29 mayo 2013

Una de casas con espantos


En estos días de tormentas me vienen a la memoria varios relatos de amigos y colegas reporteros sobre “casas con espantos”, una curiosa forma de llamarle a las casas abandonadas en donde las personas hacen reportes de presuntos fenómenos paranormales, los cuales eran todo un tema de conversación en las noches de cafetería, y en algunas ocasiones, para algunos aficionados, para ir de excursión a “cazar fantasmas”, como dicen algunos. Hoy les compartiré uno de estos relatos.

Personalmente nunca me ha gustado ir a casas abandonadas, pues considero que es un allanamiento de morada digno de cualquier mequetrefe sin oficio, y siempre he estado en contra de esos “investigadores” que se meten sin permiso a propiedades ajenas con tal de grabar algún ruido raro o curioso, pero en fin, eso ya depende de la ética de cada uno.

Recuerdo mucho un caso que varios me han platicado de una casa de la Colonia Obispado, en donde, hace varios años, la policía realizó un cateo deteniendo a una banda de delincuentes, que supuestamente practicaban la magia negra y cosas de esas. La casa quedó abandonada desde entonces, y nadie reclamó la propiedad, y era un sitio en donde frecuentemente los vecinos reportaban “sonidos extraños” adentro del lugar.

Una noche en que nada ocurría en la ciudad, los reporteros policiacos de varios medios se juntaron en una tienda de conveniencia a tomar café, y uno comenzó a platicar esa historia, y les llamó la atención el relato, por lo que todos decidieron ir a esa casa y entrar a ver si veían o les pasaba algo extraño. Todos llegaron en sus vehículos y se estacionaron afuera de la casa, prendieron sus lamparas para entrar a la casa, la cual tenía su portón principal abierto, incluso la puerta de la casa estaba abierta, por lo que no batallarían para entrar.

Estaban todos reunidos frente al portón, cuando de pronto, ellos aseguran que, una silueta negra salió a asomarse por la ventana del balcón principal del segundo piso; era un bulto de color negro que no se definía bien que era, a pesar de que la luz de la Luna llena iluminaba toda la calle.

Según unos, parecía como una persona cubierta con una túnica o sábana negra. Salió, se asomó y rápidamente se metió de nuevo por la ventana de donde salió, tan rápido como un gato. Al ver eso, todos corrieron asustados a sus carros y arrancaron a toda velocidad con rumbo a la tienda donde estaban tomando café, en el centro de la ciudad.

No regresaron al lugar y todo quedó como una anécdota más de una de tantas “casas con espantos” de Monterrey. Todos hemos escuchado historias de casas con espantos, pero que te la cuenten varios, que dicen que lo vivieron, es lo que la hace más curiosa e interesante. Se los dejo a su consideración.

Fuente: http://info7.mx/editorial.php?id=3189

22 mayo 2013

Periodistas o simples opinólogos de internet



El impacto que ha tenido en la comunidad el gran avance del internet, con sus páginas web, blogs y las redes sociales, ha sido un factor determinante para la formación de la actual opinión pública, sobre los distintos temas que atañen a las personas y que por distintas les son de interés.

Sin embargo estos portales electrónicos no solo han acercado a la gente a tener la gran ventaja de la inmediatez de las noticias, pues prácticamente en el momento en que suceden los hechos, los reporteros y las personas en general, pueden publicarlo de manera casi automática en la web.

Pero, no todo lo que se dice es cierto, y mucho menos verificable. La capacidad que las redes y páginas web tienen para difundir datos e información puede ser utilizado con fines oscuros y dañinos para afectar en cierta medida la opinión de las personas y hacerlas reaccionar de alguna manera predeterminada ante ciertos sucesos, e incluso tomar algunas posturas que podrían ser de riesgo para la misma sociedad.

La libertad de expresión es para servir a los demás, no para promover desinformación, ideas de odio y xenofobia. Pues todos tenemos derecho a expresarnos, pero no a pasar por encima de los demás para lograrlo, pues nos convertiríamos en los tiranos de otros.

