29 octubre 2016

Archivo Insólito: 11 años de casos de misterio



 Un día como hoy, hace 11 años, nació el proyecto Archivo Insólito, y desde entonces se ha mantenido en las distintas plataformas de medios. 

Hicimos historia y marcamos pauta a seguir, forjamos un precedente, aprendí y avancé mucho en este camino gracias a todos ustedes. 

Gracias por apoyar desde hace 11 años al periodismo de investigación de misterios en Archivo Insólito. 


Muchas gracias por compartir conmigo tantos momentos y experiencias, continuando en el camino de la búsqueda de respuestas y soluciones a los misterios. 


¡Muchas gracias a todos por todo su apoyo y enseñanza!

27 octubre 2016

El origen cristiano del Halloween


Se está acercando una fecha muy especial y agradable para muchos niños, adolescentes e incluso jóvenes, la celebración de Halloween, ahora más conocido popularmente como la “Noche de Brujas”, en donde, como todos los años, recorrerán las calles de varias colonias de la ciudad para ir pidiendo de casa en casa un dulce, alguna golosina casera tradicional de esta época, fruta o lo que las personas estén dispuestos a darles. Pero también ya se está acercando la celebración del Día de Muertos, una festividad muy similar en su temática aunque de trasfondo distinto, pero que tienen un origen en común, ambas festividades tienen un origen cristiano.

Algo muy distinto a lo que se está divulgando en algunos grupos cristianos, el Halloween no tiene un origen netamente celta o druida y mucho menos satánico, es una festividad fue creada en el siglo VII por los antiguos patriarcas católicos. Se dice que el nombre del Halloween viene de la celebración cristiana de la "Víspera del día de todos los santos" (que en ingles antiguo se le llamaba “All Hallows Eve”) que se realizaba el 31 de octubre, la cual era muy popular en Escocia e Irlanda, la cual se hacía precisamente un día antes de "La Festividad de Todos los Santos" que se festeja el 1 de noviembre, la cual instituida por el Papa Bonifacio IV en honor a la Virgen María y a todos los mártires muertos de la Iglesia católica; posteriormente la conmemoración fue extendida a todos los santos, de ahí su nombre actual de “Día de Todos los Santos”, aunque hoy en día simplemente es conocida como el “Día de Muertos”. Hay que saber que originalmente la conmemoración religiosa del Día de Todos los Santos se hacía el 13 de mayo, pero el Papa Gregorio III, en el siglo VIII, la cambió de fecha al 1 de noviembre.

Aunque también hay otra versión, bastante documentada, que menciona el posible origen de la palabra Halloween, el cual vendría de la llamada “Mesnie Hellequin”, la antigua leyenda folklórica europea que hoy en día es más conocida como la “Procesión de los muertos” o “Santa Compañía”, la cual, según cuentan numerosas leyendas, se aparecía tanto en la noche de la Víspera del Día de Todos los Santos como en la del Día de los Santos Difuntos. Dicha aparición de un grupo de seres fantasmales era encabezada generalmente por un personaje ataviado con traje tipo arlequín (hellequin) el cual, según la época y la región, podía ser desde un ser fantástico y legendario hasta un ente de apariencia monstruosa.

Antiguamente en la festividad de la Víspera del Día de Todos los Santos se hacía una vigilia de oración en honor a todos los santos fallecidos, la cual se realizaba durante la tarde del día 31 de octubre, pero las costumbres de los “paganos”, y el sincretismo cultural de los cristianos, hicieron que esta tradición religiosa se transformara, dando por resultado una celebración menos espiritual y mucho más terrenal, en donde las fiestas desplazaron a los rezos tradicionales. Algo muy similar a lo que está ocurriendo con la Navidad y la Semana Santa.

Muchos dicen que todo esto proviene de los antiguos ritos de los celtas, galos y druidas para celebrar el su festividad llamada Samhain, día que los espíritus se reunían la última noche del año celta (31 de octubre) para examinar los acontecimientos del pasado y del futuro, pero también visitaban sus antiguos hogares en la Tierra, que era en si la pauta para la celebración del año nuevo celta. Samhain no era el terrible dios de los muertos como alegan algunos, era la celebración principal de la cultura celta. Cuando los romanos conquistaron los territorios dominados por los celtas, ellos añadieron esta celebración al festival romano de "La Cosecha" que realizaban el 1 de noviembre en honor de la diosa Pomona, pero cambiaron su celebración para el 31 de octubre.

