23 abril 2013

El riesgo de la mistificación



Yo se que la gran mayoría de la gente no es tan ingenua, ni tan inocente, como para que se deje engañar con noticias sensacionalistas y argumentos falsos de aparentemente valor verdadero maquinados para hacer caer en el engaño y generar dudas, pánico o incertidumbre. Pero hay algunos individuos que por sus condiciones mentales, falta de ética o muy dudosa conducta podrían ser consideradas como un riesgo para las demás personas que los rodean.

Como dice el refrán “No hay nada más peligroso que un bobo con iniciativa”, y la historia nos puede dar muchos ejemplos de estos. Simplemente habría que recordar a cualquier grupo fanático de cualquier ideología religiosa, política y hasta deportiva que ha cobrado victimas y ha causado daños a personas inocentes. La mistificación, el falsear información haciéndola de apariencia extraordinaria e inusitada más para llamar más la atención y así embaucar a los espectadores, es un recurso muy utilizado en el campo del misterio y las conspiraciones.

Aquí es donde surgen esos personajes que se creen “más inteligentes que los demás”, y se ponen, según ellos, a desenmarañar, desentrañar y revelar lo que (según ellos) todo mundo debe de saber. Por otro lado tenemos a los que con toda mala intensión falsifican información con tal de hacer más llamativo, “más interesante” o incluso atemorizante algo que de ninguna manera puede afectar la vida cotidiana de las personas normales.  

Dentro del campo de la mistificación podemos encontrar desde varias terapias o medicinas alternativas, hasta falsa información “científica” utilizada para confundir y engañar a la población. Algunos casos son casi insignificantes o inocuos como los que decían que los estadounidenses no llegaron a la Luna en el Apolo 11 o que un supuesto “chip”, pegado como calcomanía, puede proteger a los usuarios de la radicación de los teléfonos celulares, o que una pulsera te puede ayudar a tener “más energía”.

Hay otros que siguen con el cuento de que el proyecto HAARP (High Frequency Active Auroral Research Program) puede alterar el clima e incluso que puede ocasionar terremotos, un hecho absolutamente imposible ya que las sus ondas no son absorbidas por la atmósfera, solo sirven para el análisis y estudio de la ionósfera; además, las ondas de alta o de baja frecuencia no pueden afectar una placa tectónica, simplemente, por su enorme tamaño no pueden moverlas o modificar su estructura, es algo físicamente imposible.

Algo muy socorrido por los especuladores cuando algún cometa o asteroide pasa cerca de nuestro planeta, es que ellos afirman que esos cuerpos que viajan por el universo pueden afectar la gravedad de nuestro planeta y que pueden causar desastres naturales, como explosiones volcánicas o maremotos, cuando en realidad es imposible que un asteroide o un cometa afecta a nuestro planeta por su pequeño tamaño a comparación del gran tamaño de nuestro planeta, de echo lo que sí puede ocurrir es que nuestro planeta cambie la trayectoria de viaje de esos cuerpos, cambiando sus órbitas.

Incluso hay algunos que, irracionalmente, a lo único que atacan es a todo lo que tenga que ver con la ciencia o la tecnología, como aquellos que dicen “no creer” en la evolución, cuando la evolución es un hecho demostrado. Otros más peligrosos son aquellos que están en contra de la vacunación de los niños, algo que puede desencadenar en muy lamentables consecuencias.  

Lo peor del caso es que muchas de esos falsos datos los combinan con ideas de odio o xenofóbicas, encausadas en hacer daño a distintos grupos sociales que, en la mayoría de las veces, no tienen la culpa de lo que se les acusa. El negocio de muchos de estos ciberterroristas que usan las redes sociales y las páginas web para difundir su desinformación es causar miedo y dudas en la población para ocasionar determinadas acciones para afectar a grupos o personas que ellos consideren rivales o enemigos. Y lo peor del caso es que no les interesa atropellar los derechos y dignidad de las personas inocentes sobre las cuales tienen que pasar para promover su mistificación.

