Las redes sociales y el internet han sido una puerta abierta para cierto tipo de individuos, que comúnmente se les denomina “importosos”, pues se meten en lo que no les importa y en donde no se les llama, y lo peor es que, por lo general, se quieren entrometer en temas de los cuales no tienen conocimiento más allá de rumores.
Quieren hacer valer sus opiniones en base a que ellos gritan más fuerte o a repetir muchas veces lo mismo, se basan en descalificaciones personales y falacias ad hominem para hacer sus “argumentos” para intentar rebatir lo que otros digan y que esté en contra de sus creencias. Por lo normal pueden ser personas muy incultas e ignorantes en el tema que se afanan en opinar, aunque tengan títulos universitarios, eso no les resta lo incultos o ignorantes, solo que pasaron unos exámenes temáticos para acreditar unas materias, no significa que sepan realmente de ello. Lamentable pero crudamente real.
Estas “bendiciones” son gente que solo cree que su visión del mundo es la única y la correcta, aunque las evidencias verificables por todos señalen lo contrario. Pero tienen un gran problema, creen en creencias, sí, de esas ideas que solo tienen valor si uno se las cree, pero que no cree en ellas no tienen ningún valor ni importancia, y que por lo mismo no son reales, pero se aferran a ellas como vil fanático de mente cerrada.
A todos ellos les decimos que tiene que entender algo: Si tú no quieres abortar, no abortes; si tú no quieres casarte con gays y adoptar niños, no lo hagas; si tú no quieres comer carne, no lo hagas; si tú no quieres cambiar de religión o dejar de tenerla, no lo hagas; si tú no quieres transgénicos, no los consumas; si tú quieres hablar diciendo “les todes” en lugar de los todos y las, puedes hacerlo; pero no tienes ningún derecho para bloquear la dignidad y libertad a los demás de elegir y hacer lo que ellos libremente escogieron en completo uso de su raciocinio y que además no afecta negativamente a nadie.
Las garantías, dignidad, libertades y derechos humanos no están sujetos a votación, le pertenecen a todos por el simple hecho de ser humanos. No aplica la democracia en eso, es la razón y la lógica, los datos duros lo que valen, no las mayorías o minorías. De hecho muchos no se sientes incluidos con eso de “les todes”, se escucha demasiado exclusivo, al grado que te lo tienes que creer para que pueda ser cierto, entonces ¿es una mentira?
Por otro lado, debemos de dejar de querer sexualizar los crímenes, un homicidio es tan trágico y lamentable como un feminicidio, y de hecho ocurren muchos más homicidios que feminicidios al año en nuestro país, y en la mayoría de los países también es así. A estos hechos se les debe de llamar asesinato, simplemente y ya, tal cual lo que es, nada de sobrevalorar o menospreciar uno u otro sexo, son iguales. ¿Para los que andan con eso de “les todes” deberíamos de decir “omnicidio”, “pancidio” o “heterocidio”?
Si tus creencias políticas, religiosas o “filosóficas” son irreales y tú te aferras a ellas, tú eres el que está mal, puede ser que padezcas del efecto Dunning Kruger o que solo eres una mente cerrada por la cobardía de reconocer que estás en el error. Dura realidad ¿no? Pero todo señala que así es. Tú eres el que va en contra de la realidad del mundo, contra la lógica y la razón, no lo demás, tú o tus creencias son el problema.
Si crees que tú tienes la razón, cuestiona y pon en duda tus creencias un momento, y si eres suficientemente honesto, podrás ver tus errores, los sofismas bajo los cuales sostienes tus ideas. Si eres honesto y franco, eso te funcionará. Y si dices que te basas en la ciencia, hazlo de verdad, no en solo lo que a tus creencias convenga, o en falsos estudios, hechos a medias o sin verificación.
Ahí te lo dejo de tarea.
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