es muy lamentable el video donde se constata como un “maestro universitario” despotrica mencionando ideologías de odio religioso contra quienes no siguen sus mismas creencias. 

Pero éste no es un caso aislado, tenemos gente infiltrada en la política y el gobierno que quiere implantar esas mismas ideologías de odio y elevarlas a nivel de leyes, para así imponerlas sobre las libertades y derechos de los demás. 

Podemos mencionar varios ejemplos donde las ideologías de odio se quieren implantar como leyes, tan sencillo como recordar el Pin Parental que cosifica a los niños como vil propiedad de los padres, en lugar de ser su responsabilidad, para así poder coartar su derecho a la educación.

Otros ejemplos que  siguen padeciendo muchos es la prohibición al aborto y al matrimonio igualitario que se padece en varias entidades del país, argumentando simples ideas arcaicas basadas en supersticiones mitológicas. 

Sólo falta que quieran abolir el divorcio, pero no lo harán pues ellos son clientes de ese “servicio” con cierta regularidad. 

Como es bien sabido, muchos presumen de ser “muy católicos”, o “muy cristianos”, y ser muy “próvida”, pero sólo hasta que embarazan a la amante, o su hija resulta embarazada por el novio. Ahí sí, hágase lo que se tenga que hacer para no manchar el apellido, ¿verdad?  

Como hemos visto, y constatado, la única diferencia entre los fanáticos religiosos islamistas y los fanáticos religiosos cristianos es que los cristianos intentan imponer sus creencias de odio como férreas leyes, imitando en cierta forma la Ley Sharia, mientras que los islamistas sólo las aplican y ya, ellos ya tiene su Ley Sharia.

Y como todos sabemos, imponer creencias religiosas como legislaciones para nada constituye un camino para la paz, todo lo contrario, pues se basan en ideologías medievales y oscurantistas, que si son revisadas a la luz del conocimiento actual, son caducas y obsoletas. 

Toda persona es libre de creer y no creer en lo que quiera, pero no es libre para querer meter su fe y sus creencias en todas partes. Hay un chiste popular que refleja la enorme similitud que hay entre los adictos al sexo y los fanáticos religiosos, que en pocas palabas dice “a todo se lo quieren meter”. 

Tenemos que madurar, así como dejamos de creer en Santa Claus y el Ratón del Diente, y no nos traumamos ni se nos “acabó el mundo”, tenemos que dejar de lado ciertas creencias y seguir madurando y evolucionando. Los valores familiares no vienen de ninguna religión, ni son propiedad de un dogma en especial. 

La mitología religiosa la tenemos que dejar para el hogar o para el templo, pero nada más ahí, los valores y virtudes humanas no dependen de esas creencias. Así como tú no odiaste a tus padres cuando descubriste que no existían esos personajes de fantasía que te traían regalos, no tienes porque odiar a quienes no sigan tus mismas creencias.

De hecho, si tus creencias te enseñan a odiar y a despreciar a quienes no las sigan, entonces lo lógico, lo racional, y lo más sano, es que dejes a esas creencias. 

Razónalo, te lo dejo de tarea. 

http://twitter.com/belduque


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