Hace
algunos años un amable lector me hizo una pregunta: “¿Cuál será
el mayor misterio del mundo?”. Surgió en mi mente una lluvia de
ideas y argumentos, unos que les apoyaban y otro que les refutaban.
Muchos dirán que son los ovnis, o los extraterrestres, el mayor
misterio que hay en el mundo, pero por más que lo pienso no lo veo
tan grande como para ser el mayor de todos. Sí es muy interesante
pero no es tan grande, si lo vemos pensando en todo lo inmenso que es
el universo y todo lo que ahí ocurre, la vida es tan ínfima para el
universo mismo que pude continuar sin que este existiera.
Y
ahí dirán algunos que el mayor misterio es el origen de la vida
misma, o que sin hay vida en el “más allá” o después de la
muerte. Sin embargo más profundo sería pensar en la misión, o más
bien, la función que hay en la vida de cada uno, pues somos seres
nacidos para funcionar en sociedad que debe de avanzar y progresar.
No sería el "cómo", más bien el “porqué” de la vida
sería ese misterio.
Otros
no tan obstinados podrían sugerir que el mayor misterio del mundo es
"¿qué hay dentro de la mente de las mujeres?". Pero aquí
no hay otra respuesta de momento más que eso de "Nadie lo sabe,
solo ellas". Aunque a veces me pongo a pensar que la máxima
creación del universo, la mujer, no fue creada para ser estudiada,
analizada o explicada, sino para ser querida y cuidada como lo que
es: lo más bello que hay en el universo.
Y
es aquí cuando me viene a la mente la Navidad, y me pregunto,
basándome en los mitos cristianos, siendo un dios todo poderoso,
¿por qué nacer de una mujer y no simplemente crear su cuerpo físico
de la nada? Los más religiosos dicen que fue para asemejarse más al
resto de los humanos, pero teniendo a la criatura más hermosa del
universo a la mano, era naturalmente lógico utilizar esa criatura
para manifestarse, nacer de ella para mostrarse al mundo tal cual es.
Un
misterio todavía más grande podría ser ¿qué hay en el corazón
de la mujer? Ese bello ser que puede ser tierno, dulce y amoroso,
pero que si se le obliga puede convertirse en la fiera más terrible
que puede existir sobre la tierra con tal de defender lo suyo, y al
mismo tiempo capaz de destruirlo todo. Los antiguos griegos, romanos
y otros más sabían que ante su dulzura o fiereza nada se podía
hacer.
Dejando
a un lado eso de querer ver una nave extraterrestre en la estrella de
Belén o de que si existen los duendes, no veo un mayor enigma que
esas criaturas con las que convivimos a diario, y que nunca dejaran
de sorprenderme. ¿Cómo es que pueden resistir más dolor y daño de
lo que aparentemente están diseñadas a resistir? ¿Cómo es que son
mucho más fuertes de lo que aparentan, sin que ellas lo sepan? Eso
sí son misterios, y no una mancha en una fotografía mal tomada.
Pienso
que ya quedó definido cual sería el "mayor secreto del mundo".
Lo importante con esto, es cuidarlas y protegerlas, para así
ayudarle a crecer y desarrollarse en un mundo plagado de creencias
que las limitan. De haberlo sabido, estoy casi seguro que el mítico
Adán hubiera dado sin ningún reclamo, cuando menos tres costillas
más por su Eva. De los otros "misterios del mundo", hay
que ponernos a ha investigar más.
En
estos días de vacaciones y reflexión, vale la pena pensar un poco
más en cuestiones un poco más humanas y terrenales, que hacer que
nuestra mente divague por mundos extraterrestre o paranormales, y
tratemos de solucionar lo que tenemos pendiente aquí, antes de
terminar el año.
Felices
fiestas para todos.
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