Muchos defienden la celebración cristiana del "Día de Muertos" o "La conmemoración de los Fieles Difuntos" como algo de valor nacionalista, que se festeja el 2 de noviembre, en la cual se levantan altares para recordar a los seres queridos que han fallecido. Según la tradición mexicana, el espíritu de los difuntos regresa ese día para visitar a sus personar queridas y se lleva consigo algún la esencia de algún alimento para el camino de regreso al Cielo, y en las iglesias se hace una oración especial por el descanso eterno de sus almas.

Aquí en México se relaciona mucho esta fiesta con los antiguos aztecas, quienes tenían una celebración muy similar en la que veneraban a Mictlantecutli y Mictecacihuatl “El Señor y la Señora del lugar de los muertos”, a quienes se le rendían honores de una forma muy parecida al actual Día de muertos. Aunque siendo realistas, no tiene casi nada que ver con la antigua tradición azteca, pues para empezar la celebración dedicada a esos dioses se hacía durante el mes de agosto, sin embargo el actual Día de Muertos es en parte una mezcla o sincretismo de tradiciones aztecas y dogmas impuestos por los europeos.

Seamos realistas ambas festividades no tienen origen en Hispanoamérica, las dos son de origen europeo, pero se han difundido mundialmente. Así que no hay que aferrarse a defender una y atacar a la otra, pues en si tienen un mismo origen y un mismo tema, que es la muerte, un destino que todos tenemos irremediablemente como el proceso de la vida así lo dicta.

A pesar de ser del origen cristiano del Halloween se ha relacionado mucho con rituales de magia negra o satanismo. Sin embargo se sabe que para las personas que siguen esas creencias solo es una fecha más en su calendario, de hecho el denominado “Sábado de Gloria” de la Semana Santa cristiana o la Noche de Walpurgis que es de los días principales que ellos usan para sus rituales; aunque según convenga a sus creencias los pueden realizar sin importar la fecha. No es que sea una fecha muy importante para ellos, lo hacen para burlarse de una tradición cristiana, por lo que esos rituales oscuros no tienen nada que ver de forma directa, con esa festividad.

La tradición del Día de Muertos y la fiesta del Halloween se pueden llevar perfectamente bien una junto con a la otra. Una festividad no opaca la otra, ambas son tradiciones mezcladas con mitos y leyendas, las cuales no tienen nada de maligno, aunque algunos “religiosos” las pinten así. Los tradicionales canticos de “Noche de brujas Halloween” o “Dulce o travesura”, tan usados por los niños y adolescentes hoy en día para ir a pedir golosinas de casa en casa esa noche, no tienen nada de maligno, solo forma parte de esa tradición que ha evolucionado, como la sociedad misma.  

No hay porque temerle a los muertos, más miedo hay que tenerle a los vivos. ¡Feliz Halloween y Feliz Día de Muertos para todos!

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22 octubre 2016

Un "globo ovni" grabado en Ciudad Guadalupe


La imagen fue captada hace uno días en la zona centro de Ciudad Guadalupe, Nuevo León, en donde fue liberado un arreglo hecho de globos metálicos y liberado al viento elevándose a una considerable velocidad, y así se fabrican los "ovnis globo".

Los "globos ovnis" son de los casos más comunes dentro de la ufología mundial, los aficionados se aferran a la idea de que grabaron una nave extraterrestre, aunque en realidad lo que grabaron es tan solo un simple globo común y corriente.


20 octubre 2016

Un mundo raro


Vivimos en un mundo raro, más raro de lo que podría parecer pero así es. Un mundo en donde hay individuos que exigen que sus creencias sean respetadas, pero ellos no están dispuestos a respetar a quienes no creen en ellas, y mucho menos a entrar en un diálogo para pulir diferencias. Un mundo en donde las mentiras los hacen pasar como si fueran la verdad absoluta solo porque unos cuentos así lo desean.

Un mundo en donde “marchas por la familia” en lugar de promover la unión y la armonía promueven mentiras y odio en base a falacias y sofismas. Un mundo tan raro en el que se defienden las libertades y derechos, pero nadie defiende las obligaciones y responsabilidades de todos para con todos.

Un mundo en donde prefieren hacer como que no pasa nada, a comprometerse a solucionar las diferencias, los conflictos o los problemas. En donde se permite al charlatán engañar y estafar a los inocentes solo porque está ejerciendo su “libertad de expresión”. Es un mundo en donde la vida de un perro puede llegar a valer más que la vida de un niño. Un mundo que critica (o más bien ataca) la inversión en ciencia y tecnología, pero no hace nada por combatir la ignorancia y el atraso cultural de las comunidades.

