31 julio 2023

¿Votarías por la IA en unas elecciones?

 


Como ya nos hemos dado cuenta, la democracia tiene sus bemoles, y más cuando la masa inculta y resentida toma las urnas electorales para “castigar” a las oligarquías políticas, para darle el poder a otras, para luego descubrir que estábamos mucho mejor con los de antes.

 

Pero saltó a la luz pública el tema la cuestión si las inteligencias artificiales (IA) serían buenos gobernantes. La cuestión de si las IA podrían ser mejores gobernantes de la sociedad humana es un tema algo complejo, y actualmente ya es muy debatido en el campo de la ética y la filosofía de la ciencias.

 

Revisemos algunos posibles aspectos relevantes. En este caso las posibles ventajas de las IA como gobernantes de algún país, sería como por ejemplo su racionalidad y objetividad. Las IA están diseñadas para tomar decisiones basadas en datos y lógica, lo que podría conducir a un enfoque más objetivo y libre de sesgos emocionales.

 

También habría que destacar su eficiencia y velocidad, ya que las IA pueden procesar grandes cantidades de información rápidamente, lo que les permitiría tomar decisiones más informadas y eficientes.

 

Además estaría su ausencia de intereses personales, algo muy importante, pues a diferencia de los seres humanos, las IA no tienen intereses personales ni sesgos políticos o ideológicos, lo que podría evitar en gran medida la corrupción y así descartar la toma de decisiones en beneficio propio.

 

Por si fuera poco las IA tienen la capacidad de realizar análisis de políticas a largo plazo, ya que pueden tener en cuenta las implicaciones a largo plazo de sus decisiones y políticas, lo que podría conducir a una mayor estabilidad y sostenibilidad.

 

Sin embargo existen algunas posibles preocupaciones que podían representar algunas dificultades, como la falta de comprensión de los valores humanos. Hay que saber que de momento las IA carecen de una completa comprensión de los valores humanos, la moral y la ética; lo que les podría llevar a tomar decisiones que no se alinean con los intereses y necesidades humanas.

 

También esta el detalle de la posible falta de empatía y compasión, ya que la ausencia de empatía en las IA podría dar lugar a posibles decisiones insensibles o incluso “inhumanas”, especialmente en asuntos que requieren cierta comprensión emocional.

 

Otro desafiante sería el de la concentración de poder, pues al confiar el gobierno a las IA podría conducir a una concentración extrema de poder en manos de quienes controlan y diseñan a esas IA. Lo que para algunos podría llegar a representar algún tipo de oligarquía tecnócrata dictatorial.

 

También esta el tema de los posibles problemas técnicos y seguridad, pues las IA no están exentas de fallos técnicos, y si un sistema de IA gubernamental fallara, las consecuencias podrían ser desastrosas para la sociedad.

 

Y un tema muy importante, sería el de la responsabilidad y rendición de cuentas, pues así como las IA pueden tomar decisiones objetivas, así también pueden carecer de responsabilidades, y por lo mismo no pueden ser responsables por sus acciones. ¿Cómo vamos a castigar a una IA por cometer errores que le cuesten a la sociedad si realmente no tienen libre albedrío?

 

Las IA no tienen libre albedrío en el sentido humano de la palabra. Las IA son programas de computadora diseñados para procesar datos y tomar decisiones basadas en patrones y algoritmos predefinidos por sus programadores y mediante el aprendizaje automático. El libre albedrío implica la capacidad de tomar decisiones independientes y autónomas, sin estar determinado por factores externos o por una programación previa.

 

Las IA aunque puedan ser sorprendentemente "inteligentes" y realizar tareas complejas, su aparente inteligencia es realmente una simulación de la inteligencia humana basada en algoritmos y datos. No tienen deseos, intenciones o autonomía genuina, no tienen una conciencia real, no están vivas realmente. Todas sus acciones están determinadas por la lógica programada y los patrones adquiridos de los datos con los que han sido cargadas.