Desafortunadamente, algunos pseudo-periodistas, o pseudo-reporteros, se han dado a la tarea de manipular datos e información para generar conflictos entre grupos de distintas religiones, afiliación política o ideológica, con tal de servir a ciertos intereses particulares enfocados a generar conflictos y divisiones entre las personas. Campañas como la anti-vacunas, la difusión la desinformación sobre los chemtrails (rastros químicos), la mistificación de los transgénicos, el mito de los inexistentes niños índigo, los falsos logros de peligrosas terapias o medicinas alternativas, y otros mitos más, son el producto de gente sin ética, y sin moral, por el manejo de la información  

En muchos de estos casos, estos individuos abusan de la ignorancia que las personas tienen en algunos temas, ya sea científicos, históricos o financieros, para atacar a ciertos grupos o generar odio dirigido a un grupo en particular. En algunos casos incluso abusan del uso de mitos o leyendas urbanas con tal de manipular de manera tendenciosa el punto de vista de la gente, sin pensar en las posibles consecuencias de sus acciones.

Como una vez dijo el periodista Salvador Mejía: “Las campañas de desinformación son tan dañinas como un enfrentamiento armado”. Y lo peor del caso es que se ha hecho muy poco contra ellas, pues los “divulgadores de la verdad oculta” se escudan en la libertad de expresión para cometer sus actos de mistificación.

La libertad de expresión es para informar y servir a los demás; no para decir mentiras y engañar a las personas. Quien promueve esta libertad en base a mentiras, solo busca encadenar las mentes de las personas para usarlas a su vil antojo. Aquí es donde hace falta algún tipo de autoridad, por ejemplo un consejo de honor, justicia y ética, que tenga las funciones de un juez calificador para que de alguna manera sancione este tipo de actividades.

Desafortunadamente, en los últimos años hemos visto que para muchos jóvenes la desinformación es un estupefaciente del que son adictos los que padecen de pereza mental, esa que no les permite razonar de forma lógica y que prefieren creer cosas que vieron en una página de internet, en lugar de indagar y verificar que lo que ahí se diga sea cierto. No les interesa razonar, no les interesa pensar, solo seguir una idea que les haga sentirse bien en ese momento de catarsis en el que, según ellos, luchan contra la opresión de los grandes, cuando no se dan cuenta que solo son la carne de cañón de uno de esos contra los que dicen luchar.

Aquí es donde me vienen a la memoria las palabras del periodista Osvaldo Robles, quien en una ocasión comentó “La libertad de expresión termina donde comienza el derecho a la dignidad de las víctimas”. Y tiene toda la razón, no debemos de convertir a la libertad de expresión en un arma que dañe a personas inocentes, que por alguna u otra razón, desconocen o no están bien informadas sobre algún tema de interés público y que pueda afectar de manera negativa a sus vidas.

Hay que dignificar el oficio periodístico, y exigir más calidad pero también más ética a quien se diga periodista o divulgador de algún tema, pues el punto de vista de un simple opinólogo de internet nunca debe de estar por encima de la realidad, ni de los derechos y dignidad de las personas a las que pueda afectar con sus opiniones interesadas.

08 mayo 2013

Homínidos extraterrestres



No es de extrañarse que en los últimos casos de hallazgos de supuestos restos de seres extraterrestres encontrados en nuestro planeta, después de realizarle análisis científicos de índole biológicos, los resultados dieran que los cuerpos presentaban ADN de origen humano. Y sí, no es de extrañarse, pues gracias a esos análisis se ha descubierto que en realidad esos cuerpos solo se han tratado de simples y pequeños primates.

Podemos mencionar casos como el de el “humanoide de Atacama”, en Chile, o el “ser de Metepec”, un caso que fue muy mencionado aquí en México, allá por el año de 2007, pero que en ambos casos, los cuerpos recuperados dieron positivo en los estudios de ADN que se les realizó, en los cuales se confirmó la presencia de lo que fue calificado como “ADN Humano”. Una prueba bastante fidedigna de que se trataba de homínidos terrestres.

