26 mayo 2020

El gran horror del Pin Parental


Una vez más grupos de poder político-religioso se quieren inmiscuir o entrometer en temas que no deberían de tener acceso por el hecho de que afectan los derechos y libertades de terceras personas, pero en este caso el asunto es más grave, pues los afectados directamente serían los niños.

Ha surgido la maquiavélica idea de imponer un “Pin Parental” que busca que los padres y madres de familia puedan censurar la educación académica de temática sexual en las escuelas, desde el kínder hasta la preparatoria, incurriendo en un grave atentado al derecho al saber de los menores de edad. 

Está ampliamente documentado que la mejor forma de evitar que los menores sean víctimas de abusos sexuales es por medio de la correcta e integral educación sexual en las escuelas. Este tema ha intentado ser censurado en Nuevo León desde los años 1980´s, pero gracias a la decisión de valientes madres y padres de familia, la educación sexual se sigue impartiendo en la mayoría de las escuelas en el estado con forme a lo que dicta las ciencias. 

En distintos momentos de crisis los grupos que algunos califican como “conservadores fanáticos” se han dedicado a tratar de imponer sus ideas por distintos medios sobre la sociedad, que a la luz del conocimiento, los valores y virtudes humanas, va dejando atrás creencias y supersticiones que le estancaban en un retraso cultural impuesto por líderes político-religiosos.

Como se ha constatado reiteradamente, grupos de odio han influido en estas iniciativas que atentan en contra de los derechos y libertades de las personas, y no han faltado los insultos, ataques y amenazas en contra quienes hemos denunciado esto.

Los padres y madres tienen derecho a revisar los planes de estudio de las escuelas, pero no tienen ningún derecho a censurar sus planes de estudio  de las mismas; si no les gusta el plan de estudios, tienen derecho a cambiar a sus hijos de escuela, pero no a coartar el derecho al conocimiento académico de todos los niños.

El problema radica en que los grupos “conservadores” buscan que no se enseñe la cultura o perspectiva de género en las escuelas, pues va en contra de sus creencias religioso-mitológicas, pues en ella se enseña a respetar y dar su lugar a toda persona por ser del género humano, sin importar su raza, condición social, tendencia sexual o ideología religiosa, pues en muchas corrientes religiosas, literalmente, se enseña a odiar a los que son de preferencias sexuales distintas.

Tan sólo por mencionar, en el área metropolitana de Monterrey en varias parroquias hay pláticas prematrimoniales o de instrucción para padrinos de bautismo, en las que todavía se hace mención explícita al desprecio por los miembros de la comunidad LGBT (Personalmente he sido testigo de ello). ¿Eso quieren seguir enseñando a los niños?   

Como alguien inteligentemente dijo en Twitter sobre este tema “La ignorancia y odio no se deberían de transmitir de generación en generación”. ¿Dónde dejaron eso de "amarás a tu prójimo"? Con el Pin Parental pareciera que lo que intentan hacer es que prevalezca la xenofobia y la ignorancia. Pareciera que quieren volver a reducir a las mujeres a simples sirvientas o máquinas de parir hijos, como en varias religiones las tienen asignadas.

Esto, de nuevo, solo es otra muestra del neo-oscurantismo que está contaminando e intoxicando a la sociedad contemporánea. Un individuo que defiende este tema me “reprochó” diciéndome “Ten hijos para que puedas hablar de esto”, como si se necesitara tener cáncer para dominar el tema del cáncer. Así, a ese grado, cosifican a los menores, a sus mujeres y a todo quien no crea en sus supersticiones, esos grupos de "fanáticos".

El Pin Parental es en si mismo una falacia, un horror, pues no protege a los menores de nada, todo los contrario, los condena a la ignorancia y vulnera su derecho a una completa educación académica, como tiene que ser. Los sofismas que argumentan para imponerlo carecen de lógica si se ponen a revisión.

No dejemos que las ideologías de odio sigan contaminando nuestra sociedad, los niños deben saber desde pequeños como es el mundo, pues sólo así, podrán evitar que otros abusen de ellos.

