20 agosto 2012

La incertidumbre de la duda medica



Lo acepto, hay veces en las que no se que pensar, pero cuando me entero o soy testigo de cuando personas cultas e inteligentes recurren a practicas “alternativas” u “holísticas” para la solución de problemas de salud o conflictos personales, me siento algo desasosegado.
Es algo así como ir en contra de la lógica o la razón, pero lo que más me sorprende es que lo hagan en pleno conocimiento de los hechos, a sabiendas de que ellos mismos, en algún momento, estuvieron en contra de dichas prácticas. ¿Es tanta la desesperación que les arroja a realizar tales actos? ¿Cómo es que ponen en duda lo que la ciencia y la tecnología les puede brindar, y recurren a cosas en las que “tienes que creer” para que funcionen?
Son dudas que surgen en mi mente, no por desconocer de esos temas “misteriosos” y su poca “funcionalidad”, sino por ver como algunas personas doctas recurren a la medicina alternativa en lugar de la medicina alópata o convencional para solucionarlos. ¿Cómo creer en “médicos” que utilizan magnetos, cuarzos y agujas para “sanar” enfermedades, que la medicina científica puede curar con procedimientos que ya están más que demostrados?  
El creer o no creer no debe de ser opción para recurrir a una terapia o práctica medica en particular, debe de ser su funcionamiento verificable y palpable lo que nos debe de guiar en la elección de los tratamiento que podemos utilizar para tratar los distintos padecimientos a los cuales recurrimos.
No lo niego, hay médicos alópatas que dejan mucho que desear por sus prácticas, procedimientos y resultados, pero la falla está en la persona, no en la ciencia médica. Que algunos de ellos tengan procedimientos obsoletos o erróneos en cuanto a sus diagnósticos y tratamientos, no quiere decir que todos sean así. Pero son ellos los que hacen que las personas recurran a “sanadores” y “curanderos” para tratar sus enfermedades, cuando deberían de ver a un auténtico médico.
Los malos médicos son los que le dan mala fama a la medicina convencional, pero ellos son los menos, muy al contrario de los “médicos alternativos”, de los cuales, en realidad, prácticamente todos dejan mucho que desear. Posiblemente miles de personas mueren en  los quirófanos, pero millones mueren por no acudir a ellos, y muchos millones más son curados en ellos. En cambio, unos cuantos se “sanan” con terapias alternativas, pero millones siguen a la espera de su cura, si es que no mueren antes de que esta llegue.
Yo he probado ambos tipos de medicinas en distintos padecimientos, y he constatado la funcionalidad de una y la carencia de resultados de otra. La ciencia médica no necesita que creas en ella para que sí funcione, esta funciona por si misma cuando se aplica de manera correcta en el padecimiento correcto. Muy distinto con las terapias holísticas o alternativas que requieren de que la persona crea en ellas para poder ver resultados positivos. ¿Es acaso simple sugestión?
No estoy en contra de la medicina holística, alternativa o como gusten llamarla, lo que realmente me preocupa es su falta de funcionalidad y muy pocos resultados positivos que puedan ser corroborables de manera sustentable. No se debe de jugar, y mucho menos engañar a las personas, cuando se trata de la salud.
Quisiera poder confiar en esos procedimientos curiosos, o extraños, que utilizan para restablecer la salud de sus pacientes, pero ese dogma de tener que creer en ellos para que funcione, deja mucho que desear y pone mucho en duda sus posibles resultados. La medicina requiere estar basada en conocimientos sustentables y corroborables de manera amplia y libre, no basado y limitado en creencias y suposiciones.
Algunos dicen muchas mentiras sobre los resultados de la medicina normal, pero las terribles realidades de los resultados de las medicinas alternativas son más que evidentes. Somos materia, lo tangible y palpable es lo que nos puede curar.  