Como es bien sabido, por todos los que tienen adecuados y suficientes conocimientos en biología, todos los primates u homínidos terrestres, desde los micos hasta los gorilas, pasando por los chimpancés, tienen “ADN humano” en cierto porcentaje, aunque el termino correcto es “ADN primate”, pues a final de cuentas todos ellos, y nosotros, venimos de un ancestro en común, o en otras palabras, tenemos un origen filogenético en común.

Y es aquí donde se les debe de preguntar a esos “investigadores” aficionados a los ovnis y a todo lo relacionado con la ufología, ¿qué es lo que buscan investigar, ovnis o extraterrestres? Pues el encontrar un cuerpo parcialmente momificado de algún mono o mico, no significa que sea extraterrestre. Y si a ese cuerpo se le encuentra que corresponde con criaturas nativas de nuestro planeta, como los primates o los humanos, con mayor razón se debe de deducir que se trata de un ser terrícola.

Si se tratara de una entidad extraterrestre, para empezar, muy posiblemente, su estructura celular y molecular sería bastante distinta a la de un ser común de nuestro planeta, y no se diga su ADN, sería muy distinto al de un ser común y corriente a la Tierra. Recordemos que es la similitud en la secuencia, no el ADN en sí, lo que permite determinar que los seres humanos somos tan cercanos a los demás primates.

Así es, los humanos tenemos ADN primate, y por mencionar un pequeño ejemplo, un chimpancé tiene un 96% de semejanza con el nuestro. Los humanos tenemos mucha similitud en el aspecto genético con los simios, una pequeña huella que ha dejado la evolución en todos nosotros. Entonces, si se encuentra los restos de un "ser desconocido", y al hacerle los estudios de ADN, da por resultado que tiene "ADN humano", lógicamente, todo indicaría de que se trata de un ser de nuestro planeta, muy posiblemente alguna clase de primate.

¿Acaso los "ufólogos" o "investigadores" creen que los extraterrestres tienen que tener "ADN humano" en sus cuerpos? Si estos "estudiosos" del fenómeno ovni consideran que los extraterrestres deben de tener coincidencias genéticas con los humanos, entonces tienen una mentalidad demasiado limitada, pues lo más normal sería que no la tuvieran, simplemente, por ser de otro planeta, en donde la composición del mismo puede ser muy distinta al nuestro. Aunque en algún otro planeta existiera algún tipo de ser con inteligencia desarrollada, no tendría que ser, necesariamente, de origen primate, como nosotros.

El pensar que los posibles extraterrestres deben de tener una estructura muy similar a los humanos, y primates, de nuestro planeta, es como si quisiéramos limitar a la naturaleza en su capacidad de crear distintas formas de vida, algo que es, a todas luces, ilógico. Por lo que se ve, los fanáticos de los "aliens" olvidan, o desconocen, todas las formas de vida extremófilas que hay en la Tierra. Simplemente, sabiendo las diferentes composiciones químicas de los planetas hasta ahora conocidos, sería muy poco probable que los seres extraterrestres, que vendrían de mundos muy lejanos, tuvieran similitudes biológicas tan parecidas a los seres de nuestro planeta, al grado de tener un ADN similar al de los primates.

Entonces, ya no hay que creernos de esos casos de supuestos extraterrestres o aliens, hay que recomendarles a esos "investigadores" y "periodistas" que dicen ser "especialistas en el tema de los ovnis y extraterrestres" que estudien un poco más de química y biología, y que no se sorprendan con resultados que no son, para nada, de fuera de nuestro mundo, pero que ellos no comprenden y no saben interpretar.

Por querer dar primero una "noticia", terminan dándola mal y desinformando. Mejor, pónganse a estudiar.

Fuente: http://info7.mx/editorial.php?id=2969

*Muchas gracias a @Sushii818 @WladContreras @lanticursi y @Davenavajas por todos los datos que me proporcionaron para la elaboración del presente artículo.