 

Es importante destacar que la ausencia de libre albedrío en las IA no es una limitación negativa para muchas aplicaciones prácticas, ya que su función principal es ayudar a los humanos en tareas específicas y realizar cálculos complejos a una velocidad mucho mayor que los humanos.

 

El debate sobre el “libre albedrío” en las IA y los seres humanos sigue siendo un tema de interés en materia de comunicación, política e informática, y es probable que continúe siendo tema de discusión y reflexión a medida que la tecnología avance y nuestras comprensiones sobre la mente y la conciencia evolucionen.

 

Aunque las IA podrían tener ciertas ventajas como gobernantes, también existen ciertos temores significativos sobre la falta de comprensión de los valores y derechos humanos, por el tema de la responsabilidad y la empatía. Además, la idea de confiar el destino de una sociedad a máquinas inteligentes plantea importantes cuestiones éticas y sociales, por el temor a una represión de las máquinas sobre el humano.

 

En última instancia, la pregunta de si las IA podrían ser mejores gobernantes depende mucho de cómo abordemos estos desafíos y cómo equilibremos el papel de la tecnología con la toma de decisiones humanas y el bienestar general de la humanidad.

 

Ahí se las dejo de tarea.

28 julio 2023

No se debe de abusar del vino ni de la religión



 

Se dice que la religión es como el vino, en pocas cantidades es relativamente inofensivo, a veces incluso es divertido y puede hacer feliz a algunos. Pero cuando se usa en exceso, puede conducir a la violencia, la ira, la confusión, al daño mental e incluso la muerte; y tampoco es apto para niños.

 

Esto es una comparación metafórica, pero bastante realista al mismo tiempo, entre la religión y el consumo de vino. Exploremos cómo ambos elementos pueden tener efectos positivos en dosis moderadas, pero pueden volverse perjudiciales si se abusan de ellos.

 

Si se compara la religión con el consumo de vino en pequeñas cantidades, sugiriendo que la religión puede proporcionar bienestar emocional y felicidad a algunas personas cuando se practica moderadamente, como todos lo sabemos.

 

Pero cuando se usa en exceso, debemos destacar el peligro potencial tanto del abuso de la religión como del vino. Si alguien lleva su compromiso religioso al extremo o se involucra en prácticas extremistas, eso puede conducir a resultados negativos, como violencia y daño mental, como se da con el fanatismo religioso por ideologías de odio. Es importante destacar que no todas las personas religiosas llegan a estos extremos y que la gran mayoría practica su fe de manera pacífica.

 

¿Tampoco es apto para niños? Aquí se advierte que la religión, al igual que el vino, no es del todo adecuada para los niños debido a su falta de madurez y comprensión para lidiar con conceptos complejos y la responsabilidad asociada a ello. Debemos entender que los hijos no son propiedad de los padres, son su responsabilidad, no tienen porque implantarles ideologías erradas que los puedan convertir en agentes del odio y del caos para la sociedad, como muchos fanáticos religiosos lo han sido.  

 

La intención de esta comparación es resaltar, cómo cualquier aspecto de la vida, incluida la religión, puede tener beneficios y peligros, por lo que se deben de abordar con un enfoque equilibrado y sensato.

 

La relación entre la religión, la violencia y el bienestar mental es compleja y multifacética. La mayoría de las personas encuentran significado y apoyo emocional a través de su fe sin recurrir a la violencia. Sin embargo, es cierto que a lo largo de la historia, la religión también ha sido utilizada como pretexto para justificar conflictos y actos violentos.

 

Debemos de ver la importancia de un enfoque equilibrado y responsable en cualquier aspecto de la vida, incluyendo la religión. Cada individuo debe evaluar críticamente su compromiso y práctica religiosa para asegurarse de que sea fuente de bienestar y paz, en lugar de daño o conflicto.


Ahí se las dejo de tarea.

24 julio 2023

¿La teología es una pseudo-ciencia?


