Durante muchos años se ha creído que algunos animales tienen ciertas habilidades especiales que les ayudan a detectar varias cosas que nosotros los humanos no logramos percibir y en algunos casos incluso se ha creído que pueden llegar a generar algún tipo de sanación a algunos pacientes de distintos padecimientos.
Es donde para algunos surge la idea de facultades paranormales en los animales, las cuales han causado mucho interés y curiosidad por parte de algunos que buscan en ellos una forma de detectar “lo que no pueden ver” o algún tipo de curación o panacea a sus sufrimientos. Pero no todo es belleza y dulzura con las terapias alternativas con animales. La realidad es muy distinta.
Sin embargo los animales son muy ajenos a como nos los presentan en los cuentos de mitos antiguos y modernos. Uno muy clásico y difundido en México es el mito de que las legendarias brujas se pueden transformar en grandes aves, por lo general en lechuzas o guajolotes, para hacer sus fechorías por las noches. Increíblemente en pleno siglo XXI todavía hay personas que matan y queman a estos animales si se los encuentran en la noche en algún monte. El temor y la ignorancia no son buenos compañeros y menos cuando se está en el monte.
Por otro lado se comenzó a decir mucho en los 1980´s que los perros chihuahueños ayudan a las personas que padecen asma, y que incluso ayudan en su tratamiento, pero eso es falso. El pelo de los perros chihuahueños puede contener tanto polvo u otros agentes de suciedad como el de cualquier otro pelo de perro, eso ya depende de lo higiénica y limpia sea la casa donde lo tengan o del lugar donde acostumbre andar el perro.
Sobre los perros hay otros dichos, uno de ellos es que pueden ver o detectar a la muerte, un mito muy sonado cuando un perro aúlla cuando pasa una ambulancia con la sirena encendida cerca de donde se encuentra el animal. Las personas creyentes en supersticiones consideran que el aullido del perro es por la presencia cercana de la muerte, humanizando al personaje como una entidad tipo la Parca. Sin embargo el aullido de los perros al pasar una ambulancia o patrulla con sirena encendida, no es por la presencia de un ente oscuro o siniestro.
El aullido del perro al pasar las sirenas tiene una sencilla explicación, la creencia común es que lo hacen porque el ruido afecta su hipersensible oído y tratan de mitigarlo haciendo otro ruido, pero la realidad es que los perros al ser animales sociables, descendientes del lobo, se comunican a grandes distancias con su aullido, y como ciertos tonos de sirenas son muy similares al del aullido canino, ellos responden emitiendo ese aullido tan característico. Cuando un sonido lastima sus oídos ellos huyen del lugar y buscan refugio, no responden aullando.
Otro mito de los perros es que pueden detectar terremotos antes de que ocurran, esto en gran parte es un mito pero tiene un poco de lógica, y no se trata de ningún sexto sentido ni nada por el estilo. Recordemos que los sismos se producen por fracturas o movimientos de las placas tectónicas las cuales generan vibraciones que viajan a la velocidad del sonido, pero esos sonidos no son perceptibles para el oído humano, sin embargo para el hipersensible oído de los canes, muy posiblemente, ellos sí logran escuchar esas vibraciones lo cual altera su comportamiento antes del terremoto. No es que lo sientan por percepción extrasensorial, es que escuchan los ruidos de la roca fracturándose en el subsuelo.
Otra hipótesis muy considerable es que los perros pueden oler el gas radón que se libera del subsuelo antes que se desate un terremoto, está comprobado que en muchas zonas momentos antes de un sismo se eleva la cantidad de este gas en el aire, lo que podría poner en alerta a los animales antes del movimiento telúrico. Curiosamente por esa misma razón se pusieron de moda los puerquitos vietnamitas como mascotas, porque se comenzó a difundir que ellos podían sentir el sismo antes que ocurriera, la realidad posiblemente se trate de que tan solo pueden oler el gas radón, que para nosotros no tiene olor, pero posiblemente ellos sí logran reconocerlo, recordemos que los cerdos son afamados por su excelente olfato al grado de que pueden encontrar los hongos trufas enterradas en el suelo.
Antes de continuar debemos aclarar algo, no existe ninguna evidencia científica concluyente de que las terapias con animales ayuden de alguna manera en el tratamiento del autismo, u otros tipos de discapacidades mentales. Sirven para generar empatía, socializar, relajarse y cuestiones emocionales o de comunicación, pero no tienen un efecto sanador en los pacientes. La tortugoterapia no funciona para curar enfermedades ni para prolongar la juventud.
Es muy común que en algunos lugares se crea que comer ciertas partes de los animales tiene efectos afrodisiacos o estimulantes, pero es un gran error, una falsedad en toda medida que ha puesto en amenaza de extinción a varias razas de tiburones, tortugas y otros reptiles, e incluso algunas razas de monos, por la burda creencia de que comerlos potencializa el “poder sexual” de los individuos. Creencias del siglo XV en pleno siglo XXI, es por demás ilógico e irracional.
Algunos tienen gatos por la creencia de que pueden ahuyentar a los duendes y gnomos, pero solo pueden funcionar con los ratones, y en grandes cantidades los felinos pueden ser muy insalubres. Los animales no tienen porque sufrir los sesgos de información que algunos humanos padecen, la ignorancia de varias personas pone en riesgo el equilibrio ecológico de muchas zonas, la fauna debe es para cuidarla y protegerla, no para ser utilizada para rituales y demás supersticiones que solo retrasan el desarrollo mental de las personas. Los animales no tienen facultades paranormales, que tú no sepas nada de su biología solo es tu culpa por no poner atención a las clases de ciencia en la escuela.
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