En
estos tiempos de “Semana santa” y “Pascua” es muy recurrido
el mito o tradición de no comer carne roja, abstenerse de ingerir
bebidas embriagantes o hacer algún sacrificio menor en honor a un
personaje mitológico que según se dice, dio la vida por los pecados
de la humanidad.
Sin
embargo un pequeño sacrificio hecho solamente una vez al año no
arregla ni soluciona todo un año de barbaridades cometidas por
dichos “practicantes de la fe”, no. Solo es un pequeño acto,
hasta ciertamente hipócrita de parte de ellos que quieren aparentar
ser buenas personas por un fin de semana, cuando en realidad todo el
año se la pasan siendo abusadores de los demás.
Es
como los que están en contra de los matrimonios igualitarios o en
contra del aborto libre y legal, solo un fin de semana se disfrazan
de “buenos cristianos” pero todo el resto del año quieren ser
jueces y verdugos de todo aquel que no siga su mismo dogma de
creencias y supersticiones. Eso no es ser buena persona, mucho menos
ser un buen cristiano. Son viles fariseos modernos. Y les recuerdo
que según dicta sus propias doctrinas, los fariseos no son bien
vistos por su dios.
El
mandamiento de “amarás a tu prójimo como a ti mismo” también
implica respetarlo y dejarlo ser libre para pensar y creer en ideas
distintas a las tuyas, mucho mejor si son apegadas a los hechos
reales, los datos duros y la evidencia científica. No basándose en
creencias que necesitan ser creídas para ser “ciertas” y seguir
existiendo.
Eso
no sería ni honesto ni decente. Posiblemente el párrafo más
importante y revelador de ese libro que ha sido tan tergiversado,
corrompido y manipulado, me refiero a La Biblia, es aquel que dice
“La verdad los hará libres”. Pues tiene toda la razón, pues
solo quien tiene el conocimiento correcto de como son las cosas puede
actual con total libertar para no errar en su camino, y con su
ejemplo podrá hacer que otros traten de emular sus pasos por la
vida.
La
verdad es que no hay una fe superior a las demás, no hay una
religión única y suprema, todo lo contrario, todas están plagadas
de errores, falacias y sofismas, fueron escritas por hombres en el
pasado, con valores arcaicos y obsoletos. Y todas ellas pueden ser
juzgadas a la luz de los valores y virtudes humanas del presente,
pues esa es la forma correcta de hacerlo, no con los valores del
pasado, pues el pasado ya no existe, ya no es.
Ya
no es justo ni decente el lapidar o quemas “herejes”, hoy sabemos
que no existe una fe única, tergiversada a su manera en cada uno por
conveniencia, todos quieren que su dios sea como a cada uno les
convenga, no como pudiera ser. La fe es esa materia que no mueve
montanas, y nunca lo ha hecho. La fe ha sido la justificación de
muchos para atacar e incluso asesinar a muchos inocentes que no
creyeron en esa fe. Y si algo nos ha enseñado la historia es que una
fe impuesta a fuego y acero, es una fe débil, sin sentido, sin
profundidad, ni valor propio.
Recuerdo
al anécdota del “predicador” que en la Plaza Morelos se subió a
un banco de madera y dijo “ahora voy a predicar con los ojos
vendados para demostrar mi fe”, lo único que demostró fue su
vacío y pobreza existencia por cometer una payasada queriéndola
hacer pasar por algo heroico. Lo auténticamente heroico y espiritual
no es predicar con los ojos vendados, es predicar con la boca cerrada
y poner el ejemplo con buenos actos de bondad, justicia y nobleza. No
con la arrogancia de un merolico queriendo timar al público
presente.
Les
encanta comer prójimo, abusar de los demás, querer que se sometan a
sus antojos y deseos con tal de sentir se bien con ustedes mismos. La
fe o la religión no hace buena a ninguna persona, eso esta
demostrado históricamente, y los hechos recientes de actos de odio
contra creyentes de otras religiones en varios países, incluso el
nuestro, así lo confirma de nuevo.
El
fanatismo religioso es un cáncer maligno que debe de ser extirpado
de la sociedad o tratado lo más pronto posible por las autoridades
antes de que sea fatal. La religión en si no es el problema, el
problema es aquellos que se creen superiores a los demás por su fe,
y eso es una de las peores autoengaños que puede haber. El creerse
mejor que otros por creer en algo en especial, es un sofisma de lo
más pobre que hay.
Te
invito a dejar de comer prójimo, deja de corromper tu alma con el
rencor y desprecio a aquellos que no creen en tus mismos mitos, pues
a final de cuentas toda religión solo es eso, simple mitología
antigua, que lo único que la diferencia de las demás es que todavía
tiene seguidores, no por ser mejor, solo porque en el pasado fueron
convertidos por las buenas o por las malas, así de simple. Los datos
duros de la historia no mienten, los feligreses de cualquier fe sí
lo hacen.
Si
quieres ser una buena persona y tener contento a tu versión de dios,
deja de jugar al soldado de dios, deja de juzgar a los demás,
portate como una buena persona, ayudando a tu comunidad, ayudando a
los demás a ser felices. Pues el verdadero amor radica en buscar la
felicidad de los demás, en la felicidad del amado. Eso es el
auténtico amor.
Hoy
te regalo este nuevo mandamiento: No comerás prójimo. Deja de
juzgar lo que no es tuyo, lo que no te pertenece déjalo en paz. Si
no quieres casarte con gays o lesbianas simplemente no lo hagas, si
no quieres abortar simplemente no lo hagas, si no quieres que
matrimonios igualitarios adopten niños huérfanos simplemente no los
adoptes, pero no tienes ningún derecho ni autoridad para impedir que
otros sí lo hagan. Si no les vas a ayudar a cargar con sus vidas no
tienes ningún derecho a involucrarte en su forma de ser.
Deja
de ser un demonio con máscara de “buen cristiano”.
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