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22 mayo 2020

Lo que pasa cuando los periodistas no saben de ciencia


Hace unos días se dio un hecho realmente vergonzoso en varios portales y medios informativos, se publicó una “noticia” sobre un supuesto fenómeno que ocurriría en nuestro Sol, el cual presuntamente podría llegar a ocasionar desde terremotos, erupciones volcánicas e incluso fuertes heladas. 

En varios portales de noticias lo anunciaron con títulos como "Fenómeno del Sol podría causar clima helado y terremotos", "El Sol presenta extraño comportamiento que podría causar terremotos y heladas en el mundo", "Extraño fenómeno en el sol podría causar terremotos, fuerte heladas y erupciones volcánicas" y otros tantos muy similares. 

Pero el caso es que esto se trataba de una noticia falsa, por no decir que de broma publicada por el portal The Sun de Reino Unido, algo muy similar a lo que es el famoso portal de El Deforma aquí en México. 

El problema es que los redactores de varios medios de comunicación leyeron la nota en los “buscadores de noticias” y la copiaron tal cual, ni siquiera se pusieron a revisar lo que decía, o a analizar lo que supuestamente ocasionaría el supuesto fenómeno astronómico. 

Según la redacción de estas “notas” hacían referencia a que llegarían a la tierra una oleada de rayos cósmicos mucho mayor a las normales, lo que desencadenaría toda una serie de eventos atmosféricos y geológicos de gran magnitud que podrían terminar en grandes catástrofes naturales. 

Pero si hacemos memoria, y recordamos nuestros apuntes de ciencias de la preparatoria, podremos recordar algo muy importante: Los rayos cósmicos no pueden ser bloqueados por nada, todo lo pueden atravesar y no causan ningún daño o fenómeno alguno en los organismos o materia. O al menos hasta el momento es lo que la evidencia señala. 

Además, recordamos otro tema muy importante, el Sol no puede generar terremotos en nuestro planeta. La Tierra cuenta con varias capas de protección natural alrededor de nuestra estratosfera que la defienden incluso de las poderosas llamaradas o tormentas solares, y lo más que llega es radiación ultravioleta, luz blanca y pocas emanaciones de otro tipo que a lo mucho causan problemas de telecomunicaciones a nivel espacial. 

Es aquí donde tenemos que ver este terrible problema, la gran ignorancia científica que hay en el campo del periodismo. Hay reporteros que ni siquiera saben cual es la diferencia entre bacterias y virus, o no saben la diferencia entre antibióticos, antihistamínicos y analgésicos.  

Estamos viviendo un momento muy crítico en el cual el saber de ciencia es primordial para todo mundo, y es terrible que en los medios de comunicación las personas que tienen pantalla para comunicar información lo hagan erróneamente. Lamentablemente el periodismo científico está muy relegado y, por muy distintas razones, no se le ha brindado un adecuado espacio en los medios de comunicación tradicionales. 

En internet hay muchos portales de ciencia, pero incluso en ellos se puede encontrar ciertos sesgos informativos al abordar temas en los que los administradores o editores del portal no tienen mucha especialización, pero lo peor del caso es que tampoco preguntan a los que sí podrían saber y prefieren publicar la nota aunque no esté correcta. 

Por esto y mucho más hace mucha falta hacer mayor promoción al periodismo de investigación y al periodismo científico, enfocado no solo a promover el conocimiento y descubrimientos en el campo de la ciencia y la tecnología, sino también se debe de combatir la pseudociencia y la charlatanería que tanto daño hacen a la sociedad moderna. 

Si no se combaten los bulos y su desinformación los periodistas científicos sólo están haciendo el 50% del trabajo que deberían de estar haciendo en los medios de comunicación. A la gente le gusta vivir en abismos existenciales, pero si no hacemos nada por sacarles de esos abismos, podrían arrastrar a muchos a caer en esos abismos. 