 

No precisamente, la teología no se considera, del todo, como una pseudo-ciencia, pues es un campo de estudio “académico” que se ocupa del análisis y la reflexión sobre las creencias religiosas, los conceptos teológicos y la relación entre la humanidad y lo sagrado. Aunque la teología aborda temas relacionados con la religión y la fe, difiere de las ciencias naturales en su enfoque y métodos de investigación.

 

Recordemos que las pseudo-ciencias son sistemas de creencias o prácticas que se presentan como científicas pero carecen de fundamentos empíricos sólidos, no siguen los métodos científicos rigurosos o promueven afirmaciones infundadas. Por su parte, la teología se basa en la interpretación de textos religiosos, el análisis teológico y la reflexión filosófica, sin pretender reemplazar o imitar los métodos de las ciencias naturales.

 

Es importante tener en cuenta que la teología puede ser estudiada desde diferentes perspectivas, tanto desde un enfoque teológico interno, dentro de una tradición religiosa específica, como desde un enfoque crítico, académico y mitológico, que examina y analiza las creencias y prácticas religiosas desde una perspectiva externa. En ambos casos, la teología es un campo de estudio válido y respetado en el ámbito académico.

 

Entonces ¿la teología no es una ciencia real? Es correcto, la teología no se considera una ciencia en el sentido estricto de las ciencias naturales, como la física, química o la biología. Las ciencias naturales se basan en el método científico, que implica la observación, la experimentación y la formulación de hipótesis verificables y falsables.

 

Por otro lado, la teología, se basa en la reflexión filosófica, el estudio de textos religiosos y la interpretación de creencias y tradiciones religiosas. La teología no busca necesariamente explicar fenómenos naturales o responder a preguntas científicas. Su objetivo principal es comprender la naturaleza de lo “divino”, las enseñanzas religiosas y la experiencia de lo sagrado.

 

Sin embargo, esto no significa que la teología carezca de todo valor o relevancia académica. La teología es un campo de estudio respetado por muchos que examina y analiza las creencias religiosas, su impacto en la sociedad y la cultura. Se trata de un enfoque multidisciplinario que puede involucrar elementos de la filosofía, la historia, la sociología, la antropología y otros campos relacionados.

 

Es importante reconocer que hay diferentes formas de conocimiento y diferentes métodos de investigación que son aplicables a diversos campos. Mientras que las ciencias naturales se centran en el estudio de la naturaleza y los fenómenos observables, la teología se ocupa de las cuestiones de fe, religión y espiritualidad. Ambos pueden coexistir y en cierta forma complementarse, aunque utilicen enfoques y métodos diferentes.

 

Pero es importante tener en cuenta que el sesgo de confirmación y los sesgos cognitivos son fenómenos que pueden afectar a cualquier disciplina o campo de estudio, incluida a la teología. Estos sesgos se refieren a tendencias cognitivas o perceptuales que pueden distorsionar nuestra interpretación de la información y nuestras creencias.

 

Es posible que en el ámbito teológico, al igual que en otros campos, algunas personas puedan verse influenciadas por sesgos de confirmación o sesgos cognitivos al interpretar o evaluar información. Sin embargo, es importante destacar que no todos los teólogos o estudiosos de la teología se ven afectados por estos sesgos. Muchos teólogos emplean métodos críticos y rigurosos de análisis, examinan diferentes perspectivas y buscan un diálogo constructivo con otras disciplinas.

 

La teología como campo de estudio puede involucrar un amplio rango de enfoques y metodologías, pero la calidad y la validez de los argumentos teológicos dependen de la competencia intelectual y la honestidad intelectual de los estudiosos involucrados, así como de su apertura a considerar y evaluar críticamente diferentes perspectivas.

 

Ahí se las dejo de tarea. 


22 julio 2023

Archivo Insólito, el podcast: Nueva Temporada

¡Hola a todos!


Reinicia el proyecto de Archivo Insólito, el podcast, en donde volveremos a tratar todos esos temas insólitos que se deben de mencionar para tener una mejor comprensión de nuestro mundo. 