Un mundo que vanagloria la ignorancia y la falsedad por encima del conocimiento real y constatable. Estamos en un mundo en donde las supersticiones de antaño vuelven a encadenar a las mentes de los que alguna vez fueron libres de penar y razonar. Vivimos en un mundo en donde muchos quieren que su dios, los ángeles, la magia, los amuletos, los espíritus, los extraterrestres o las “buenas vibras” arreglen sus problemas, pero no están dispuestos a trabajar arduamente, ni por un momento, para solucionarlos por ellos mismos.

Estamos en un mundo contaminado con ideologías blof o filosofías light posmodernas, sacadas de la manga, que no se pueden sostener por si mismas, si no es por medio de evitar ser puestas a prueba y confrontadas con la realidad palpable y tangible. Un mundo raro en donde si te dicen que algo es “natural” quieren que creas que es bueno, cuando en realidad no todo lo natural es bueno.  

Un mundo que te quiere impedir razonar de forma analítica e inquisitiva, como toda mente libre debería de hacerlo, lejos de dogmas o creencias que puedan encadenar su pensamiento. Un triste mundo que dice estar a favor de los valores y la virtudes, pero que procura los contenidos basura en los medios de comunicación. Un mundo que abraza la pereza mental, la desinformación y la mistificación como somníferos o narcóticos para embelesar a la gente y sumergirla en un pantano de estancamiento existencial.

Un mundo tan ilógico y tan irracional, que un bombero o un policía ganan mucho menos que un senador, y hacen mucho más que ellos. Un mundo que se dirige poco a poco a la imposición “pacifica” de la idiocracia sostenida en ese neo-oscurantismo intelectual que empantana y atrofia los pensamientos de las personas.

En un mundo así, hay que poner un alto, romper con esa estructura involutiva y retrograda, y avanzar por el camino de la razón, con un pensamiento analítico y crítico al mismo tiempo. Pero para poder ser crítico de nuestro mundo debemos de dominar la materia a criticar, pues el crítico cumple la labor del escultor, retirar el escombro de la roca y dejar salir la obra de arte. La crítica siempre es constructiva, a menos que lo criticado no tenga sustento propio, entonces será destruido por su misma vacuidad.

En esta “Nueva era de Acuario” en donde la falsedad es el estandarte principal del “despertar espiritual y de consciencia”, es cuando debemos exigir tangibilidad y verificidad a todo aquello que se nos presente. La frase religiosa “La verdad os hará libres” es de lo más rescatable de contenido espiritual y que muy pocos “espirituales” aplican en la vida real. El “ver para creer” ya ha quedado atrás, estamos en el siglo XXI, hoy lo que dicta la razón y la lógica es “ver para saber”, porque el creer y el saber no son lo mismo, uno necesita de la sumisión de la razón y mientras el otro permite su revisión y corrección.

Como dijo Aristóteles “la única verdad es la realidad”, y tiene mucha razón en ello, pues la podemos poner a prueba y comprobarla o refutarla. No nos dejemos engañar por verdades a medias que necesitan ser creídas para ser ciertas, pues recordemos que en eso consiste básicamente la mentira. Busquemos el saber y seremos realmente libres.

El que esté libre de creencias que tire la primera piedra.   

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13 octubre 2016

Los riesgos de las pseudociencias y la “ciencia oficial”


Como muchos lo han podido constatar, una de las mejores herramientas para la difusión de la información es utilizada para promover la mistificación. Me refiero a los medios de comunicación, pero muy especialmente al internet y sus redes sociales. En pleno siglo XXI estamos viendo como va resurgiendo un neo-oscurantismo muy similar al que se vivió hace varios siglos, en el que las creencias, los mitos y las supersticiones estaban, impuestas a la fuerza, por encima de la realidad palpable y tangible.

Pero primero que nada, hay que definir eso llamado “pseudociencia” o “paraciencias”. Las pseudociencias son aquellas creencias, técnicas o ideas presentadas indebidamente como una ciencia, como si todo lo que presentara fuera cierto, pero que no aplica el método científico en sus estudios o procedimientos, por lo que no pueden ser verificables o medibles, y que por lo tanto carecen de todo rigor científico. Dentro de estas existen un sinnúmero de terapias o “medicinas alternatias” que prometen sanaciones de todo tipo, incluso algunas prometen la felicidad a las personas.