19 mayo 2020

La plaga de los antivacunas


Debido a la falta de inversión en el campo de la educación y la carencia de promoción de la investigación científica en los medios, ha surgido un problema mucho más grave de lo que algunos creen y que puede afectar muy profundamente y de forma muy dañina a la sociedad entera, que de hecho puede poner en riesgo a toda la humanidad. Es el llamado “movimiento antivacunas”.

Los grupos antivacunas son de entrada grupos de ideologías negacionistas enfocados en negar, de forma ilógica, todas las evidencias y pruebas que señalan los grandes beneficios de las vacunas en los seres humanos. No es lo mismo que la tripanofobia, el miedo irracional a las vacunas. Mientras que los antivacunas tergiversan y manipulan desinformación sobre los beneficios o riesgos de las vacunas, los que padecen tripanofobia sólo le temen al dolor causado por el piquete de la aguja. 

Lamentablemente, este movimiento surgido en Europa y que ya ha llegado a México se ha enfocado en promover que los padres y madres de familia eviten la vacunación de sus hijos, lo que los pone en alto riesgo de contraer graves enfermedades a corta edad que podría causarles graves padecimientos a mediano o largo plazo.

Dentro de las falsedades que tanto difunden los antivacunas es que las vacunas causan autismo, algo que ha sido descartado totalmente, pues el único caso en el mundo donde se quiso relacionar el efecto de una vacuna con el autismo de una pequeña, fue descartado por los análisis clínicos. La ciencia no miente, los antivacunas sí mienten, y está ampliamente documentado.

Otro de los bulos que difunden es que las vacunas contienen mercurio, que son únicamente agua o que lo que hacen en realidad en inyectar los verdaderos virus. La realidad es que no son sólo agua, tienen varios compuestos, entre ellos virus debilitados para generar anticuerpos.

Algunas vacunas, no todas, contienen tiomersal, que es un compuesto que tiene etilmercurio, el cual se utiliza para evitar el crecimiento de bacterias y hongos en “vacunas inactivadas” (con virus muertos) que se suministran en viales multidosis. Además se usa en la producción de algunas vacunas para inactivar determinados microorganismos o toxinas y para contribuir a mantener la esterilidad de la cadena de producción. Dicho compuesto solo está presente en una proporción menor al 0.1% de la vacuna. Este compuesto ha sido estudiado por más de una década por varios grupos de científicos a nivel internacional, y hasta el momento no hay pruebas de que la cantidad de tiomersal utilizada en esas vacunas sea de riesgo para la salud.

Increíblemente hay madres de familia que dicen “estar orgullosas de no vacunar a sus hijos”, lo que pone en evidencia su enorme ignorancia y su terrible irresponsabilidad al poner en peligro de esta forma la salud de sus hijos. Hay algunos padres de familia que incluso dicen “pues vacunenese ustedes y sean inmunes según ustedes, si nosotros nos enfermamos no les afectaría”. El problema es que si se infectan esos incultos ponen en peligro a todo aquel que por alguna razón tenga sus defensas bajas o que su sistema inmunológico esté bajó alguna afectación.

Hay individuos, que no se si merecen llamarles personas, que alegan que no sirve para nada el vacunarse. Pero si se les pregunta si ellos o alguno de sus familiares ha padecido alguna vez rubeola, tétanos, difteria o poliomielitis tendrían que responder que no, y muy posiblemente ni siquiera han de saber de esas enfermedades, pues ya casi no existen casos de ellas gracias a las vacunas.
 

07 mayo 2020

La ignorancia del no creer en lo real

Ahora resulta que mucha gente no cree en lo que es real, y se creen los muy cultos e ilustrados. Tremenda gracejada. Gente que no sabe como funciona el Wifi de sus casas, que no sabe como funciona el control remoto de su televisor, o que ni siquiera sabe como funciona su teléfono celular, se pone a opinar sobre el funcionamiento y supuestos riesgos de la telefonía 5G. Es como ver patos tirándole a las escopetas. 