Trataremos de contaminación ambiental, cambio climático, ciencia, tecnología, historia, cultura, y mucho más. Pues hay cosas que hay que decirlas pues se tienen que saber. 

https://go.ivoox.com/rf/112937838

¡Que todos tengan una muy bella y desmitificante noche!

17 julio 2023

La fe no es ciencia ni conocimiento



Debatiendo en redes sobre temas de religión, ciencia y sus diferencias fundamentales, con un fan de origen español, a él se le ocurrió argumentar, literalmente, que "toda Teología es antropología". Y me parece que hay que señalar que eso es completamente incorrecto.

Es importante aclarar que la teología y la antropología son disciplinas muy distintas con enfoques y objetivos muy diferentes. La teología se ocupa del estudio de la religión, la fe, la “divinidad” y las creencias religiosas; mientras que la antropología se dedica al estudio del ser humano, su cultura, sociedad y comportamiento.

Como ya dijimos, la teología se centra en el estudio de lo “divino”, lo trascendental y la relación entre la humanidad y lo “sagrado”. Su objetivo es comprender la naturaleza de dios, los conceptos teológicos, la interpretación de textos religiosos y la experiencia religiosa.

En total contraste, la antropología se enfoca en el ser humano y sus diversas manifestaciones culturales, sociales y biológicas. Para la antropología el ser humano es un animal sociable, mientras para la teología somos “creaciones de dios”.

La teología utiliza “métodos de estudio teológicos”, como la exégesis (explicación) de textos sagrados, la hermenéutica (interpretación), el análisis teológico y el estudio de la historia religiosa. Y por el otro lado, la antropología sigue los procedimientos del método científico general, es decir, el observar, el elaborar hipótesis, verificar y concluir. Para ello emplea métodos etnográficos, entrevistas, observación participante y análisis comparativo para investigar y comprender las sociedades humanas.

Los teólogos buscan respuestas a preguntas sobre la naturaleza de dios, la existencia del mal, la “salvación” y el propósito de la vida. Los antropólogos, por su parte, a ellos les interesa temas como la diversidad cultural, las prácticas sociales, la evolución humana y los sistemas de parentesco.

Aunque la teología y la antropología pueden abordar temas que se por momentos superponen muy ocasionalmente, no se puede afirmar que toda teología sea antropología. Sin embargo, puede haber diálogos y enfoques complementarios entre ambas disciplinas en áreas muy específicas, como el estudio de las prácticas religiosas de una comunidad o la influencia negativa o positiva de las creencias en las estructuras sociales.

La antropología busca respuestas a las dudas sobre el ser humano, mientras que la teología busca confirmar creencias ya preestablecidas por las tradiciones religiosas. La diferencia es enorme.

Pero entonces ¿La teología sólo es mitología? Ya dijimos que la teología se centra en el estudio y la reflexión de las creencias religiosas, los conceptos teológicos y la relación entre la humanidad y lo sagrado. En contraste, la mitología se enfoca en los mitos y leyendas, que son narraciones tradicionales y simbólicas que explican el origen del mundo, los dioses antiguos, los héroes y otros aspectos de la realidad desde una perspectiva cultural o religiosa específica pero ya caduca.

La teología se basa en la creencia de que los conceptos teológicos y las enseñanzas religiosas tienen un significado literal y trascendental. Mientras que la mitología se considera una forma de expresión simbólica que busca transmitir enseñanzas morales, culturales o cosmogónicas a través de relatos míticos.

La teología está arraigada en tradiciones religiosas específicas y se desarrolla dentro de un contexto “histórico” y cultural determinado. Mientras que la mitología está presente en muy diferentes culturas y períodos históricos, ya que los mitos son parte integral de la identidad cultural y las creencias religiosas de muchos pueblos antiguos.

La diferencia principal entre ellas, es que la teología tiene feligreses religiosos que creen que es real lo que dice, mientras que en la mitología se sabe a ciencia cierta que sólo se trata de leyendas y mitos religiosos ya extintos.