Fuente: http://info7.mx/editorial.php?id=2372

12 agosto 2012

Afirmaciones y decretos que no hacen nada



En estos tiempos se está poniendo muy de moda una practica algo común en ese dentro de ese movimiento neo-osurantista denominado la “Nueva Era de Acuario”, es el de hacer las llamadas “afirmaciones de poder” o “afirmaciones de poder”. Algo que de poderoso o funcional no tienen nada. Y veamos porque.
Algunas personas que por distintas causas hay tenido serios problemas en sus vidas, y que de momento se sientes acorralados por los obstáculos que se les presentan a nivel económico, social, laboral o de salud, de pronto se sienten abandonados de todo y por todos, por lo que en un acto de desesperación, o de ingenuidad, empiezan a tomar acciones que en lugar de solucionar sus problemas, solo les hacen sentirse “mejor” con sigo mismos, aunque esto no les ayude a solucionar sus problemas.
Estas practicas que son usadas con la creencia de que con ellas mejorará la situación actual de las personas, en realidad solo hacen olvidar por un momento sus problemas, y de alguna manera, funcionan como si fuesen algún tipo de analgésicos existenciales o espirituales, que les ayuda a no sentir el dolor o malestar causado pro dichos problemas, pero que en realidad no son una solución para los mismos.
Analicemos esto con los pies bien puestos en la tierra. Las llamadas “afirmaciones de abundancia” o los “decretos de prosperidad”, o de de cualquier otro tipo, solo se basan en el deseo personal de poseer alguna cosa de la cual se carece, y por la cual se padece de alguna manera. Como podemos vero, solo es una forma de exponer, de manera más o menos elocuente, una necesidad o deseo insatisfecho, el cual está ala espera de ser solucionado.
Pero, esos decretos y afirmaciones ¿funcionan para resolverlos? En realidad no, pues solo son palabras al aire, y por más que se repitan, o por más fuerte que se griten, no solucionan nada, pues solo son palabras e ideas estériles, inmateriales e intangibles, y los problemas a los que se refieren sí son tangibles y palpables de alguna u otra manera, tanto que incomodan a la persona al grado de arrastrarlo, desesperadamente, a buscar soluciones “alternativas” a sus conflictos.
Hay que estay muy consientes de algo, no sirve de nada hacer “afirmaciones” o “decretos” de algo que es falso, y más si la persona que los elabora sabe que son de algo que es falso. No es por desanimar a las personas que creen en esto, solo es para ayudarles a que dejen de perder el tiempo buscando falsas soluciones que no arreglan nada. A final de cuentas somos seres pensantes e inquisitivos, por respeto a nosotros mismos, no debemos dejar orillar a acciones que solo nos estancarían en un estado de mediocridad e incertidumbre a la espera de un funesto final, como resultado de nunca haber puesto manos a la obra para la obtener una auténtica solución a nuestros problemas.
Hay que ser más pragmáticos y funcionales al respecto. El creer en algo no lo hace real, es es engañarnos. Esas personas que te dicen “Todas las mañanas has tus afirmaciones positivas, y ya verás que todo mejora”, en realidad no te están “lavando el cerebro” como algunos dicen, en realidad te están ensuciando la mente al hacerte creer en algo que no funciona así. Las cosas no mejoran porque digas decretos o afirmaciones bonitas, las cosas mejoran cuando te pones a aplicar las soluciones de manera práctica a los problemas.
Las afirmaciones o decretos no funcionan por arte de magia, a lo mucho te ayudan a enfocarte en tus problemas, pero no debes de limitarte a solo eso, debes de lograr resolverlos de manera factible, de tal manera que los elimines para que ya no te estén afectando. Debes solo para eso, enfocarte en buscar y aplicar la solución en el problema, porque por más que afirmes o decretes algo, si tú no haces nada, nada ocurrirá.
El “tener fe” en ellas no es suficiente para que funcionen y se arreglen las cosas. Recuerda que la fe no es creer que se puede, la fe es saber que sí se puede. El creer en algo y saber algo no es lo mismo, hay mucha diferencia. El "tener fe" en algo no es suficiente para que suceda, tienes que poner de tu parte algo tangible y/o palpable para que así ocurra.
Has a un lado esas palabras al aire, y ponte a trabajar, eso sí funciona.              