Esas mismas gentes son las que ahora dicen que no creen en la existencia del coronavirus Covid-19, dicen que es un cuento inventado por los gobiernos opresores para mantener a la gente encerrada en las casas para que no ande protestando en las calles y de paso acabar con todo los pequeños negocios. Es gente verdaderamente inculta e irracional los que andan diciendo eso. 

En nuestro mundo hay una ley universal que dice algo así “Lo que es real no necesita que creas en él, pues es real por si mismo y se puede verificar, no necesita que creas en él para existir, solo lo que es falso necesita que alguien crea en eso para existir, pues carece de sustento”. La fe no sirve para nada en este campo, en el campo de lo real. Pues si a esas vamos, tu dios no tiene ninguna evidencia o prueba de su existencia, y necesita que tú creas en él para “existir”. 

El no creer en lo que es real, no se llama incredulidad, es ignorancia, es incultura. Es como los que “no creen” en la evolución biológica del ser humano, alegando que “sólo se trata de una teoría”. Lo que no saben, porque no estudiaron bien ciencias naturales en la escuela, es que se trata de una teoría científica, y eso se refiere a que se trata de la explicación un fenómeno real basado en evidencia corroborable y pruebas constatables, en otras palabras en un hecho real. 

Los que dicen no creer en el coronavirus caen en ese mismo costal de gente ignorante e inculta. No quieren creer en algo que está plenamente demostrado, y que para colmo de males ha causado la muerte de miles de personas en casi todo el mundo. Es absurdo que tengan esa postura tan estancada y pobre ante la cruda realidad que les rebasa y por mucho. 

Lo peor del caso, no quieren creer en el coronavirus, pero sí creen en falsedades de que rocían ciudades con químicos para matar a personas de la tercera edad y mujeres embarazadas o que en las clínicas del gobierno se estan robando el líquido de las rodillas de los muertos para venderlo en el mercado negro. Eso definitivamente es alguna forma de retraso mental. 

Lo peor del caso es que hay quienes están lucrando con la ignorancia de estas personas. En los estados de Tamaulipas y Zacatecas ya se han detectado a supuestos “médicos homeópatas” que están vendiendo productos que aseguran protegen e incluso alivian a pacientes del coronavirus Covid-19, lo que en toda medida representa un vil fraude que merece ser castigado por las autoridades federales. En México no existe ningún medicamento o tratamiento que alivie la enfermedad del SARS CoV-2, ni en toda América; la recuperación del paciente se da por si mismo dependiendo de su estado de salud general y a las atenciones que reciba, la recuperación se da por si misma en 14 días. La venta y promoción de falsos productos milagro es algo que está penado en México. Así que sin dudarlo denúncienlos a las autoridades de su localidad.

Los falsos testimonios de gente recuperada dados por supuestas enfermeras o familiares de pacientes no son reales, como ya dijimos, después de los 14 días la infección es superada por el propio organismo del paciente, únicamente con tratamientos y cuidados básicos hospitalarios. El que hayan tomado algún suplemento de cualquier tipo no hace ninguna diferencia en ello. Las evidencias no mienten, esos que lucran con el dolor ajeno sí lo hacen. 

Por otro lado, toda esa gente inculta que por sus creencias ha atacado a personal médico o instalaciones hospitalarias, debe de ser tratados como criminales de guerra, no merecen otro calificativo. Estamos en una pandemia mundial y todo el personal médico me parece que debería de solicitar el cumplimiento de los Convenios de Ginebra en todo lo referente a protección del personal e instalaciones médicas. 

No podemos dejar que las calles y las redes sociales caigan bajo el dominio de las personas ignorantes, es nuestro deber exigir que se haga algo y se ponga un alto en seco a tanta parsimonia por parte de las autoridades ante este tipo de acciones. El pensar “no pasa nada” ante los actos de los charlatanes y veneradores de la ignorancia ya han causado estragos en el pasado. ¿Por qué esperar a que ocurran de nuevo?   
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