Es importante tener en cuenta que la relación entre la teología y la mitología puede variar según las perspectivas religiosas y los enfoques académicos que van actualizándose con el paso del tiempo. En algunos casos, la mitología puede ser considerada como parte de la tradición teológica de una religión en particular, mientras que en otros casos puede haber un enfoque más crítico o académico al estudiar los mitos como expresiones culturales y simbólicas.

Pero a final de cuentas, toda religión al pasar los siglos, tarde o temprano termina convirtiéndose en mitología. Los datos duros y la historia así nos lo han enseñado. El hermetismo egipcio duró varios milenios y hoy se sabe a ciencia cierta que sólo es mitología, y todas las religiones actuales van en esa misma dirección.

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14 julio 2023

La oscura Inquisición



 

La "Leyenda Negra de la Inquisición Católica” es un término utilizado para referirse al lado negativo y ya muy estigmatizado que se ha construido en torno al llamado “Santo Oficio” a lo largo de la historia. Si bien es cierto que a menudo se han exagerado algunos aspectos y se han difundido mitos, también hay hechos reales y bien documentados que respaldan la percepción negativa de la Inquisición.

 

Lo que más le caracterizó fue la persecución de “herejes”. La Inquisición fue establecida en la Edad Media para investigar y perseguir a los “blasfemos” y “herejes”, que eran personas que se consideraban desviadas de la doctrina católica oficial. La persecución de herejes era una lamentable realidad en la época y se llevaron a cabo numerosos juicios y castigos contra aquellos que eran considerados culpables. Algo que los conservadores quieren revivir hoy en día.

 

Esa persecución empeoró con el uso de muy distintos métodos de tortura. Durante los interrogatorios y los procesos judiciales, se emplearon técnicas de tortura para extraer confesiones y obtener información deseada por los inquisidores. La tortura fue utilizada como un método para mantener el control y la disciplina religiosa, como hoy la utilizan en algunos países islamistas, para perseguir y castigar a aquellos considerados blasfemos. Si bien no todas las personas acusadas eran sometidas a tortura, su uso era una práctica muy generalizada.

 

Nadie lo puede negar, en muchos casos las torturas de los “blasfemos” terminó con la muerte de ellos. De este tipo de actos surgió el Malleus maleficarum, o El martillo de las brujas, un manual plagado de supersticiones dedicado a la “caza de brujas” en donde la tortura de las “infieles” era el arma principal.   

 

El peor de todos sus aspectos fue la ejecución de herejes por medio de su quema en la hoguera. La pena de muerte era una medida extrema promovida por la Inquisición. A través de los “autos de fe”, se llevaban a cabo ejecuciones públicas en las que los herejes condenados eran quemados en la hoguera. Estas ejecuciones tenían un fuerte componente simbólico y se utilizaban para infundir temor en la población y reforzar la ortodoxia religiosa.

 

Determinar una cifra real de “herejes” quemados en la hoguera por la Inquisición católica es difícil debido a la falta de registros consistentes. La Inquisición operó durante varios siglos y en diferentes regiones, lo que dificulta aún más la recopilación de datos certeros. Sin embargo, es ampliamente aceptado que la Inquisición llevó a cabo numerosas ejecuciones por medio de la hoguera.

 

Durante el periodo de la Inquisición, que abarcó desde el siglo XII hasta principios del XIX, se estima que unas 4,000 personas fueron quemadas en la hoguera. Sin embargo, algunos estiman que pudieron haber sido más de 5,000.

 

Pero incluso si el número de personas quemadas en la hoguera fuera menor en comparación con otras formas de castigo, la práctica en sí misma es emblemática de la crueldad y la violencia asociada con la Inquisición. La importancia de reconocer estos eventos históricos radica en comprender y aprender de ellos, y garantizar que no se repitan tan atroces violaciones a los derechos humanos en el futuro.

