19 septiembre 2012

Tienes derecho a no causar mal



En una época en las que las libertades, derechos, deberes y obligaciones no son del gusto de todos, y son tan manipuladas por algunos, deberíamos ponerlas, y ponernos, en una balanza para ver que es lo que sí es funcional y lo que no es funcional para la humanidad.
Varias personas están poniendo demasiado énfasis en que los demás sigan y obedezcan, al pie de la letra, lo que ellos creen como verdadero y que no existe nada más allá de lo que ellos dicten, aunque en muchos casos las pruebas señalen todo lo contrario, algo que los hace estallar en una furia irreprimible contra todo aquello que no sea tal como sus antojos lo señalen.
Muchos se escudan en su libertad de expresión para gritar todo lo que quieran sobre los demás y sus conductas, pero no aceptan la libertad de información de los demás, que les permite cuestionarles, de igual manera, todos sus dichos y actos, y pedirles explicaciones de sus razones para hacerlo.
Todos deben de saber que la libertad de expresión es para servir a los demás, no para promover desinformación, ideas de odio y xenofobia. Como muchos ya saben, la desinformación ha matado, y puede seguir matando, a muchas personas, más que un enfrentamiento armado o que una pandemia.
Desinformación como la de esos que van al curandero o al “sanador” en lugar que al médico, o aquellos que se dicen superiores por ser “índigo” cuando se ha demostrado que no existe el “factor índigo” en los seres humanos, como muchos cuentan, y que incluso lo de las “auras” son solo un mito del cual se ha abusado demasiado.
Otro tipo de desinformación que hasta puede considerarse terrorismo desinformativo, o ciberterrorismo en algunos casos, es aquella que dice que existen armas que modifican el clima o que causan terremotos a voluntad, como el HAARP o los rastros químicos (chemtrails), algo que en realidad es inofensivo para el ser humano; o aquellos que engañan a madres de familia diciendo que sus hijos peligran si se les aplica alguna vacuna, que en realidad les puede salvar la vida. Eso es un crimen.
Todos esos “líderes de opinión”, o más bien simples “opinólogos” venidos a más, pues se aprovechan de situaciones particulares o mitos infundados para sacar provecho de ello, deben de saber que sí tienen derecho a expresarse, pero no a pasar por encima de los derechos, dignidad e integridad de los demás para lograrlo, pues se convertirás en los tiranos de los demás, algo que supuestamente ellos combaten.
Otro problema, con el que están haciendo muy mal uso de las redes sociales, es la promoción de ideas de odio racista, odio interreligioso y xenofobia en cualquiera de sus variantes.
Todas las religiones del mundo están enfocadas al promover el amor, la paz, la solidaridad y a vivir en armonía los unos con los otros, pero hay algunos “líderes espirituales” que están en contra de eso simplemente por que hay algunas diferencias dogmáticas entre sus diferentes doctrinas, y creen que su “fe”, o su forma de ver a su dios, es superior a la de los demás.
Parece ridículo, pero hay individuos nefastos que hasta están en contra de la unión de la humanidad y todas las sociedades en común, acusando a los promotores de la globalización de ser impulsores del “nuevo orden mundial”, cuando son las mismas personas, el mismo pueblo, quien por su libre albedrío desea la unión de la humanidad en una sociedad de paz y armonía para todos, sin separatismos ilógicos e irracionales.
Esos líderes espirituales o religiosos, deben de entender que si la gente no cree en la palabra de su dios, es porque ellos son un mal representante de él en la tierra. Hagan consciencia, todo tipo de fanatismo, ya sea religioso, filosófico o ideológico (hasta por el futbol), es un cáncer maligno para la humanidad. Las llamadas “guerras santas” o “limpias raciales” así han iniciado, por odios, envidias y rencores entre grupos de distintas ideologías. La humanidad ya no está para guerras por ideologías, está para unir esfuerzos y voluntades.
Sean de la religión o culto que sean, adoren a quien adoren, o crean lo que crean, antes que otra cosa, todos somos humanos y debemos de convivir en paz, armonía y tranquilidad para todos. Tenemos derecho a vivir en paz y con tranquilidad, a no ser molestados por nuestros ideales, mientras estos no dañen a otros, pues como dicen por ahí “el respeto al derecho ajeno es la paz” y “tus derechos terminan donde comienzan los de los demás”. Es tu obligación saberlo, tienes derecho a no causar mal.

Fuente: http://info7.mx/editorial.php?id=2425

1 comentario:

Tiempo de Todo! dijo...

Una reflexión sencillamente formidable. Muy necesario que la gente comenzara a compartir grandes pensamientos como los tuyos Belduque. Un gran abrazo.