Por otro lado está la ciencia, mal llamada “oficial” por los fanáticos de las pseudociencias, es un campo del conocimiento conformado por un conjunto de información y datos sustentables que son  corroborables, los cuales se obtienen de la observación, el análisis, la experimentación y la revisión de resultados obtenidos del estudio de los distintos fenómenos que se presentan en el mundo, utilizando el método científico para obtenerlos, lo que permite su verificación constante, e incluso su corrección y actualización.

Hay que saber que las pseudociencias se caracterizan principalmente por tener ideas o dogmas fijos y casi inmutables, a pesar de que posteriormente estudios reales los hayan descartado, no aplican la revisión de datos o resultados, la pseudociencia se aferra a sus ideas iniciales aunque estas sean erróneas. Muy al contrario, solo toma en cuenta los estudios o resultados que le son favorables, pero nunca tomará en cuenta los que pongan en entredicho sus fundamentos, un ejemplo de esto es la astrología, la rabdomancia, la grafología, la dianética, la metafísica (esotérica), la ufología (ufolatría) y la “parapsicología” (el “cazar fantasmas”), e incluso el veganismo puede caer en este categoría.

Los promotores de las pseudociencias consideran toda crítica o intento de revisión como ataques o intentos de censura contra ellos, e incluso llegan a inventar supuestas conspiraciones fraguadas contra ellos, haciéndose pasar como las víctimas de todos los que no les creen; pero en realidad ellos siempre intentarán evadir, descalificar o censurar, e incluso insultar, a cuanta persona ponga en duda o cuestione sus postulados. Recordemos que los resultados arrojados por las “investigaciones” o “estudios” (¿ensayos?) de las pseudociencias no son replicables empíricamente, son meramente anecdóticos y no pasan de ser simples testimonios con “evidencia” que no pasa las pruebas de revisión comunes.

El uso de términos con una connotación peyorativa como “cientificismo” o el de “ciencia oficial” por parte de los partidarios de las pseudociencias cuando son refutadas sus ideas por medio del análisis lógico y la razón, pero recordemos que a diferencia de la ciencia real, que sí aplica el método científico para revisar y constatar el saber, ellos prefieren defenestrar a quien no esté de acuerdo a sus creencias, solo por el hecho de pensar distintos a ellos.

Es muy común que los promotores de estas ideas busquen imponer su opinión sobre las de otras personas, manifestando ser superiores o más avanzadas que las demás, sin el más mínimo diálogo o disertación sobre su veracidad. Algo muy similar a lo que hacían en la antigüedad con algunas creencias religiosas, aunque en el presente algunos grupos de odio ya están comenzando a realizar esta nefasta práctica.

Es frecuente encontrar textos relacionados a las pseudociencias que dicen que ellos buscan “un despertar espiritual y de consciencia”, pero en realidad lo que están haciendo es sembrar el campo con falacias y sofismas. Si lo que siembran son mentiras, lo que cosecharán será ignorancia. Y al parecer eso es lo que ellos quieren.

Si realmente buscaran un despertar o una iluminación al saber, deberían de permitir un análisis crítico de sus postulados y suposiciones, pues solo con ello se podría depurar sus campos, eliminando lo que es falso de o que es real, si es que tienen algo de realidad. No permitamos que se filtre el neo-oscurantismo en la sociedad, pues las consecuencias podrían ser muy lamentables. La realidad es cruda en este aspecto, pero no por muy amarga hay que sacarle la vuelta, se debe afrontarla como lo que es.

Quien esté libre de creencias, que arroje la primera piedra.

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06 octubre 2016

El peligro de la desinformación y sus bulos



En plena era de la información, en la que los datos se transmiten y se procesan a la velocidad del internet y las redes sociales, en la que cada 30 minutos se abren portales, sitios, blogs o “vlogs” en lo que se publica todo tipo de cosas de los muy variados temas e intereses. Pero en estos tiempos que se defiende tanto la libertad de expresión y la libertad de creencia muchos han olvidado algo muy importante. ¿Todo eso que se publica es cierto o es falso?

Es muy común ver publicaciones motivacionales diciendo como evadir la crudeza del consumismo, la pobreza económica y financiera, o las crisis emocionales, pero la gran mayoría de estas son pronunciadas por individuos que no conocen en carne propia el tener hambre, el fracaso o la pobreza en sus familias. Falsos candiles de la calle y surtidores de su casa dirán algunos, pero la moda posmoderna hace que cualquiera que se ponga la camiseta de filósofo y ponerse a inventar frases bonitas de contenido vacío.