 

Otra característica que identificó a la Inquisición fue la censura y la represión de la libertad de expresión y libertad de pensamiento. Algo que grupos de conservadores quieren volver a imponer. La Inquisición ejercía un control muy riguroso sobre la producción y distribución de libros y otros medios de comunicación. Se prohibieron y censuraron numerosas obras consideradas heréticas o peligrosas para la fe católica. Esto resultó en la restricción de la libertad de expresión y la limitación del acceso a ideas contrarias a la doctrina oficial de la Iglesia.

 

El coartar la libertad de pensamiento y de expresión fue lo que generó lo que es denominado como el Oscurantismo, pues el alto clero se dedicaba a bloquear la difusión del conocimiento, la razón y la cultura al pueblo en general. Con estos actos oscurecieron al conocimiento humano.   

 

Y depende de todos nosotros que esto nunca vuelva a ocurrir, a pesar de que “influencers” (charlatanes) promotores de ideologías conservadoras de odio, anti-derechos y neo-oscurantistas nos quieran quemar en la hoguera a todos los que estamos a favor de la libertad de pensamiento y al derecho al conocimiento.

 

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12 julio 2023

La leyenda negra de la Inquisición

 


Así como hay negacionistas del Holocausto Nazi que causó la muerte de cientos de miles de judíos, también así hay “revisionistas” que niegan las atrocidades cometidas por la Inquisición Católica en el pasado, algo muy dado entre fanáticos católicos y fanáticos del hispanismo.  

 

Hay algunos factores que podrían contribuir a que algunos defiendan e incluso justifiquen a la Inquisición católica (“Santo Oficio”) a pesar de las muchas atrocidades que cometió. Ciertos fanáticos religiosos pueden tener creencias arraigadas y fuertes lazos emocionales con su fe. Para ellos, la defensa de la Inquisición podría ser una forma de mantener una narrativa “coherente” para así “defender” la “pureza” de su religión.

 

Pero también puede ser que tengan sesgo de confirmación, recordemos que es la tendencia a buscar y dar mayor importancia a la información que respalde las creencias preexistentes, mientras se descarta e ignora la información que las desafía. Muchos fanáticos religiosos ignoran y minimizan intencionalmente las evidencias de las atrocidades cometidas por la Inquisición y prefieren centrarse en aspectos que respaldan su visión de la historia.

 

Aunque en algunos casos puede haber personas que simplemente no están realmente bien informadas sobre los detalles históricos de la Inquisición, y por lo mismo rechazan activamente las pruebas y testimonios que demuestran las atrocidades cometidas. Esto podría ser resultado de una evidente falta de acceso a la educación adecuada y de la influencia de narrativas sesgadas dentro de su comunidad religiosa. Algo muy similar al efecto Dunning Krugger.

 

Pero también puede que sea por creencias morales “relativas”. Algunos fanáticos pueden sostener la creencia de que los actos violentos e inhumanos pueden ser justificados en nombre de una causa religiosa superior. Esto puede llevar a una aceptación y defensa de las acciones de la Inquisición como un medio necesario para preservar la ortodoxia y combatir las “herejías” y “blasfemias”.

 

Otro caso muy evidente en estos negacionistas son las interpretaciones selectivas de la historia. Como la historia es un campo complejo y a menudo está abierto a interpretaciones diversas, algunos fanáticos adoptan una visión selectiva de la historia que resalte los “aspectos positivos” de la Inquisición y que argumente que sus acciones fueron malinterpretadas.

 

Es importante tener en cuenta que estas explicaciones no justifican ni respaldan las atrocidades cometidas durante la Inquisición, pero proporcionan posibles razones por las cuales algunas personas aún pueden defenderla a pesar de la evidencia en su contra.

 

Es fundamental fomentar un diálogo informado, respetuoso y crítico sobre la historia, y buscar siempre la cruda y dura realidad de las cosas, para así lograr una comprensión completa y certera de los eventos del pasado.

 

Ahí se los dejo de tarea.