23 agosto 2025

El lado oscuro del chocolate: Metales pesados en el cacao


El chocolate, esa delicia universal de origen mexicano que endulza nuestras vidas, ha estado bajo la lupa de especialistas en los últimos años por una razón preocupante, la presencia de metales pesados en algunos de sus productos.

Recientemente, (septiembre del 2024) estuvimos con el Dr. Alexander Lux, del Departamento de Fisiología Vegetal de la Comenius University Bratislava, en Eslovaquia, quien nos habló ampliamente sobre este problema que ha pasado casi inadvertido para muchos, pero que es muy importante tomarlo en cuenta.

Buscamos, y encontramos que estos contaminantes, potencialmente dañinos para la salud, no se distribuyen de manera uniforme en todos los chocolates. Su concentración parece estar íntimamente ligada a un factor clave: el lugar donde se cosecha el cacao. 

Diversas investigaciones han confirmado que los niveles de metales pesados en el chocolate varían significativamente según la procedencia del cacao. Un estudio multianual realizado por la George Washington University, analizó 72 productos de cacao comercializados en Estados Unidos entre 2014 y 2022. Los resultados fueron alarmantes. El 43% de estos productos excedía los niveles máximos permitidos de plomo y el 35% los de cadmio, según los estándares de California, Estados Unidos (Hands et al. 2024). 

Otro estudio, llevado a cabo por la Tulane University, profundizó en el impacto geográfico al evaluar chocolates elaborados con cacao de distintas regiones del mundo. Los hallazgos revelaron patrones claros. Los chocolates oscuros hechos con cacao de Centro y Sudamérica presentaban los niveles más altos de cadmio, mientras que aquellos provenientes de África Occidental y Asia mostraban concentraciones notablemente menores. 

En cuanto al plomo, Sudamérica volvió a destacar, con algunos productos superando los límites establecidos. Estas diferencias no son casuales; según el estudio están relacionadas con las condiciones del suelo, los métodos de cultivo y las prácticas de procesamiento que varían de una región a otra (Temesgen et al. 2024).

La revista Consumer Reports, de la Consumers Union de EUA, una fuente muy reconocida en temas de seguridad alimentaria, también ha abordado este problema. En sus análisis, identificaron que la contaminación por metales pesados puede originarse durante el cultivo del cacao, cuando las plantas absorben estos elementos del suelo, o tras la cosecha, por la exposición a polvo y equipos contaminados (Tunde E. 2022). 

Otro trabajo del mismo año, aparecido en la revista Toxics, evaluó el riesgo dietético por exposición al cadmio en 143 alimentos, incluyendo varios tipos de chocolate mexicano. Aquí, el polvo de cacao presentó 0.289 mg/kg, seguido por el polvo de chocolate con 0.117 mg/kg, barras regulares con 0.060 mg/kg y barras amargas con 0.029 mg/kg. Todos estos valores cumplen con los estándares de la FAO/OMS (0.8-0.9 mg/kg para chocolates con alto contenido de cacao). No obstante, el estudio alerta que, combinado con otros alimentos, el consumo podría superar la ingesta tolerable semanal de cadmio (2.5 μg/kg de peso corporal), un riesgo mayor para los más pequeños (Cantoral et al 2024).

Una perspectiva más amplia proviene de un artículo de 2020 en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, que explora los orígenes de estos metales en el cacao latinoamericano, incluyendo México. Aunque no ofrece datos específicos del país, señala que factores como suelos volcánicos elevan naturalmente los niveles de cadmio, y aboga por medidas de mitigación en toda la cadena de suministro para reducir variaciones regionales.

En conjunto, estos hallazgos sugieren que los chocolates mexicanos son seguros en términos generales, pero recomiendan moderar su consumo, particularmente de variedades amargas con mayor concentración de cacao. La procedencia del cacao no es solo una cuestión de sabor o calidad, sino también de seguridad. La presencia de metales pesados en el chocolate no es un tema menor, especialmente cuando se trata de plomo y cadmio (Meert et al 2020). 