El riesgo llega cuando se ponen a inventar falsas alarmas de catástrofes o bulos creados para desinformar sobre algo o mistificar algún suceso. Un bulo es una noticia falsa difundida con la intensión de perjudicar a otros. Un ejemplo de los bulos son las falsas noticias o pronósticos de catástrofes naturales como los terremotos, tsunamis y huracanes o exagerando los efectos de las tormentas solares como si tuvieran efectos mortales para los seres humanos.

Podemos recordar los numerosos portales y publicaciones en las rede sociales que se la pasan anunciando terremotos, maremotos y erupciones volcánicas por las causas más ilógicas e irrisorias, desde la posición de constelaciones, la pasada “cercana” (a varios miles de kilómetros de la Tierra) de algún cometa o asteroide o el color con el cual apareció la Luna. O todos los falsos anuncios del “fin del mundo” inventados según las múltiples creencias religiosas y todas las tergiversaciones modernas de leyendas antiguas.

Estas situaciones han causado el pánico de los ciudadanos inocentes que han caído antes estos viles engaños, pero en muchos de los casos, sus autores han sido debidamente consignados por las autoridades policiacas de sus respectivos países. Y no podemos olvidar a los timadores que alegaron catástrofes a los extraterrestres, como la tragedia del avión del vuelo 370 de Malaysia Airlines, del cual unos sinvergüenzas quisieron atribuir su desaparición a supuestos seres de otros mundos.

Hay casos peores en donde se ponen a divulgar falsa información sobre curaciones mágicas a enfermedades como el cáncer, el SIDA, la influenza, el Zika u otros padecimientos que pueden ser muy grabes si no son tratados con medicina real, no con tratamientos basados en el efecto placebo mal llamados dietas, terapias o medicina “alternativas”. Se ha constatado su ineficiencia en el tratamiento y curación de muchos padecimientos, de hecho está debidamente documentado la muerte de varios de sus promotores gracias a sus propias terapias.

Peor aún son las campañas de desinformación a base de engaños y falsedades que están en contra de la salud pública, como las campañas anti-vacunas que pone en peligro inminente a los niños que no tienen su protección. Incluso las dietas insanas, como el veganismo, que atentan contra la sana alimentación de los humanos. Miles de años de evolución no la pueden borrar en un par de años de alimentación basada en ideas falsas. De hecho campañas de mistificación contra el gluten o la lactosa, basadas en información errónea, siguen ganando adeptos en las redes sociales.

Casos así me hacen recordar al monóxido de dihidrógeno, el líquido por el cual se han producido más muertes en toda la historia de la humanidad, y que hoy en día se vende sin distinción a grandes o chicos, sin ninguna medida de restricción o precaución debidamente señalizada, y que incluso se le agrega a casi todos los alimentos en gran parte del mundo, sin que nadie haga algo. Si tú ya sabes que es el monóxido de dihidrógeno, deja que piensen un poco los que todavía no lo saben.

Recordemos que tu libertad de expresión y tu libertad de creencia terminan en donde comienzan los derechos, garantías y dignidad de todos los demás. La libertad de expresión no es para promover el odio, mentir y engañar a otros, no puedes pedir respeto para lo que no es digno de ser respetado ni tolerado. Se podrá respetar a las personas, pero nunca a las ideas ilógicas, irracionales ni a los viles engaños, nunca deben se der tolerados, mucho menos respetados.

Mientras vivas en la sociedad, en una comunidad, tú no tienes derecho a alterar su paz y armonía por ideas falsas o de odio, mucho menos si ya se demostró que son erradas. Que a ti no te guste esa realidad es lo de menos, es la realidad, y ésta así es. Como dice la sabia frase, si quieres hacer tus desmanes cómprate un bosque o una isla, y vete allá a hacerlos, en donde no molestes a nadie. La humanidad no tiene porque tolerar a los promotores de bulos, desinforación viral y mistificación intoxicante. No debemos permitir la imposición disimulada de un neo-oscurantismo que promueve, y al mismo tiempo vanagloria, el engaño y la ignorancia, pues a la larga podría imponerse una idiocracia, el gobierno de los idiotas, pues ya sabemos los muy lamentables resultados que deja ese régimen.

Canis latrant, ego procedo.

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