Todos esos tipos que promueven la mistificación de escudan en la “libertad de expresión”, pero las personas pueden alegar a la “libertad de información” que nos da libertad para cuestionar sus palabras, entonces ahí la balanza se puede equilibrar. Y si a eso le agregamos que la libertad de expresión no es para mentir, es para para servir, entonces ellos ya no tienen nada que decir, pues si no tienen nada bueno y cierto que decir, por respeto a los demás, deben de guardar silencio.

Fuente: http://info7.mx/editorial.php?id=2876

10 abril 2013

Hace falta más resultados y menos conspiraciones



Me dio mucho que pensar un mensaje publicado en la cuenta de twitter de la Comisión de Estudio del Fenomeno OVNI de la Republica Argentina (CEFORA), el cual decía “Necesitamos su apoyo para pedir el visto bueno a la desclasificación de archivos ovni que guardan los organismos oficiales”.

Personalmente, lo que yo opino es, que se necesita exigir más seriedad y más resultados a los "investigadores" que tomen los casos de los presuntos ovnis, pues en la actualidad, muchos de esos “ufólogos”, en todo el mundo, se siguen escudando en que las autoridades les esconden información y que hay mucho “ocultamiento” respecto a este tema.

Sin embargo, siendo objetivos, los principales promotores del ocultamiento son esos mismos, autonombrados, investigadores de ovnis que nunca solucionan ningún caso y se la pasan especulando con supuestas conspiraciones internacionales y contactos con hipotéticos seres de otros mundos, que nunca demuestran. Si esos “investigadores” no investigan, entonces, ¿qué es lo que hacen con esos casos? Simplemente nada.

¿Cómo quieren que las autoridades que, presuntamente, tienen archivos secretos sobre el fenómeno ovni puedan confiar en “ufólogos” que se la pasan especulando y promoviendo casos falsos de ovnis y nunca dan resultados de ninguna de sus “investigaciones”? Ya hay que ponerle un alto a esos pseudo-investigadores de escritorio, de cabina de radio o de teatro, que dicen estudiar o investigar este fenómeno, pero que nunca se han abocado a esclarecer y resolver esos aparentes misterios que deberían de solucionar.

Debería de existir una comisión de ética, honor y justicia que se encargara de poner orden y sancionar a todos esos “divulgadores de la verdad extraterrestre”. Pero mientras nadie tenga el valor de cuestionarlos y poner públicamente en duda su trabajo, ellos seguirán con sus engaños y sus timos.

Así como ya está penado por la ley la venta y falsa publicidad de los “productos milagro”, así debería de existir una autoridad que juzgue y califique a esos investigadores que no investigan nada, al igual que a esos “periodistas” que difunden casos fraudulentos de ovnis, “avistamientos de extraterrestres” y cosas similares, dejan mucho que desear, echan por tierra su reputación y denigran el oficio del periodismo.

Es cierto, ya no han surgido casos importantes o de gran relevancia, más allá de unos cuantos casos de alcance regional, que pudiera hacer voltear la mirada de los analistas internacionales a estos temas tan menospreciados por algunos, pero que siguen en la mente de muchas personas que desean ver respuestas y resultados a todas sus dudas sobre estas cuestiones.

No debemos esperar un “caso importante”, el caso se hace importante al dar resultados, al desmitificarlo y resolverlo, pero lo importante es que se resuelvan y que no formen parte de la larga lista de “casos sin resolver” en el mundo del misterio.

No hay que esperar que las autoridades o el mundo mire al tema de los ovnis por simple curiosidad, hay que hacer que volteen a verlo por auténtico interés en los resultados que brinde su correcta investigación, usando el método científico, como debe de ser, descartando o confirmando las hipótesis propuestas, pero nunca quedarse a medias, que eso solo es caer en la mediocridad que los mercaderes del misterio buscan impulsar para seguir vendiendo sus mitos que solo son un desperdicio de tiempo para las personas.

Piénsalo bien, deja de lado ideas obsoletas, si no estamos solos en el universo, que lo demuestren, o que se hagan a un lado y dejen pasar a los que sí están dispuestos a investigarlo y verificarlo.

Fuente: http://info7.mx/editorial.php?id=2799