El plomo es un neurotóxico bien documentado que puede afectar el desarrollo cognitivo en niños y causar problemas de salud a largo plazo en adultos. El cadmio, por su parte, se acumula en los riñones, pudiendo provocar daño renal y aumentando el riesgo de cáncer con exposiciones prolongadas. 

Aunque el consumo moderado de chocolate no suele representar un peligro inmediato, la exposición acumulativa podría superar los límites seguros, especialmente para grupos vulnerables como niños pequeños y mujeres embarazadas.

Un consumidor promedio no tiene forma de saber si el cacao de su chocolate favorito proviene de una zona de alto riesgo como Sudamérica o de una región con niveles más bajos como África Occidental. Esta falta de transparencia convierte el acto de comprar chocolate en una lotería de salud que pocos están preparados para jugar.

Ante esta realidad, tanto los consumidores como la industria del chocolate tienen un papel que desempeñar. Para quienes disfrutamos de este manjar, la clave está en informarse y elegir con criterio. Optar por marcas que realicen pruebas rigurosas de metales pesados y sean transparentes sobre el origen de su cacao es un buen comienzo. Reducir considerablemente el consumo de chocolate oscuro, como sugieren algunos expertos, puede minimizar la exposición a estos contaminantes.

Sin embargo, la responsabilidad no recae solo en los consumidores. La industria debe dar un paso al frente adoptando prácticas que minimicen la contaminación desde la raíz. Esto incluye seleccionar suelos menos contaminados, mejorar los procesos de preparación para evitar la absorción de metales post-cosecha, y emplear tecnologías de limpieza más avanzadas. Algunas pocas empresas certificadas ya están explorando estas soluciones, pero el esfuerzo debe ser generalizado.

A nivel gubernamental, urge establecer regulaciones más estrictas y uniformes. Los estándares actuales varían entre países, lo que genera lagunas que la industria puede aprovechar. Una normativa global clara obligaría a los productores a priorizar la seguridad sin comprometer la calidad del chocolate que llega a nuestras manos.

El chocolate no debería ser una fuente de preocupación para nadie, sino de alegría. Sin embargo, los datos son claros. Dependiendo de dónde se coseche el cacao, el chocolate que consumimos podría estar contaminado con metales pesados. Con una combinación de conciencia ciudadana, innovación industrial y políticas efectivas, podemos garantizar que este placer milenario siga siendo seguro para todos. 

La próxima vez que abras una barra de chocolate, recuerda que su historia, y su seguridad, comienza mucho antes, en los campos donde creció el cacao.

Ahí se las dejo de tarea. 

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Fuentes: 

1. Jacob M. Hands et al., "A Multi-Year Heavy Metal Analysis of 72 Dark Chocolate and Cocoa Products in the USA," Frontiers in Nutrition 11 (2024): 1366231, https://doi.org/10.3389/fnut.2024.1366231.

2. Temesgen R. Godebo et al., "Occurrence of heavy metals coupled with elevated levels of essential elements in chocolates: Health risk assessment," Food Research International 187 (2024): 114360, https://doi.org/10.1016/j.foodres.2024.114360.

3. Tunde E. Akinleye and Kevin Loria, "Lead and Cadmium in Dark Chocolate: What You Need to Know," Consumer Reports, December 15, 2022, https://www.consumerreports.org/health/food-safety/lead-and-cadmium-in-dark-chocolate-a8480295550/.

4. Alejandra Cantoral et al., "Lead Levels in the Most Consumed Mexican Foods: First Monitoring Effort," Toxics 12, no. 5 (2024): 318, https://doi.org/10.3390/toxics12050318.

5. Michael J. A. Meert et al., "Perspective on Cadmium and Lead in Cocoa and Chocolate," Food Science and Nutrition 8, no. 11 (2020): 5885-5896, https://doi.org/10.1002/fsn3.1895.


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