Fuente: http://info7.mx/editorial.php?id=2357

04 agosto 2012

No creerás en mentiras (2a parte)



Continuando con esta misma idea, basada en la muy sana y natural facultad humana de ser inquisitivos, seguimos cuestionando algunos métodos y “terapias” alternativas que se utilizan para solucionar algunas cuestiones de la vida diaria, y hasta intentar resolver problemáticas de índole intelectual e incluso “espiritual”.
Muy comúnmente me llegan correos cadena o correos basura, de los llamados spam, de personas que se dedican a promocionar diversas ideologías esotéricas o místicas que, según ellos, les han funcionado, o al menos así quieren vender esa imagen.
Hace poco, otra vez, me volvió a llegar un correo de un supuesto “hermano de luz” que promueve una supuesta “canalización” hecha por seres extraterrestres que le ha ayudado mucho en su vida, que le ha hecho abrir su “tercer ojo”, su “sexto sentido”, a desarrollar telepatía y otras más cualidades igual de fantásticas e increíbles.
Pero si a este “hermano de luz” le cuestionas sobre lo dudoso de su relato y sus aparentes resultados, él simplemente evita responder o, como se dice vulgarmente, se va por la tangente para evitar dar explicaciones de su versión de los hechos.
Y es que siendo realistas, no tenemos porque creer nada de eso simplemente por que si, como dicen algunos, “de buena fe”, porque esa “buena fe” en algo supuestamente real, debe de estar respaldada en algo solido y palpable, a menos que se trate de algo religioso, que de hecho, esto no sería el caso. El “beneficio de la duda” no debe de ser de a “gratis”, debe de existir algo que lo respalde, se debe de ganar primero antes de exigirlo. Más vale prevenir, que lamentar luego haber sido engañado.
De hecho, si recordamos, hasta el día de hoy, nadie ha podido demostrar haber tenido algún contacto con alguna civilización extraterrestres o poder “canalizar” algún mensaje de ellos. Que de hecho, si eso fuera posible y real, sería la mejor noticia del mundo, algo que todos quisiéramos saber, pero como todos sabemos, todos esos avisos y alertas de “contacto” han sido simples timos.
Es como aquellos que piden consejos para solucionar los problemas de sus vidas a una “vidente”, a una “tarotista”, o a un astrólogo. Son gente que busca una panacea virtual, aunque está sea ilógica e irracional, aunque en realidad, si toman esas opciones, la solución a sus problemas es inexistente, pues en lugar de aplicarse a solucionarlos, pierden el tiempo con creencias que no funcionan para nada, más que para hacerles perder dinero y tiempo.
Es como aquellos que promueven y difunden, principalmente en la red, esas falsas conspiraciones del hipotético “Nuevo orden mundial”, que por más que les demuestran que todas sus conspiraciones son falsas, y que no tienen pruebas verificables de ninguna de sus afirmaciones, ellos siguen gritándolas por donde puedan, e insultando a quienes los cuestionen y desenmascaren.
Desafortunadamente, mucha de esas personan padecen de una severa crisis de pereza mental, que les hace despreciar el deseo de razonar y analizar las cosas de manera lógica, y se conforman, con una actitud mediocre ante la vida, pues se limitan a solo creer lo que les digan o lean por ahí, sin antes ponerlo a juicio.
Algunos no quieren o tienen la capacidad de verlo, pues les da temor la idea que esto puede llevar a causar. Solo recordemos que la mayor cantidad de muertes violentas en la historia del hombre, ha sido debido a creencias llevadas al limite, por encima de lo racional o lo lógico. Hoy sabemos que la tolerancia es la medida a seguir entre la humanidad, aunque algunos no tengan el valor de aceptarlo y aplicarlo; pero hay que ser realistas y objetivos, si lo que se cree puede descartarse y refutarse con suficiente evidencia verificable, entonces por lógica debemos de dejar de creer en esas cosas. Lo que no se debe de tolerar es lo ilógico y lo irracional.
No debemos de permitir que se envenené la mente con desinformación y mistificación de temas que no tienen mayor relevancia o importancia de la que uno mismo le ponga. Por ello, por dignidad, por respeto a tu intelecto, por amor a ti mismo, no creas mentiras.

Fuente: http://info7.mx:9000/editorial.php?id=2337